Provinciales-, La gran variedad de ambientes de la Patagonia brinda el hábitat adecuado para un mosaico extraordinariamente diverso de especies. Sin embargo, estos ecosistemas no estuvieron exentos de procesos de extinción y reducción poblacional. Hoy, sus especies autóctonas necesitan del compromiso de los gobiernos, comunidades y científicos para lograr recuperarse. Se conoce como biodiversidad a la variedad de especies vegetales y animales que viven en un espacio determinado. En la Patagonia, la gran multiplicidad de ambientes brinda el hábitat adecuado para una notable diversidad de especies animales. Sin embargo, como resultado de la depredación y las migraciones humanas, los ecosistemas de la Patagonia no fueron inmunes a procesos de extinción y reducción poblacional. En la región noroeste de Santa Cruz, en las 52 811 hectáreas ahora protegidas por el Parque Nacional Patagonia, se puede dar el libre traslado y migraciones de las especies silvestres y también el mantenimiento de poblaciones aisladas, lo que posibilita el trabajo de conservación. Considerada “una isla en tierra firme”, la Meseta Lago Buenos Aires suministra el agua necesaria para que fluyan interminables lagunas, manantiales, mallines y arroyos, convirtiendo al área en un refugio único de la flora y fauna autóctonas. En este rincón prístino de la Patagonia, se pueden avistar gran variedad de especies como choiques, guanacos, piches, pumas, chinchillones anaranjados, zorros y reptiles. Es el lugar ideal para el avistamiento de aves: gallaretas, cóndores, perdices martinetas, águilas moras y halconcitos colorados sobrevuelan los recorridos de este circuito. Es además, la zona de anidada en primavera y verano del endémico macá tobiano. A partir de este pequeño zambullidor exclusivo de la provincia de Santa Cruz y categorizado como “en peligro crítico de extinción”, se impulsó la creación del Parque Nacional Patagonia, concretada en el 2014. Luego de los trabajos que se desarrollaron para garantizar la conservación del macá tobiano, los científicos agregaron a sus investigaciones otras especies de la zona, como el chinchillón anaranjado (poco conocido por la comunidad Internacional de la conservación), el puma, el guanaco, el choique y la gallineta chica entre otras. En este ecosistema, el puma, por su condición de predador tope, es fundamental para asegurar la salud y el funcionamiento del ecosistema patagónico, regulando la cantidad de herbívoros (el guanaco es su presa principal) y carnívoros medianos. Se distingue además por su asombrosa capacidad de adaptarse a variados ambientes. En esta época del año, las temperaturas comienzan a bajar en la Patagonia y es inevitable ver mayor cantidad de guanacos bordeando las rutas. Y es que es la temporada en que estos animales realizan las llamadas “migraciones estacionales”, desplazándose hacia zonas más bajas buscando mejores temperaturas, pero sobre todo la disponibilidad de alimento. La estepa patagónica es uno de los lugares donde pueden encontrarse grandes poblaciones de esta especie. Otra de las postales que aportan colorido a la región noroeste, la encontramos como un puntito naranja entre los cañadones. Conocido localmente como vizcacha o incluso ardilla, el Chinchillon anaranjado es una especie que solo habita un sector reducido del oeste de Santa Cruz y zonas aledañas de Chile. Generalmente vive en ambientes rocosos cordilleranos y acantilados o roquedales de cañadones esteparios, alimentándose de las escasas y pequeñas plantas que crecen cerca de sus refugios. Si bien se puede avistar con facilidad en algunas partes del Cañadón del Río Pinturas, el chinchillón anaranjado ha visto sus poblaciones disminuir drásticamente, además de ver la conectividad entre sus poblaciones alterada. Otras especies como el coipo y la gallineta austral han conocido la misma desdicha. En cuanto al huemul y al huillín, ya desaparecieron regionalmente. Recuperar el delicado equilibrio en el que coexisten estas especies y así garantizar el buen funcionamiento de este ecosistema es un objetivo que comparten distintos actores gubernamentales, ONGs y comunidades locales. Gracias a su compromiso, unido al de científicos y voluntarios que trabajan arduamente en esa región, de a poco se van logrando avances significativos. En tiempos tan particulares como los que estamos viviendo, es imprescindible entendernos parte de este ecosistema global. Es momento de que como sociedad logremos ser más conscientes que nunca, de la importancia de conservar la biodiversidad de esta, nuestra casa común. Sin dudas, un pequeño granito de arena, es conocerla para reconocernos parte de ella.
