Claudio Vidal: se necesitan cambios en el CFI

Santa Cruz-, El Consejo Federal de Inversiones tiene la responsabilidad de desarrollar y proporcionar a Santa Cruz herramientas técnicas y financieras que permiten desplegar y enriquecer su potencial, permitiendo la diversificación productiva, la generación de empleo genuino, el aumento de la competitividad y la mejora en la calidad de vida de los santacruceños. Lamentablemente, en los últimos años, hemos visto cómo las autoridades locales y del consejo no han avanzado en ninguno de los proyectos esenciales que necesita la provincia para su desarrollo, tampoco han asegurado los objetivos que se necesitan para que el crecimiento sea equitativo e integral en toda la región.

Debemos tener en cuenta, que en el último tiempo ha sido erróneo y equivocado la manera de actuar del organismo en Santa Cruz, ya que las autoridades han permitido y asegurado fondos mayoritariamente para festivales culturales, cuando en todos los casos es más importante que se pudiera avanzar en proyectos productivos que realmente mejoren la situación socioeconómica del pueblo. Un festival o evento musical pensado, en el mejor de los casos, para apoyar a las empresas locales genera trabajo para un día o dos, eso no alcanza para el desarrollo sustentable; son los proyectos productivos los que permiten crear nuevas oportunidades de progreso y mejor la vida de las personas en el tiempo. 

Si se recorre la provincia de Santa Cruz, se puede advertir el déficit que enfrentan los ciudadanos en áreas cruciales como es el acceso a una vivienda digna, la diversificación de la producción, la generación de energía orientada a la industrialización, al desarrollo, a la salud, a la seguridad. Hoy en día miles de familias se encuentran sin tierra ni vivienda, numerosos barrios carecen de servicios esenciales como cloacas y gas, nuestros hospitales presentan una situación de faltantes de insumos, de profesionales y se encuentran en muy malas condiciones edilicias, las escuelas no reciben el mantenimiento necesario para dictar clases y se observa una carencia de desarrollo tecnológico que frena cualquier tipo de crecimiento de las pequeñas y medianas empresa. La falta de inversión en investigación y ciencia detienen el crecimiento sustentable de nuestra economía en una provincia que atesora un gran potencial de crecimiento. Esta situación se explica en la injustificada e inentendible actitud de los gobernantes locales y de las autoridades del CFI actuales. Es llamativo cómo este organismo federal se ha mantenido ausente en las tomas de decisiones, orientando los proyectos y las ayudas a las áreas y urgencias que deberían atender.

En estos últimos años, hemos sido testigos de la escasez de proyectos para Santa Cruz que realmente favorezcan el fortalecimiento de la economía provincial mediante la implantación de diferentes líneas de trabajo relacionadas con la asistencia técnica empresarial, la formación continua del sector público, así como de las PyMES, la gestión de la calidad, la innovación y el cuidado del ambiente, mucho menos, el financiamiento de las exportaciones. Haciendo un pequeño censo en cada localidad podemos advertir y comprobar todo lo que estoy diciendo, con recorrer Caleta Olivia, Río Turbio o Río Gallegos permite demostrar esto que digo. En todos estos años los recursos destinados a mejorar las condiciones de vida y el futuro de los santacruceños ha brillado por su ausencia. La provincia no ha experimentado un beneficio concreto por parte del Consejo Federal de Inversiones, y esta situación debe ser atribuida tanto al gobierno provincial como a las autoridades del consejo. En este contexto, se plantea una pregunta fundamental: ¿cuál es el propósito de mal utilizar los recursos coparticipables que entregamos si de ninguna manera se traducen en proyectos y mejoras tangibles para los habitantes de Santa Cruz? La necesidad de un cambio de rumbo debe ser inmediato.

Un Consejo Federal de Inversiones que incumple con el Pacto Convenio que lo vio nacer carece de validez y pone en riesgo el desarrollo provincial y la integración nacional cuyo fin persigue. Este organismo hace mucho que dejó de ser un espacio federal, se convirtió tan solo en una expresión de un sector político que desvirtúa las funciones y reduce su funcionamiento a miradas e intereses sectoriales, a un manejo egoístas que disputa poder y recursos. Un organismo lejos de los ciudadanos y de los pueblos.  

Todas las provincias de la Argentina enfrentan enormes desafíos para alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible. Es obligación de los nuevos gobiernos rever esta situación. Que el CFI pueda transitar eficientemente un camino de crecimiento requiere de un cambio estructural que reoriente las políticas y acompañe proyectos que son urgentes y afectan completamente a las diferentes comunidades de Santa Cruz y el país. Se debe asegurar una relación virtuosa entre crecimiento, productividad y sostenibilidad.

El dinero aportado por las provincias debería beneficiar a todos por igual y permitir el crecimiento en todo el territorio. Sin embargo, se observa una gestión discrecional y burocrática de los fondos, situación que perjudica sobre todo a las provincias que no están alineadas con los intereses particulares de quienes conducen el consejo.

En un marco de injusticias y carencias, considerando el gran reto al desarrollo que implica el atraso en la región con su brecha de inversión en infraestructura, no contar con proyectos de desarrollos apropiados y una eficiente provisión de servicios constituye un obstáculo para el esfuerzo de poner en práctica una política de desarrollo social con eficiencia, que permita alcanzar índices de crecimiento económicos sostenidos para todos por igual.

Por lo tanto, y en base a lo que vengo diciendo, se plantea con urgencia que se asegure una distribución más equitativa de los fondos, con una elección de proyectos que den respuesta realmente a las carencias que sufren los santacruceños en particular y a los argentinos en general.

Es imperativo destacar que este organismo retiene una parte significativa de la coparticipación que le corresponde a Santa Cruz. Si estos fondos se utilizaran realmente para impulsar proyectos que brinden asistencia financiera y técnica a los diversos sectores económicos de nuestra provincia, si en verdad se apoyaran proyectos que den respuesta a nuestras necesidades y problemas, la realidad sería otra. Como estamos hasta ahora se está obstaculizando el desarrollo.

En este sentido, cabe preguntarse: ¿cuánto ha recibido Santa Cruz en términos de créditos compensatorios para sus habitantes de todo lo que aportó? La respuesta es, muy poco o prácticamente nada. Las autoridades del organismo son responsables de la falta de ayuda que nuestros ciudadanos necesitan desesperadamente.

Por lo tanto, hacemos un llamado urgente al Consejo Federal de Inversiones para que cumpla con su verdadera finalidad, que es apoyar a los microemprendimientos y contribuir al desarrollo de las provincias. La situación actual demuestra que, en lugar de fortalecer nuestras posibilidades, el organismo está debilitando nuestra capacidad para crecer y prosperar. Es fundamental que esta situación se revierta de manera inmediata.