Provinciales-, En el Día Internacional del Puma, repasamos algunos datos importantes para conocerlo mejor, su importancia en el ecosistema y cómo se trabaja en Parque Patagonia para que este gran felino recupere su rol ecológico.
El biólogo Emiliano Donadío, Director científico de Fundación Rewilding Argentina, nos cuenta más detalles del gran arquitecto de los ecosistemas.
Comencemos por ubicarnos en el mapa de los felinos. El puma es el segundo felino más grande de toda América (después del yaguareté) y el cuarto del mundo (después del tigre, el león y el yaguareté) y se convirtió en el felino con mayor distribución en América, encontrándose desde Alaska hasta el sur continental de Argentina y Chile. En Santa Cruz, el puma está en toda la provincia, salvo en zonas urbanas y peri urbanas.
El peso varía bastante: los individuos que viven cerca del Ecuador son más pequeños, los que viven más cerca de los polos, son más grandes, más robustos, más pesados. Poseen un marcado dimorfismo sexual (diferencias físicas entre machos y hembras de una especie): la hembra siempre es mucho más pequeña que el macho. Mientras las hembras pueden pesar entre 30 y 60 kg, los machos llegan a pesar unos 80 kg, aunque Emiliano explica que “hay algunos registros de machos que pesaron hasta 100 kg”.
La coloración del puma es uniforme, aunque puede haber variaciones entre individuos, incluso entre miembros de la misma familia. “El pelaje, que en general tiene un tono dorado, puede ser de color gris o color rojizo, con algunos parches más blancuzcos cerca de la mandíbula, la barbilla y el cuello”.
¿Sabías que las crías nacen con ojos azules? Luego ese color cambia para tornarse amarillo con tonos verdes. Otro dato interesante es que los cachorros nacen ciegos y dependen completamente de la madre hasta que comienzan a ser destetados a los tres meses de edad. Su pelaje es un poquito más pálido y tienen pequeñas manchas en sus flancos y la cara interna de sus patas. A veces esas manchas pueden durar hasta la adultez.
Las hembras alcanzan la madurez sexual entre el año y medio y tres de edad. El período de gestación es de aproximadamente tres meses. Las hembras pueden parir entre 1 y 6 cachorros, aunque lo más normal es encontrar entre 2 y 4. Para tener sus cachorros utilizan madrigueras, cuevas y cualquier lugar que ofrezcan protección.
A los seis meses, los cachorros pueden empezar a cazar sus primeras presas pequeñas. Los juveniles se independizan de sus madres entre el año y los dos años de edad y los machos tienden a independizarse antes. Los machos tienden a dispersarse del territorio de acción de lo que hace la madre, mucho más que lo que hacen sus hermanas, que tienden a quedarse más cerca del área de acción en la que se mueve la madre.
¿De qué se alimentan? Los pumas tienen hábitos de alimentación muy generalistas: la dieta es muy variada y suelen consumir lo que está disponible. Los que están en la zona de Perito Moreno se alimentan, básicamente, de guanacos. Los que están hacia la costa, en la zona del Parque Nacional Monte León, incluyen en su dieta una gran cantidad de pingüinos, cuando estos están disponibles. Emiliano nos da un ejemplo sobre esto, ya que, “cuando los colonos europeos comenzaron con la producción de ovinos en la Patagonia, eliminaron buena parte de los guanacos y trajeron ovejas, que pasó a ser el alimento disponible más abundante”.
¿Y por qué decimos que es un arquitecto? El puma es un depredador tope, esto quiere decir que está en la cima de la cadena trófica. “En un sistema natural donde el hombre no influye, el único enemigo que tiene el puma, es otro puma, con la excepción de los lugares donde coexiste con el yaguareté” explica el biólogo.
Se alimenta principalmente de presas herbívoras y al hacerlo, puede generar cambios en los números de las presas o en sus comportamientos, y estos cambios a su vez impactan en la vegetación.
Imaginemos un sitio donde los pumas encuentran facilidades para cazar, como por ejemplo arbustos o pedreros donde pueden esconderse. Esos sitios son percibidos como peligrosos por guanacos o por otras presas y tienden a pasar poco tiempo ahí o directamente evitarlos. Cuando esto sucede, estos herbívoros bajan la presión de pastoreo sobre la vegetación.
“Cuando la vegetación se desarrolla y se vuelve más compleja, provee de refugio y alimento a otro gran número de especies, como insectos, pequeños vertebrados, los ratones de campo nativos, pequeñas aves”. Por otro lado, proveen de alimento a los carroñeros al matar a las presas y no consumirlas todas.
Otra manera en la que influyen es lo que se conoce como la dinámica de los nutrientes: al hacer que las presas se muevan de un lado al otro, transportando el pasto que comieron en sus panzas y que luego defecan, como estiércol se transforma en un muy buen abono que permite el desarrollo de plantas.
