Nacionales-, La tragedia en Villa Devoto, donde murieron cuatro adultos y una niña, vuelve a destacar la importancia de mantener la ventilación en todos los ambientes. Cuáles son los síntomas a tener en cuenta y cuándo el color de la llama indica que hay que estar alerta, según los expertos
El monóxido de carbono se genera por la combustión incompleta de materiales como leña, carbón, gas, kerosene, alcohol o gasoil, es un gas tóxico que no tiene olor ni color y puede acumularse sin ser detectado fácilmente (Freepik)
A una cuadra de la estación de tren de Villa Devoto, una tragedia sacudió al barrio en la tarde de este martes. Cuatro adultos y una niña perdieron la vida por inhalación de monóxido de carbono en una vivienda situada en la calle Sanabria, entre Pedro Morán y Ricardo Gutiérrez.
Adentro, en muchas casas, al igual que pudo haber sucedido con esta, el calor vuelve habitables las habitaciones, pero también puede ocultar una amenaza que no se ve, no se huele y no duele.
El monóxido de carbono circula en silencio: no da señales, no deja rastro, pero se acumula en el aire y reemplaza al oxígeno en la sangre. Cada año, con la llegada del invierno, los hospitales reciben nuevos casos. No hay explosiones ni fugas ruidosas. Según los expertos se trata de un gas tóxico, inodoro e incoloro que se produce por la combustión incompleta de materiales carbonados, y cuyas consecuencias pueden ir desde síntomas leves hasta la muerte.
“El monóxido de carbono se origina por la combustión incompleta de productos carbonados”, explicó a Infobae en una nota reciente, el doctor Francisco Dadic, médico toxicólogo del Hospital Durand y director de Toxicología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública. “Casi todos los elementos de uso cotidiano tienen moléculas de carbono en su composición”, detalló.
Este gas está presente tanto en calefones, estufas y termotanques defectuosos como en braseros, fogatas en interiores o incluso en gases industriales y gases de escape de vehículos. Su peligro radica en que es imperceptible al sentido humano: “Es incoloro, inodoro y no irritante”, advirtió Dadic. Además, posee una afinidad por la hemoglobina 250 veces superior al oxígeno, lo que le permite desplazarlo en la sangre y provocar asfixia celular.
La doctora Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga y expresidenta de la AOCBA, mencionó en una nota reciente con Infobae: “Se lo conoce como el ‘asesino silencioso’ o ‘gran simulador’. Puede estar dentro de la casa sin que nadie lo advierta, salvo que se instalen detectores de monóxido en lugares estratégicos”.
Por su parte, el doctor Ramiro Heredia, especialista en medicina interna del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires, expresó a Infobae que el monóxido de carbono “es un gas letal que no tiene ni color, ni olor, ni sabor”. Según señaló, en nuestro país, que tiene un clima templado con estaciones diferenciadas, “la mayor incidencia se da en épocas de invierno, principalmente al inicio de la temporada. En países con climas más constantes, como los nórdicos, su distribución es a lo largo de los 12 meses”.
En Argentina, las intoxicaciones por monóxido de carbono suelen aumentar con la llegada de los primeros fríos. “Tratamos de quedarnos adentro, en lugares cerrados, muchas veces mal ventilados, y encendemos calefactores o distintos dispositivos para calentarnos, que no han sido usados durante un tiempo, que no han sido debidamente probados o chequeados por un profesional”, explicó Heredia.
Este año en la Argentina, según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, ya se han registrado 444 casos confirmados de personas afectadas por la intoxicación con monóxido de carbono, el gas que se libera por la combustión incompleta en un ambiente con poco oxígeno.
La circulación constante del aire es clave en cualquier espacio donde se utilicen equipos que generan combustión, incluso cuando las temperaturas sean bajas, para reducir la concentración de gases nocivos en el ambiente (Imagen Ilustrativa Infobae)
Según adelantó Infobae en una nota reciente, los 444 casos representan un 75% más que la mediana de los cinco años previos para el mismo período. Aunque hay que considerar que durante los años 2020 y 2021 se registraron menos casos por la disrupción causada por la pandemia del coronavirus.
Los síntomas pueden variar según la concentración y el tiempo de exposición. Según Dadic, los efectos incluyen: “Cefalea, vómitos, dolores musculares, fatiga, convulsiones, hemorragias, insuficiencia renal, infarto, insuficiencia respiratoria, paro respiratorio y muerte”. Además, existen cuadros de intoxicación crónica por exposición repetida, que se manifiestan como: “Dolor de cabeza crónico, somnolencia diurna, trastornos del habla, del aprendizaje, paranoia y psicosis”.
