Las Heras-, Graciela Cuyul y Pedro Cerda piden justicia por su hijo Matías, de dos años y medio, quien falleció en mayo de 2010 en Buenos Aires luego de ingresar al hospital de Las Heras con un paro cardiorrespiratorio y sin respiración luego de sufrir una «convulsión febril». «No le puede pasar a otro niño. Llevás a tu hijo porque te dicen que tenés que vacunarlo, para que muera de una convulsión febril», planteó su madre.
«Hay que hacer algo, hoy me pasa a mí, le puede pasar a cualquiera», reclama Graciela Cuyul junto a su marido Pedro Cerda, quienes en 2010 perdieron a su hijo Matías, de dos años y medio, luego de sufrir una «convulsión febril» en medio de la asistencia médica. Piden fecha de inicio del juicio en la causa donde el juez de Las Heras, Eduardo Quelín, procesó por «homicidio culposo» a la pediatra que atendió al niño.
«Esta mujer al año se fue a Catamarca», advirtió la madre de Matías, el nene que falleció tras ser trasladado al Instituto del Diagnóstico en Buenos Aires con «coma cerebral».
Tanto Cuyul como Cerda, a siete años de la muerte de Matías, continúan luchando para llevar el caso a juicio y que el Tribunal en lo Criminal de Caleta Olivia ponga fecha al debate.
La pediatra que atendió y acompañó en el traslado de Matías desde Las Heras a Pico Truncado y luego al hospital de Caleta Olivia fue procesada por el juez Quelín, del Juzgado de Instrucción N° 1 de Las Heras, que le trabó un embargo por 4 millones de pesos.
«Fue atendido el 12 de mayo del 2010, se le colocó la vacuna H1N1 Influenza ‘A’ -Lote 0908801- le colocan eso, obviamente como papás nosotros le dimos Ibuprofeno antes por las dudas que levante fiebre, antes de la vacuna. Después que se vacunó, anduvo lo más bien, él me pide teta, le doy teta sigue jugando, vuelve a pedir teta 22:15 le doy teta, cuando le estoy dando teta pega como dos pataditas, convulsiona», recuerda sobre el episodio Cuyul.
Los padres relataron que le mojaron la cabeza al niño y como vieron que seguía convulsionando, lo llevaron al hospital de Las Heras, donde Cuyul trabajaba en el laboratorio.
Sortearon las 15 cuadras del domicilio hasta el hospital. «En la puerta del hospital vomita», recordó la madre. «Empezaron a llamar a la pediatra. Tenía que cruzar la calle. La pediatra fácil tarda 40 minutos en llegar, viviendo a media cuadra. Le ofrecieron la ambulancia hasta para ir a buscarla. Una desidia total. Esta pediatra es Graciela Susana Mur», sostuvo Cuyul, quien la denunció penalmente y a siete años del fallecimiento de su hijo sigue pidiendo justicia.
DESESPERADO TRASLADO
La ambulancia que trasladó a Matías finalmente salió de Las Heras con Cuyul, la pediatra y una enfermera hacia Caleta Olivia.
Cuyul cuenta que en el viaje la pediatra les dijo que en Caleta Olivia «vamos a decir una mentira piadosa porque vamos tarde».
«Cuando llegamos a Truncado, lo atienden, ¡Qué no hacen en Truncado! Todo el amor, mi marido se descompone, me quedo en el pasillo afuera del showroom en un momento sale y la doctora me dice quédate tranquila», rememora la madre.
Los padres de Matías cuentan con una prueba importante entre manos que les entregó el hospital de Pico Truncado al que llegó la ambulancia de imprevisto. «Nos dijo la doctora que venía con el tubo fuera de lugar, venía sin oxígeno», describió Cuyul, quien tiene copia del libro de guardia.
«El 13 de mayo a la 1:10 ingresa el paciente Cerda Matías, de dos años y medio con paro cardiorrespiratorio, frecuencia cardiaca 0 y frecuencia respiratoria 0. Con tubo endotraquial fuera de lugar», señala el informe de guardia. «Se le salió el tubo. Lo que nos decía el médico de Buenos Aires es que tienen que ir parando la ambulancia, para ir acomodando el tubo. Después nosotros nos pusimos a investigar como papás», relató Cuyul.
Finalmente Matías fue trasladado hasta el hospital de Caleta Olivia y de ahí al aeropuerto de Comodoro Rivadavia para llevarlo en avión sanitario al Instituto del Diagnóstico, en Capital Federal.
En Caleta Olivia la junta médica les había comunicado a los padres que el niño debía ser derivado a Buenos Aires porque no respondía neurológicamente.
«En Buenos Aires descartaron todo tipo de enfermedades y nos dijeron ¿Cómo se te puede morir un niño de una convulsión? ¿Entonces la gente epiléptica que vive en Las Heras qué va a hacer? Lo que él tenía al momento del ingreso es estatus convulsivo más coma cerebral posterior. Eso es lo que ellos encontraron cuando Matías ingresa. Le ponían agua helada en los oídos, le pinchaban los piecitos, en ningún momento reaccionó», sostuvo Cuyul.
Hoy a siete años de la muerte de Matías buscan Justicia. Piden que se condene a la pediatra que lo asistió en Las Heras. (Nota: El Patagonico)