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Tecnología satelital para monitorear a los Choiques en el Parque Patagonia
Provinciales-, Con el objetivo de ayudar a la conservación de esta especie, se utiliza la última tecnología para entender los hábitos del más pequeño de los ñandúes suramericanos. Viajar por las rutas patagónicas nos llena la retina de paisajes tan particulares que, con solo pensar en ellos, no importa donde estemos, los podemos recordar. Así es como resulta típico ver guanacos pastando, lentos, a su ritmo. De pronto, en un instante esa calma se ve interrumpida por otra especie patagónica. De cuello y patas largas, ojos mansos y grandes, emplumado y a los trotes. Hablamos de los choiques, tan habituales en Patagonia y tan poco que se sabe de ellos. Los choiques son aves de la familia de los ñandúes, exclusivas de Sudamérica y las de mayor tamaño del continente. Se dividen en dos especies de la misma familia: Rhea americana (ñandú andino) y Rhea pennata (la que conocemos como choique). El choique es la más pequeña de las dos subespecies. Alcanza 1,10 metros de altura y un peso de 20 kilogramos. Se mueven en pequeños grupos de 5 a 30 aves, excepto en época de celo, en que se agrupan en un número mucho mayor. Los machos son polígamos (poseen varias hembras) y las hembras poliándricas (poseen varios machos). El macho se encarga de la incubación y cuidado de los charitos (pichones) mientras que varias hembras proveen de huevos a su nidada. Se alimenta de vegetales y pequeñas presas. Habita en pastizales abiertos, cultivos y bañados. No vuelan, pero son muy buenos corredores. Tanto es así que cuando es perseguido, supera los 60 km/h y cambia de dirección realizando carreras en zigzag. El Parque Patagonia alberga poblaciones en buen estado, lo que podría convertirse en un aliado para recuperar a esta especie en lugares donde ha desaparecido. Es por eso que un equipo de profesionales, trabaja utilizando la tecnología para conocer más sobre esta especie. Los radio collares con GPS que portan los choiques, se activan una vez a la semana para entregar los puntos de localización. En el caso de estas aves, es la primera vez que se utiliza esta tecnología y los datos que aporta ayudarán a tomar medidas para su conservación. Para obtener estos datos, los científicos se conectan con un receptor que les permite descargar los datos a una computadora, lo que permite observar los movimientos realizados por cada individuo. El biólogo Emiliano Donadío, director científico de Fundación Rewilding Argentina, explica que “con estos collares esperamos aprender sobre lo que se llama ecología espacial del Choique, que traducido es qué ambientes usa, cuáles selecciona y cómo va usando distintas partes del paisaje -si es que lo hace- en distintas partes del año. También si tiene algunos movimientos vinculados con el invierno, si deja de visitar algunos lugares porque la nieve está muy alta y no puede alimentarse o no le ofrecen refugio, etc.”. Hay estudios que indican que en otras zonas de la Patagonia la abundancia de choiques declinó bastante a partir del desarrollo de la ganadería. “Hay comentarios de antiguos viajeros que dan cuenta de grandes bandadas de choiques que se dejaron de ver. Ahora, en algunos sitios donde los campos han sido abandonados por problemas productivos, empiezan a verse, pero muy poquito”, explica el biólogo. “De los choiques se sabe muy poquito en todos los aspectos de su ecología. Hay algunos trabajos publicados sobre la dieta y el conocimiento sobre las distintas especies se basa en eso”, afirma Donadío. La forma y la finalidad que motivó la merma de su población han variado en el tiempo. Desde su caza exclusivamente para subsistencia –alimentación por los antiguos habitantes, hasta la captura furtiva solo por el precio de sus productos. Ampliar lo que se sabe, utilizando la tecnología, permitirá iniciativas más eficaces que ayuden a su conservación y a recuperar a esta llamativa especie en aquellos lugares donde ha desaparecido.
