Mes Rosa: El desafío de hablar del cáncer y cuidar la mente para sanar el cuerpo

Las Heras-, En el Galpón Cultural de Las Heras, dos profesionales de la salud mental y mujeres integrantes de Guerreras Rosas de la Estepa compartieron una reflexión profunda sobre los miedos, los vínculos y la fortaleza que nace del acompañamiento.
El pasado jueves 16 de octubre, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mamas, se realizó en el Galpón Cultural de Las Heras una jornada sobre la importancia de la salud mental en el proceso oncológico, organizada por la asociación civil Guerreras Rosas de la Estepa.
La actividad reunió a mujeres que atraviesan o han atravesado la enfermedad, junto a los profesionales Dr. Carlos Coronel, médico psiquiatra (MP 3476), y Lic. Marcos Olave, psicólogo (MP. 536) , quienes ofrecieron una mirada integral sobre el impacto emocional del diagnóstico y la necesidad de construir redes de contención.
“Gracias por la invitación y gracias a las Guerreras Rosas, porque lo que ustedes hacen es, en sí mismo, la estrategia de promoción y prevención más grande que existe”, expresó el Dr. Coronel al comenzar su exposición. No se trataba de repetir tecnicismos ni de hablar de manuales, sino de poner en palabras lo que ocurre cuando el diagnóstico llega y la vida se detiene.
“Podemos leer sobre los factores psicológicos asociados al cáncer, pero nada se compara con escucharlo en carne viva —agregó—. Las Guerreras traen su historia, su bagaje, su lucha, y la convierten en mensaje de vida”.
El profesional habló del miedo como primera emoción: “Cuando la palabra ‘cáncer’ aparece como realidad concreta, lo primero que sentimos es miedo. Miedo a lo desconocido, a lo que vendrá, a los hijos, a la idea de dejar de estar”.
En ese momento, María Mancuello, una de las integrantes de Guerreras Rosas de la Estepa que logró vencer la enfermedad, tomó el micrófono y compartió su experiencia: “Creo que toda mujer, cuando le dicen ‘tenés cáncer’, lo primero que piensa no es en la enfermedad, sino en los hijos. En quién se va a quedar con ellos. Es una palabra mortal”, dijo con la voz entrecortada.
El psiquiatra retomó: “El miedo es una condición humana anticipadora. Nos lleva a imaginar escenarios, a veces terribles, pero también a prepararnos. A buscar estrategias de supervivencia y de amor”.
Por su parte, el Lic. Marcos Olave reflexionó sobre el acompañamiento emocional y los silencios que rodean la enfermedad. “No estamos preparados para hablar del sufrimiento ni de la muerte en los hogares. Cuando aparece una enfermedad grave, también cambia el entorno. No porque la familia no quiera acompañar, sino porque le cuesta manejar su propio dolor”, explicó.
Otra de las voces femeninas fue la de Marta Tejerina, fundadora de la organización y referente en la lucha contra el cáncer de mama en la región: “Cuando supe el diagnóstico, no se lo dije a nadie. Solo mi esposo lo sabía. Pensaba cómo preparar a mis hijos, cómo contarles sin que sufran. Pero el más chico se dio cuenta solo. Ellos perciben los cambios, aunque una no quiera decirlo”, relató.
El psicólogo asintió: “El cáncer irrumpe y nos enfrenta con lo que nunca aprendimos: pensar en la muerte, manejar las emociones. No hay antídoto contra el sufrimiento. Solo podemos acompañarnos y buscar ayuda cuando sentimos que no podemos solos”.
El cierre de la charla volvió al valor del vínculo comunitario. “Muchas veces los factores protectores aparecen antes que lo profesional —coincidieron los especialistas—. Son los lazos, los grupos, la comunidad, lo que nos salva. El humano es un ser comunitario: nos sostenemos en los vínculos”.
María Mancuello relató un momento clave de su recuperación durante el tratamiento en Buenos Aires: “En el hotel de la obra social nos levantábamos temprano, desayunábamos juntas, todas en tratamiento. Una tenía que ir a quimio, otra a biopsia. Y ahí nos conteníamos. La fuerza salía del compañerismo. Esas charlas eran nuestra psicoterapia”.
Y cerró con una reflexión que conmovió a todos los presentes: “Mientras hacía el tratamiento veía entrar mujeres jóvenes, y también señoras mayores en silla de ruedas. De todas aprendí. La vida es linda, hay que vivirla. Cada día, pero hay que vivirla”.
“En nuestro grupo siempre se suma alguien nuevo: algunas hoy están internadas, otras no lo han logrado y, desgraciadamente, ya no están entre nosotros”, indicó Marta Tejerina a La Opinión Austral.
Consultada por La Opinión Austral, Marta Tejerina explicó que el grupo de Guerreras Rosas de la Estepa no deja de crecer: “Si bien no tenemos datos estadísticos, sabemos que son muchas las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama. En nuestro grupo siempre se suma alguien nuevo: algunas hoy están internadas, otras no lo han logrado y, desgraciadamente, ya no están entre nosotros”.

Desde la organización destacaron la importancia de abordar la salud integral de las pacientes, no solo desde lo emocional, sino también desde lo nutricional, legal y social. Durante la jornada participaron además profesionales del equipo de Nutrición del Hospital Local, quienes brindaron una exposición sobre alimentación en pacientes oncológicos, y una especialista en Derecho, que desarrolló una ponencia sobre los derechos de los pacientes y las obligaciones del Estado de garantizar el acceso a una atención integral y equitativa.
“El camino de la sanación no depende solo de los tratamientos médicos o psicológicos —evaluaron desde Guerreras Rosas—. También requiere del acompañamiento amoroso de la familia, los amigos y la comunidad. Nadie sale solo de esto. Cada abrazo, cada palabra y cada gesto de cuidado también curan” .(Nota: La Opinión Austral)

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