Los pumas son cazadores de emboscada, esto quiere decir que necesitan estar muy cerca de la presa para lanzar su ataque. Se pueden acercar a la presa utilizando roquedales, arbustos y depresiones en el suelo o, simplemente, pueden esconderse y esperar a que la presa pase. Lo interesante es que los pumas tienden a cazar y alimentarse en ciertos lugares con atributos que le permitan acercarse a la presa. Los cuerpos de las presas se concentran en esos lugares y parte de lo que queda, es utilizado por carroñeros, pero otra parte se descompone y se convierte en nutrientes, que son utilizados por las plantas. Esto crea sitios calientes de nutrientes que la vegetacion puede aprovechar y donde puede desarrollarse muy bien.
Con todas estas características y efectos, no quedan dudas de lo importante que es su presencia para el funcionamiento de los ecosistemas.
¿Cuáles son las principales amenazas? “Cuando se comenzó con la producción ovina en la Patagonia, hace unos doscientos años con la inmigración europea, se eliminaron buena parte de los guanacos y en su lugar introdujeron ovejas, que se convirtieron en el alimento más abundante para el puma”. Este es el principal problema que enfrenta el gran felino en la región: compartir el paisaje con la producción ganadera. “No solo en Patagonia: en muchos lugares de Argentina y el continente se ha eliminado buena parte de la base de presas silvestres y reemplazado por herbívoros domésticos, como la vaca y la oveja. Al no tener presas los pumas cazan, por supuesto, lo que encuentran con el menor esfuerzo, generando un perjuicio al productor”
Durante décadas el sector agrario y los gobiernos combatieron esta problemática buscando erradicar al puma. “De hecho, el puma desapareció de varias regiones de Argentina, especialmente en la Patagonia. Con mucho trabajo de parte de organizaciones para la conservación y gobiernos, y con la ayuda de la presencia de áreas protegidas, esta estrategia agresiva de control de poblaciones de puma ha ido mermando en los últimos años, permitiendo que recolonice zonas de las cuales había desaparecido”.
Existen estrategias para resolver este conflicto menos extremas y en favor tanto de la producción como del puma: algunas de ellas son replantear el manejo de las majadas y adoptar técnicas de disuasión de pumas como la incorporación de perros pastores y en majadas chicas disuasivos lumínicos o sonoros en los corrales nocturnos. Igual de importante resulta conocer en mayor profundidad los hábitos del puma para implementar estas estrategias con mejores resultados.
Como un gran laboratorio a cielo abierto, el Parque Patagonia resulta ideal para los trabajos de investigación
La Fundación Rewilding Argentina, comenzó sus estudios en la zona de Cueva de las Manos en enero de 2019 y tiene como objetivo entender la ecología espacial y trófica de los pumas (como se relacionan con sus presas en un lugar determinado) para generar conocimiento que permita encontrar soluciones al conflicto que existe entre los pumas y los productores de ovinos.
El estudio consiste en el equipamiento de los pumas con collares satelitales con tres componentes. Un componente de radio VHF que permite el monitoreo de los animales en el campo. “Ahí cada animal se comporta como si fuera una FM, entonces envía una señal que en una frecuencia determinada, uno puede rastrear con un receptor y una antena”.
El otro componente que tiene el collar, es un GPS que toma coordenadas geográficas que dan una idea de la ubicación del animal. “Estos registros, los toma cada 3 horas, o sea, 8 veces al día. Esto se multiplica por la duración del collar, que es de aproximadamente 3 años. Es un montón de información espacial sobre el puma”
El tercer componente del collar, es el sistema que permite la conexión del collar con una red satelital de nombre IRIDIUM. “Lo que permite es que la información geográfica que se están registrando cada 3 horas, cada 24 horas se transmita vía satélite a una página web desde donde nosotros podemos obtener la información. Podemos saber casi en tiempo real, por donde anda el animal, independientemente de esto, lo que nos importa saber es toda la información que esos puntos van proveyendo a medida que los vamos analizando todos juntos” explica Emiliano.
Estos datos son analizados por el equipo de conservación. “Nos dan una idea de cómo los pumas que nosotros capturamos en las zonas protegidas, interactúan con los campos vecinos, donde hay producción ovina y además, definir los lugares en los que los pumas pasan más de 6 horas y nos permite ir a esos sitios y definir si en ese lugar estuvo descansando o se estuvo alimentando de algo”.
Otra información que obtienen es poder estimar cuánto matan por unidad de tiempo. Eso se conoce como tasas de depredación, y permiten, a su vez, evaluar cuál es el efecto del puma sobre la población de sus presas. “Por ejemplo, sabemos que un puma en la zona de Cueva de las Manos, mata aproximadamente un guanaco por semana. Esto es unos 4 guanacos por mes, unos 50 al año. Una población de pumas de 50 animales, estaría removiendo unos 2500 guanacos por año. Lo que da una idea en la zona, de la importancia del puma como un potencial controlador de la población de guanacos”.
El trabajo de investigación requiere tiempo, pues una vez colocado el collar las primeras observaciones interesantes pueden sacarse recién a los seis meses a un año. Resulta urgente entender el rol vital que cumple el puma en la salud de los ecosistemas que habita, trabajar para la coexistencia con otras actividades productivas y fomentar su protección convirtiéndolo en un aliado para el desarrollo local a través de actividades de turismo de observación de fauna.