Cuevas agregó que en muchos casos, los síntomas se confunden con los de enfermedades gripales. “El riesgo aumenta en personas con anosmia, porque no logran identificar el cuadro de intoxicación”, explicó. También alertó que los grupos de riesgo incluyen a niños, personas mayores, embarazadas y pacientes con afecciones cardíacas o pulmonares.
El diagnóstico de intoxicación por monóxido de carbono se complica por su falta de características sensoriales, lo que obliga a estar alerta a los síntomas como cefaleas, vómitos y fatiga, especialmente en invierno cuando las personas pasan más tiempo en interiores
Tratamiento y prevención
“El tratamiento es con oxígeno a la mayor concentración posible y de forma inmediata”, indicó Dadic. En algunos casos, puede ser necesaria la internación en cámara hiperbárica. Sin embargo, todos los especialistas coinciden en que la prevención es la mejor herramienta.
“Los artefactos más peligrosos son los de cámara abierta, que toman el oxígeno del ambiente y liberan los gases hacia el interior”, advirtió Cuevas. “Todas las intoxicaciones por monóxido de carbono son evitables si se cumplen medidas básicas de control y ventilación”.
En Argentina, se registraron 444 casos de intoxicación por monóxido de carbono en 2025
Errores frecuentes que pueden costar la vida
Existen errores comunes que cometen las personas en invierno y que pueden favorecer una intoxicación.
1. Encender artefactos sin revisión previa. “Un artefacto de gas en mal estado puede tener fugas invisibles o generar combustión deficiente. No alcanza con ver que encienda”, alertó a Infobae el especialista en detección y reparación de fugas, Juan Ignacio Argüello. “La revisión anual por un gasista matriculado es indispensable”, sumó.
2. Tapar rejillas de ventilación: “Con el frío, muchas personas bloquean las rejillas para evitar corrientes de aire. Esto es gravísimo, porque esas rejillas permiten la renovación de oxígeno y la salida de gases tóxicos”, sostuvo el experto.
3. Ignorar el color de la llama. La llama debe ser completamente azul. Si es amarilla, naranja o roja, indica combustión incompleta y puede estar generando monóxido.
4. Usar el horno para calefaccionar: “Es una práctica muy riesgosa. Los hornos no están diseñados para calefacción continua. Usarlos de esa manera aumenta las probabilidades de intoxicación”, dijo Argüello.
Recomendaciones para una casa segura
Las personas más vulnerables a
Las personas más vulnerables a los efectos del monóxido de carbono incluyen niños, personas mayores, embarazadas y pacientes con problemas cardíacos o respiratorios, quienes pueden experimentar efectos más graves por exposición incluso a bajas concentraciones del gas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las claves para evitar intoxicaciones por monóxido de carbono, según los expertos, son:
Realizar una revisión anual de todos los artefactos.
No tapar rejillas de ventilación.
No usar el horno ni hornallas para calefaccionar.
Verificar que la llama sea azul.
Instalar detectores de monóxido.
Dejar siempre 10 a 15 centímetros de ventana abierta, incluso con frío.
Al percibir un leve olor sospechoso o la posibilidad de una fuga de gas, muchas personas optan por no actuar de inmediato. Sin embargo, cualquier indicio —por más insignificante que parezca— debe ser atendido sin demora. Actualmente, existen tecnologías que permiten localizar y corregir escapes rápidamente, sin necesidad de realizar intervenciones destructivas. La reciente actualización de la Norma NAG-203, validada por ENARGAS, facilita la aplicación de selladores específicos en conexiones con fuga, evitando trabajos estructurales.
“El monóxido de carbono no tiene olor. Si se percibe un olor a gas, no es monóxido, sino butano o propano a los que se les ha añadido mercaptano”, recordó Dadic. “Pero si se sospecha una fuga, hay que actuar de inmediato: abrir puertas y ventanas, apagar artefactos y acudir a un centro médico”, concluyó Cuevas.
“Ante la sospecha, primero hay que ventilar el lugar”, recomienda Heredia. “En segundo lugar, retirar a las personas del área expuesta y, tercero, llamar a emergencias. Todo paciente que sospeche intoxicación por monóxido de carbono debe ser atendido en el servicio de emergencias, donde probablemente permanecerá hasta que los síntomas mejoren y se normalicen los valores de lo que se conoce como carboxihemoglobina, que es el porcentaje de hemoglobina circulante, la principal proteína de la sangre, que se une al monóxido de carbono”.
Y concluye: “Todo elemento que usamos para calefaccionar debe tener una salida al exterior para que sea más seguro ventilar periódicamente el lugar donde estamos. Aunque haga frío, es esencial mantener algún tipo de ventilación, lo que no solo nos protege contra la intoxicación por monóxido de carbono, sino que también reduce el riesgo de infecciones respiratorias, principalmente virales, tan comunes en esta época. Lo aprendimos muy bien con el COVID”.
(Infobae)