Las rutas del noroeste santacruceño entretejen paisajes, historias y culturas
Regionales-, ¿Qué son las rutas además de la posibilidad de trasladarse? En el noroeste de Santa Cruz permiten acceder a paisajes, historias y culturas únicas, y son el ambiente propicio para el -siempre necesario- viaje a nuestro interior. Sitios con fósiles de millones de años, evidencias pictóricas de antiguos habitantes, localidades que fueron protagonistas de los sucesos históricos trascendentes o las más recientes ‘Huelgas Patagónicas’. Todo “hilvanado” por las rutas del noroeste santacruceño con un presente que promueve a la región como uno de los nuevos destinos de turismo por su paisaje de abrumadora belleza. Dispuestas casi estratégicamente, una gran variedad de postales permiten disfrutar, a quien recorra estos caminos, de la experiencia de vivir la naturaleza salvaje de la región: sus cielos interminables, la meseta del Lago Buenos Aires, su estepa infinita y la abundante fauna silvestre que acompaña a los viajeros. “Viniendo desde el sur, descender a la zona de Bajo Caracoles es espectacular. Es un gran cuenco que alguna vez contuvo un lago glaciario. La vista abarca la cordillera, el Cerro San Lorenzo y el alto horizonte de la Meseta Lago Buenos Aires”, describe Guido Vittone, guía de montaña, especializado en geología, glaciología, botánica, e historia de la región. Desde ‘Bajo Caracoles’, los caminos se bifurcan: hacia el oeste, rumbo al Lago Posadas y la inmensidad de la estepa y al Paso Roballos, cruzando al Parque Nacional Patagonia, con la Cordillera siempre al frente, pasando por el ‘Portal El Sauco’ y las sorprendentes aguas de turquesa intenso del lago Ghio. O. Subiendo por la 40 hacia el norte a la localidad de Perito Moreno, se puede optar por tomar la RP 97 a Cueva de las Manos, que permite observar el Cerro Chato, el Cerro Poivre y grandes manadas de Guanacos, Choiques, Cóndores y Águilas moras. Viniendo desde el norte, poco antes de Perito Moreno, el viento nos acompaña -siempre- y la 40, que en el km 1251 se vuelve la avenida principal de Perito Moreno e invita a continuar hacia el sur, en un sinfín de curvas, subidas y bajadas, entre tierras de múltiples colores. Desde Perito Moreno hacia Los Antiguos, se recorre la ruta escénica 43, bordeada por una llamativa línea de grandes bloques y fragmentos volcánicos. A la vuelta de una curva, aparece repentinamente el inmenso Lago Buenos Aires, el segundo más grande de Sudamérica. El camino bordea la orilla del imponente espejo de agua y sus enormes olas que lo asemejan al mar, con vista a la Cordillera de los Andes con sus montañas y macizos de diversas formas. Siguiendo unos kilómetros adelante, las construcciones de una histórica estancia indican que se ha llegado al “Portal La Ascensión” del PNP. El guía afirma que “las recorridas por el antiguo casco, hasta la costa del lago o las caminatas en los senderos hacia la meseta, atraen cada vez más visitantes”. A solo 20 km se ubica Los Antiguos, una tranquila localidad a orillas del gran lago, donde las alamedas protegen del viento a las chacras productoras. En Los Antiguos nace la RP 41, también conocida por los locales como el “Camino del Zeballos”. Con dirección sur, bordeando la frontera con Chile, la ruta trepa hasta 1500 msnm y desciende hasta el Paso Roballos. Esta ruta conecta las localidades de Los Antiguos y Lago Posadas. Sus 170 km de recorrido atraviesan ríos, lagos, cerros, bosques y estepa y ofrece un sinfín de paisajes increíbles con caprichosas formaciones volcánicas y donde se pueden avistar gran cantidad de aves y Guanacos, realizar caminatas o simplemente disfrutar del recorrido. “Fue mejorada en los últimos años y cuenta con una audioguía que describe los puntos más notorios. Este camino está convirtiéndose en un emblema de la región”, explica Vittone. Los dos pasos fronterizos de la región son opción para extender el viaje al vecino país. El Paso Jeinimeni une Los Antiguos con Chile Chico y permite alcanzar la costa sur del Lago Buenos Aires, que en Chile se denomina Gral. Carrera, e invita a visitar las imponentes “Capillas de Mármol”. El cruce sur por Paso Roballos conecta con el Parque Nacional Patagonia Chile. Sus grandes montañas y caudalosos ríos de impactantes colores verdes y azules permiten disfrutar de actividades náuticas. “Estos caminos conservan intacto el espíritu de la Patagonia: grandes distancias donde es común ver fauna nativa, las estancias y la hospitalidad de sus poblaciones”. Vittone cree que ofrecen bastante más: “Estos horizontes interminables invitan a un viaje al interior de nosotros mismos”.
