Santa Cruz-, Luego de la reciente noticia vinculada a la posible instalación de las jaulas de salmónidos en las costas de Santa Cruz, la fundación Por el Mar organizó una charla con el chef y activista en el marco de la feria del libro de Santa Cruz, en Río Gallegos.
“La industria del salmón en agua mata todo lo que toca: mata el mar, el agua, el fondo marino, mata la vida vegetal, la vida animal y el producto terminado, lo que comemos, no es saludable. El salmón con granjas en el mar es la industria de la muerte”, expresó el histriónico Lino Gómez Adillon, reconocido chef de Ushuaia y miembro de la Resistencia Global Contra las Salmoneras (GSFR, por sus siglas en inglés). El chef fue convocado por la fundación Por el Mar a la charla “Por la Defensa del Mar. Patrimonio Alimentario”, en la Feria del Libro de Santa Cruz.
Adillon, integrante del colectivo “No a las salmoneras” en la capital fueguina, contó que “El mar es nuestro y tenemos que defenderlo de manera tal de que no se altere la vida normal de las especies que allí la habitan. No podemos permitir que nos destruyan el mar por instalar una especie exótica como es la industria del salmón, que deja muerte a su paso y el impacto es malísimo: el peligro de las especies, la contaminación del agua, la muerte de lobos marinos, ballenas, todo lo que se te ocurra. Es una industria que no es saludable para nadie, ni siquiera para los puestos de trabajo que genera”.
El evento se dio unas semanas después de la resonante entrevista a un empresario en el diario La Nación donde indicó que busca inversiones para instalar jaulas marinas de salmón en las costas de Santa Cruz. Frente a esto, ambientalistas y empresarios vinculados al turismo se pusieron en alerta. Agustina Copello, coordinadora de la GSFR explicó: “Las granjas de salmón son enormes jaulas de red abierta en el océano, del tamaño de una cancha de fútbol y de hasta 30 metros de profundidad dentro de las cuales cientos de miles de peces son criados en condiciones de hacinamiento. Los impactos en el ambiente son tan profundos que la industria recibe oposición en cada lugar donde opera o intenta instalarse”.
Frente a la amenaza de instalar granjas en el mar santacruceño, Lino Gómez Adillon destacó los valores de los recursos marinos de la provincia: “Santa Cruz tiene un potencial de riqueza del litoral marítimo tan grande o más que el que tenemos en Tierra del Fuego. Tiene merluza negra, róbalo, centolla, bivalvos, hay pesca artesanal de pejerrey, abadejo… hay cercanía de langostinos, calamares, calamaretis. Hay de todo, lo que se te ocurra. El mar de la Patagonia es el último mar del planeta. Ya di una charla el año pasado en Chubut, ahora vinimos a Gallegos con la idea de inspirar a que copien la ley que tenemos en Tierra del Fuego”.
Hace tres años, Tierra del Fuego sancionó la Ley 1355 que regula la producción de salmónidos en tierra, pero que prohíbe la instalación de granjas en el agua. Esta legislación tuvo un fuerte apoyo social. “En la tierra del fuego tenemos una ley que le dice ‘No a las salmoneras’, y Argentina es el primer país del mundo en tener una ley que protege el mar y le pone un freno, un stop a la industria de la muerte que es el salmón, explicó Lino Gómez Adillon.
La instalación de granjas de salmón en las aguas ha traído severas consecuencias en el mundo. Según Agustina Copello, “El hacinamiento en las granjas de salmón obliga a la industria a recurrir a cantidades de antibióticos, pesticidas altamente tóxicos y hasta oxigenación artificial para prevenir enfermedades y mantenerlos vivos. Además, los desechos de estas jaulas (excrementos y restos de alimento) se acumulan en el fondo marino, lo que genera zonas muertas. Estas condiciones también pueden facilitar la proliferación de algas, eventos de bajo oxígeno y la transmisión de enfermedades, generando enormes mortandades de los peces cultivados y de la vida marina”.
“Cada vez se sabe más sobre los perjuicios que trae la instalación de jaulas en el mar y el salmón que de ahí se produce, no es recomendable para mujeres embarazadas ni para los niños… ser cool no es saludable. Personalmente, tengo un cartel en mi restaurante que dice ‘El salmón está suspendido’. Cada día somos más los cocineros que nos comprometemos y dejamos de trabajar ese producto” explicó Lino Adillon y remató: “En la Tierra del Fuego logramos un ley muy importante y no podemos permitir que destruyan el mar en Santa Cruz, queremos un mar patagónico libre de la industria del salmón”.