Santa Cruz-, Desentrañar los misterios del gato de pajonal, el felino más pequeño de la estepa patagónica, es el objetivo de un ambicioso proyecto en el Parque Patagonia que utiliza tecnología de rastreo y esfuerzos de conservación.
El gato de pajonal (Leopardus colocolo) es una de las diez especies de felinos que habitan en Argentina y es la más pequeña entre los tres felinos de la estepa patagónica, compartiendo su hogar con el puma y el gato montés. Emanuel Galetto, coordinador de Conservación de Parque Patagonia, explica que “el gato de pajonal o pajero tiene una amplia distribución que va desde el sur de Argentina hasta el norte de Ecuador, habitando diferentes ecosistemas asociados a los pastizales y la cordillera de los Andes. Igualmente, es una especie considerada rara por la escasa información que se tiene.»
De tamaño similar al de un gato doméstico pequeño, el gato de pajonal tiene una coloración gris-amarronada con rayas negras en sus miembros anteriores. En la Patagonia, su pelaje es denso para protegerlo del intenso frío, y su peso oscila entre 3 y 4 kilogramos. «Como la mayoría de los felinos, son solitarios, estando en pareja cuando las hembras entran en celo. Suelen tener entre uno y tres cachorros, pero lo normal es que tengan dos» detalla Galetto. Su período de gestación es largo en relación con su tamaño, pudiendo durar entre 80 y 85 días y suelen tener entre 1 y 3 crías. Aunque aún se desconoce el período en que las hembras entran en celo en esta región. Se estima que las pariciones se concentran en primavera y verano, cuando las condiciones climáticas son más favorables y las presas más abundantes.
Estrictamente carnívoro, el gato de pajonal se alimenta de pequeñas aves, roedores y chinchillón anaranjado. Para vivir en la estepa patagónica, utiliza matorrales y humedales, que son los lugares donde abundan sus presas. «Tienen hábitos principalmente diurnos, y los registros de cámaras trampas utilizadas en el Parque muestran bastante actividad crepuscular».
A pesar de su importancia, si bien aún se desconoce mucho sobre esta especie y su impacto ecológico, Galetto explica: «Su principal rol o impacto ecosistémico es controlar las poblaciones de roedores y aves, evitando las sobrepoblaciones de los mismos, reduciendo el impacto que estos pequeños mamíferos y aves ocasionan en la escasa vegetación esteparia, principalmente frutos y semillas»
Cómo es el trabajo que se hace para conocer más sobre Gato del Pajonal
Utilizando tecnología de rastreo como cámaras trampa, collares VHF, GPS y satelitales, los investigadores trabajan para ampliar el conocimiento sobre la biología, ecología espacial, interacciones y rol ecológico de la especie y poder proponer acciones de conservación efectivas.
Con respecto al gato de pajonal, el proyecto se enfoca en la captura de individuos para equiparlos con collares GPS que registran su ubicación cada tres horas durante aproximadamente un año. El proceso de captura inicia con la identificación de áreas de mayor uso mediante cámaras trampa. Una vez identificada la zona, se colocan trampas Tomahawk con cebo para capturar al felino, y tras la captura, se anestesia al animal para colocarle el collar, tomar medidas morfométricas y obtener muestras de pelo y sangre. “con toda esta información podremos conocer sobre los hábitos del felino – selección de hábitat, horarios de actividad, zonas de mayor presencia”
En febrero de 2024, después de cuatro años de esfuerzo, se capturó al primer individuo: una hembra subadulta de casi dos años de edad y 3.5 kilogramos de peso, que fue bautizada como «Odisea». Un mes después, se capturó un macho juvenil de 4.2 kilogramos, nombrado «Moflete». «¡De repente teníamos dos gatos de pajonal en 30 días!», cuenta con alegría, Galetto. Desde entonces, el equipo ha recopilado valiosa información sobre sus hábitos y movimientos. “Por ejemplo, se descubrió que estos felinos están estrechamente asociados a los escasos mallines y vertientes, probablemente debido a la abundancia de presas en estas áreas. Odisea, la hembra, ha parido dos cachorros a finales de febrero en un matorral prácticamente impenetrable de calafates y molles. Respecto del territorio que ocupan, Moflete se desplaza por un área de aproximadamente 3000 hectáreas y Odisea ha recorrido unas 4000 hectáreas, pero posiblemente se deba a que lleva más tiempo monitoreada”.
Este proyecto es pionero en la región, aunque existen estudios similares en otras partes de Argentina, como en Jujuy. Los investigadores esperan seguir capturando más individuos y recolectando información valiosa para conocer mejor a esta especie y contribuir a su conservación en la Patagonia. «Esperamos pronto capturar más individuos y que sigamos recolectando información valiosa, para conocer más sobre esta espléndida especie», finalizó Galetto.