Santa Cruz-, El 4 de diciembre de 1999, la UNESCO declaró a la Cueva de las Manos, en Santa Cruz, como Patrimonio de la Humanidad, reconociendo su valor cultural y arqueológico único. A 25 años de aquella declaración, celebramos la riqueza histórica de este lugar y su papel como ventana a las culturas milenarias que habitaron la Patagonia.
La riqueza de la región patagónica trasciende su geografía. Sus expresiones artísticas son un símbolo de identidad, memoria y pertenencia. El poeta Hugo Giménez Agüero, dice en una de sus letras, que “el viento es el que guarda las voces de la tierra”, y si hay un lugar donde esas palabras se materializan es en el noroeste santacruceño.
Allí, además de moldear las mesetas y cañadones, el viento parece susurrar las memorias de quienes habitaron estas tierras hace miles de años. Quizás fue ese mismo viento el que acompañó a aquellos primeros habitantes mientras plasmaban sus manos en la roca.
En medio de la inmensidad de la estepa, la Cueva de las Manos se alza como un testimonio vivo del pasado. Sus paredes, cubiertas de manos y figuras ancestrales, dialogan con el paisaje árido del cañadón del río Pinturas, en un intercambio silencioso que trasciende el tiempo.
El impacto de ser Patrimonio de la Humanidad
En el año 1995, el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) del Ministerio de Cultura de la Nación, inició el programa de Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino con la coordinación científica de la Dra. Diana Rolandi, María Onetto y Mercedes Podestá y asesoramiento de Carlos J. Gradín.
En el marco de este programa, en 1997 el INAPL elevó la propuesta de nominación a la Lista del Patrimonio Mundial, a través de la Dirección Nacional de Patrimonio de la Secretaría de Cultura, la que fue aprobada para su ingreso en esa categoría.
Así, en 1999, Cueva de las Manos del Río Pinturas, fue inscrita en dicha Lista porque cumplía con el criterio cultural, asociado a los sitios arqueológicos, aportando “un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida”.
La Cueva de las Manos es el punto de encuentro con el arte rupestre más antiguo de Sudamérica, un portal al pasado de las comunidades cazadoras-recolectoras que habitaron la región. Si bien las pinturas están expuestas al aire libre, las condiciones de humedad y el reparo del lugar ayudan a su actual estado de conservación.
Sus pinturas rupestres, que datan de unos 9.500 años, representan figuras de manos en negativo, de guanacos, escenas de caza y patrones geométricos, que parecen narrar historias sobre su vida cotidiana, creencias y entorno.
Entre el ocre profundo de las piedras y los vibrantes pigmentos rojos, blancos y negros de las figuras, la Cueva de las Manos, despliega un diálogo visual único, conectando el arte ancestral con el paisaje que lo resguarda.
Más que un sitio arqueológico
La declaración de un sitio como patrimonio de la humanidad, es un privilegio y un prestigio, y al mismo tiempo es una gran responsabilidad, porque implica asumir la tarea de conservar y proteger, además de seguir investigándolo para que su legado pueda enriquecer el conocimiento y la educación de las generaciones presentes y futuras.
La Cueva de las Manos forma parte de un ecosistema arqueológico que convierte a la región en un real museo a cielo abierto. Además, la flora y fauna silvestres, junto con el cañadón del río Pinturas, ofrecen un cuadro natural que conmueve y trasciende, logrando una experiencia única para quienes lo visitan.
En estos 25 años, el equilibrio entre la conservación y el acceso ha sido posible gracias a un trabajo conjunto entre sectores públicos y privados. Un hito fundamental en este proceso fue, en 2020, la donación de tierras que permitió concretar la creación del Parque Provincial Cueva de las Manos, consolidando su protección bajo la gestión del gobierno de la provincia de Santa Cruz.
Este aniversario celebra la singularidad del sitio y la coexistencia en una excelente armonía con el desarrollo de las comunidades cercanas, que cumplen un rol indispensable. Solo se conserva aquello que se conoce y se ama, y es precisamente ese vínculo el que se fortalece a través de la divulgación, la educación ambiental y el compromiso colectivo.
Para visitar la Cueva de las Manos
– Visitas guiadas: Solo se puede acceder con guías autorizados, con salidas cada hora entre las 9:00 y las 19:00, todos los días del año. Los horarios pueden ajustarse según las condiciones climáticas.
– Accesos vehiculares: Hay dos principales:
Ruta Provincial 97: desde Bajo Caracoles o desde la Ruta Nacional 40, ambas llevan al estacionamiento principal.
Portal Cañadón Pinturas: Desde la RN 40, a través de un camino interno que lleva al estacionamiento frente al cañadón.
– Opciones de trekking: Desde el Portal Cañadón Pinturas, puedes tomar el sendero «Bajada de Los Toldos». Este trayecto incluye un puente sobre el río Pinturas y una subida hasta la cueva, ideal para quienes buscan una experiencia diferente.