Provinciales-, Estamos viviendo un 25 de mayo totalmente distinto a todos los que hemos vivido hasta ahora. Es un momento sin precedente para nuestro pueblo. La pandemia paralizó el mundo y profundizó la recesión que dejaron cuatro años de un muy mal gobierno.
Desde el comienzo de la crisis sanitaria no hemos bajado en ningún momento los brazos. El pueblo ha demostrado una vez más estar a la altura de las circunstancias, cumpliendo con sus obligaciones y pensando en la salud de todos. Y si bien hemos visto muchas cosas buenas, la pandemia trajo dolor y permitió observar con mayor detalle la magnitud de las debilidades que presenta nuestro país, las falencias estructurales del sistema que nos contiene y la marginalida que fabrica en un sector muy importante de la población. Son evidentes las desigualdades que nos rodean.
En este contexto, parece difícil festejar. Pero no tenemos que pensar así. Siempre es bueno recordar y celebrar la fundación de nuestra Patria. Tener memoria, reconocer y reconocerse en la historia colectiva del pueblo y la Nación. Tenemos que dejar de lado los miedos y las dificultades que enfrentamos, las posibles angustias que puedan embargarnos y avanzar con determinación. Tenemos un país maravilloso que nos da todo aquello que necesitamos para vivir y crecer. Festejemos por eso.
Hace más de dos siglos dejamos de ser colonia. Aprendimos que podemos y debemos tomar nuestras propias decisiones, porque el destino de la Argentina está en nuestras manos. Sabemos que la vida es una asociación de pequeñas batallas que libramos todos los días, en nuestra vida personal, en nuestra vida familiar, en nuestra vida social. No debemos tener miedo, estoy convencido que podemos transformar la realidad. Soy optimista. Este es un momento clave, si lo pensamos bien, es una oportunidad única para luchar por la liberación verdadera y definitiva de la Patria; y por la dignidad de nuestro pueblo. Como hicieron hace 210 años esos hombres y mujeres que en «Cabildo Abierto» decidieron decir basta y terminar con la sumisión al rey de España. Con ese ejemplo de fuerza vamos a superar la pandemia y la crisis económica que vivimos.
A lo largo de nuestra historia, en las mayores crisis hemos visto elevarse nuestra bandera, y el pueblo ha salido a enfrentar los problemas convencido que se puede vencer. Más allá de las divisiones que siempre han existido, y de las privaciones que podamos encontrar en la vida cotidiana. Tenemos la fortaleza para ser un país donde no exista la inequidad, el hambre y la falta de trabajo. Es posible una profunda reforma del modelo que quita oportunidades y consume los sueños de los argentinos y argentinas. Los efectos que la expansión del coronavirus está teniendo sobre amplios sectores de la sociedad son trascendentales y nos abren una posibilidad de cambio.
Sepamos que nos caracteriza la fuerza y nos acompaña el espíritu de todos esos grandes hombres y mujeres que forjaron nuestra nación. En nosotros habitan todos esos héroes y heroínas que nos permitieron tener un futuro.
Este es un día de revolución, enfrentemos cualquier miedo. Pongámonos de pie y tengamos esperanzas. No hay cadenas que nos aten ni ejércitos que nos dominen. Manuel Belgrano le escribió a José de San Martín que “EL MIEDO SÓLO SIRVE PARA PERDERLO TODO”. Ellos no tuvieron miedo y liberaron un pueblo. Nosotros continuaremos esa lucha.
¡VIVA LA PATRIA!