Las Heras-, La víctima de 15 años fue traída con la promesa de “comodidades” que la madre no le podía dar. Un día se despertó sin ropa y con el tío tocándola. La familia es de La Pampa y busca la manera de radicar la denuncia.
“Escrache de Las Heras, Santa Cruz”, así es como Luciana se expresó en el posteo que realizó en su cuenta de Facebook, donde contó el calvario que tuvo que pasar su hermanita de tan sólo 15 años de edad. “Pedófilo y abusador de menores”, escribió junto a la fotografía del hombre, que adjuntó en la publicación, y junto a la mujer, pareja del acusado, que dice que “lo encubre”. La familia y la sobreviviente viven en Santa Rosa, La Pampa, y buscan la manera de realizar la denuncia en la ciudad santacruceña.
Según la explicación de Luciana, su hermana adolescente había viajado al sur del país y estaba hospedada con su padrino y madrina (los acusados), debido a que ellos “habían prometido estudio y comodidades que nosotras, o mejor dicho mi mamá, no podía darle”, escribió la joven. “Al principio fue todo lindo, pero después empezó lo feo”, agregó y dejó en claro que es un caso “trágico” de un “hdp que le gusta tocar sin consentimiento a menores”, además que no siente ni un poco de orgullo de ser ahijada de ellos.
Un calvario
Según dio a conocer en el posteo, la adolescente de 15 años pasó momentos muy feos junto a estas personas: “La usaban para trabajar, limpiar y pagar gastos que les pertenecían a ellos (ella trabajaba para ellos y ellos tienen trabajos, pero era su plata, no la de mi hermana)”. “Si mi hermana comía, tenía que reponer”.
“Solamente la hacían estudiar todo el día y si salía con una amiga, le hacían comentarios ofensivos, del tipo esa es re p…, vas a venir preñada”. “Cuando la llamábamos, ellos estaban escuchando qué le decíamos y qué decía ella”.
Abuso sexual
La joven comenzó a sentir varias cosas durante su estadía en Las Heras. Según explicó Luciana, la adolescente sentía todo el tiempo que era observada, cuando se bañaba, se cambiaba, caminaba y hasta dormía. Cuando llegó a ese domicilio, le designaron una habitación y le dieron su propia llave. La joven siempre la usaba, dejaba la puerta cerrada, pero de un día para el otro desapareció y la mujer dio la excusa de que “su marido quería para algo la llave”.
El día del abuso sexual llegó un día que la muchacha y el dueño de casa se quedaron solos. “Mi hermana estaba durmiendo y pensó que uno de los perros de la casa se había subido a la cama, porque ella dormía con los perros de ahí, después sintió que la tocaban y se despertó. Al despertarse, vio que no tenía puesto el pantalón corto (ella duerme con ropa), miró a su costado y lo vio al tipo exaltado”. Allí, la menor comenzó a plantearle por qué le hacía eso.
“Él comenzó a disculparse y poner mil excusas o sobornos, a lo que mi hermana agarró todas sus cosas para irse, mientras mi mamá y yo hablábamos con ella por teléfono y le decíamos que no cortara para escuchar que estuviera bien”, agregó en el escrito la joven.
“Escuchamos cómo le decía que hablara, que no pasaba nada, que se había confundido, que no lo iba a repetir”, comentó y dijo que “luego la agarró de los brazos con fuerza y la quiso tocar nuevamente, tratando de evitar que ella saliera”.
Mientras tanto, desde Santa Rosa, Luciana y su mamá llamaban a la abuela de la adolescente para pedirle que la ayudara. “Mi abuela se metió a la casa y ahí la soltó. Después volvieron a la casa de mi abuela para buscar un teléfono que ellos le habían comprado a mi hermana, el cual en una ocasión se rompió y ella tuvo que pagar los gastos. Ya está con su familia y, créanme, la van a pagar, no sólo denuncia van a obtener, también escrache social”. (La opinión Austral)