Cañadón Seco-, Jorge Soloaga dijo que “simboliza la rebeldía contra los poderosos // El sábado por la noche quedó oficialmente inaugurada en Cañadón Seco la monumental obra de arte metalúrgica “Cristo de los Obreros”. El acto fue presidido por el presidente de la Comisión de Fomento Jorge Marcelo Soloaga y contó la presencia del Obispo Auxiliar de la Diócesis de Rio Gallegos y Tierra del Fuego, Mons. Fabián González Balsa.
Además, estuvieron presentes autoridades comunales, legislativas, invitados especiales de la zona norte de la provincia, vecinos y vecinas del pueblo, en tanto que la Orquesta Típica Infanto Juvenil de la Comuna brindó el cierre musical.
En 2019 el vecino Héctor Olivera propuso la idea al jefe comunal de crear la figura que resignificara un faro de fe, trabajo y unión, hasta que finalmente se logró una obra monumental concebida para enaltecer al mesías profetizado, transformando materiales nuevos de la industria petrolera en arte.
La escultura de 10 metros de altura y 5 toneladas de peso, no solo refleja la fe, sino también el vínculo entre el campo del trabajo, en un momento crucial, y la identidad de nuestra comunidad.
Era una decisión política, histórica y trascendente que se asumió con máxima responsabilidad, siendo además un desafío de reivindicar los valores del humanismo y la fe cristiana.
El monto total invertido para esta construcción asciende a la suma de $45.475.000
La invocación religiosa y la bendición de la imagen de Cristo de los Obreros estuvo a cargo del Obispo Auxiliar, Mons. Fabián González Balsa.
Luego, se realizó el corte de cintas y el descubrimiento de placa, de la mano de los protagonistas en la concreción de esta obra imponente con los brazos abiertos y la mirada hacia el norte del país.
Seguidamente se dio lectura a la carta enviada por la presidenta de Fundación Papa Francisco quien transmitió el inmenso orgullo y alegría por el nuevo Cristo que se erige.
En el marco de la emotividad y el espacio de reflexión que brindó esta inauguración, se dio lectura a la resolución institucional en la que se declara Huésped de Honor “por los tiempos de los tiempos” al Cristo de los Obreros.
Asimismo se determinó entregarle la llave del pueblo de Cañadón Seco “para que gobierne e ilumine la razón y el corazón de sus habitantes con la protección de nuestro padre eterno”. Este conmovedor momento se realizó con vecinos ilustres del pueblo, y con referentes de la niñez y juventud del pueblo.
Por otra parte se ofreció los honores correspondientes a Mons. Fabián González Balsa, declarado Huésped de Honor y a quien se le entregó una réplica de la escultura.
Seguidamente el jefe comunal recibió de la escritora Luisa Zerbo, en nombre del Movimiento Mensajeros de la Paz, la Bandera Universal de la Paz y el certificado de portadores como símbolo de su compromiso y dedicación a la conducción de un mundo más pacífico.
Tras ello, Mons. Fabián González Balsa realizó la invocación religiosa y la bendición de la obra y puso de relieve que “es un Cristo que nos recibe con sus brazos abiertos”.
“Muchas veces leemos en la palabra de Dios, en la Biblia, gestos de Jesús que nos invitan a que también nosotros los realicemos, un Cristo que cuando el querido Pedro se hunde en el agua, le tiende una mano, un Cristo que abraza, un Cristo que acaricia, un Cristo que no se cansa de animarnos, de dar aliento. Un Cristo que quiere que nosotros repitamos estos gestos que nunca van a pasar de moda”.
“El mundo necesita que repitamos estos gestos, estos abrazos”, expresó el Obispo y bendijo de manera especial “al mundo del trabajo, a tantos obreros y obreras que a diario piden trabajo, que piden el pan en sus mesas”.
“CON LOS BRAZOS ABIERTOS”
Luego, al hacer uso de la palabra, Jorge Soloaga exclamó que “aquí tenemos a nuestro Cristo de los Obreros en este nuestro pueblo y que los recibe así con los brazos abiertos”.
Habló de la imagen del mesías victorioso que lo único que caracteriza de aquel sufrimiento al que fue sometido y al cual hacen referencia los libros canónicos, es la corona que simboliza las espinas de calafate.
“Esa corona nosotros la pensamos por lo que representa y lo que simboliza en el mundo, el de ayer, el de hoy y esperemos que no sea el de siempre, el de la barbarie y la bestialidad” , manifestó, recordando que el filósofo Aristóteles decía que dentro de cada ser humano hay un dios y una bestia.
“Con Cristo apareció esa bestia que lo crucifica y asesina simplemente por ser un revolucionario que pensaba en la transformación profunda de los cimientos y de las bases de una sociedad para que todos puedan compartir el pan en la mesa sagrada de todos los días. Un revolucionario que simplemente venía con la obra maravillosa que le encomendó el padre supremo”, expresó.
Lo identificó como “un revolucionario que vino con el mensaje de libertad, pero el de la libertad de los opresores que esclavizan y someten, no de esas nuevas libertades de los farsantes y de los fariseos de hoy, que quieren libertad para los poderosos, para que sigan sometiendo a los humildes”.
“Cristo, el rebelde, viene a simbolizar este nuestro Cristo de los Obreros, este Cristo que manifestó y puso en evidencia su rebeldía contra los poderosos, contra los imperios de aquellos que pretenden imponer sus derechos sobre los derechos de los demás”, aseveró el jefe comunal agregando que “este Cristo de los Obreros viene a emplazarse aquí para señalar también que en los tiempos que corren siguen existiendo, los gobernantes que se lavan las manos para no hacer lo que les corresponde hacer y que no es otra cosa que poner de pie los pueblos para que vivan con dignidad, en paz y justicia”.