Parque Patagonia: más y mejores sendas para los amantes de la naturaleza
Regionales-, En el Parque Patagonia se trabaja para mejorar la oferta turística optimizando los circuitos y senderos, ampliando la experiencia sensorial de los visitantes y cuidando el entorno.. Podría decirse que una buena senda es la que permite el disfrute de la naturaleza dejando el menor impacto posible. Su diseño, mantenimiento y los servicios que ofrece en el trayecto se vuelven imprescindibles para la accesibilidad y seguridad de los visitantes a las zonas de uso público de una reserva ambiental. Una senda requiere el estudio de la topografía, trazado y marcación, definir pendientes para que sean menores de 10º, ubicación de puentes o escalones y los lugares de descanso y puntos de control. A veces se incluye la colaboración de técnicos por si en la traza elegida hay vestigios culturales de pueblos originarios o vegetación o animales únicos en ese lugar. Al momento de proyectar, construir y mantener un sendero, es imprescindible un enfoque conservacionista para que no sean solo facilitadores del paso de los visitantes. “Una cosa es mejorar algo histórico, una huella antigua de ganado o de caballos y otra cosa es hacer una senda como corresponde, de cero, que es lo que estamos haciendo en el Cañadón del Río Pinturas”, explica Alejandro Caparrós, coordinador del equipo de sendas del Parque Patagonia. Desde hace un año, el equipo que encabeza Caparrós viene trabajando en “lugares que son de alto contenido paisajístico, cercanos al hospedaje de la ‘Posta de los Toldos’. Hay lugares de estacionamiento, con señalética, cartelería orientativa, y a partir de ahí se inician las caminatas. El objetivo es hacerlos accesibles y que se ensamblen con el entorno, que no tengas que mirar el piso y te concentres en el paisaje”. La “Bajada de los Toldos”, es un sendero que permite bajar por el cañadón del Río Pinturas con una hermosa vista hacia la Cueva de las Manos, para llegar al área arqueológica, cruzando el río por un puente metálico hacia el lado del Parque Provincial. El desafío de Caparros y su equipo es convertir ese recorrido que comprende un desnivel de 159 m en un sendero de exigencia media accesible a la gran mayoría de los visitantes. El equipo de construcción y mantenimiento de los senderos incluye mano de obra local a la que se capacita con la colaboración de una empresa estadounidense especializada en el desarrollo de estos servicios. “La idea es que sean chicos locales para que después puedan ser contratados por Parques Nacionales para seguir los trabajos”, remarca el coordinador. Se sigue extendiendo el circuito de senderos. “Uno va a rodear cerro Amarillo, entrará hacia el Cañadón, se va a conectar todo por el río con dos o tres puentes a Casa de Piedra y de ahí con el sendero de Balcones. Va a ser una oferta de una caminata de todo el día, con lugares de acampe”, cuenta Alejandro. También se están pensando nuevos centros de visitantes, refugios que permitan estadías y caminatas de 3 a 4 días y lugares para practicar escalada. “Uno viene a estos lugares si las rutas están buenas, y las sendas son la continuidad de las rutas. Le dan un plus a la región, generando una economía mucho más sustentable para todos los pueblos vecinos”, afirma. “Si las sendas están buenas la gente se quiere quedar y utiliza servicios del lugar. Es vital para la economía de la región que existan sendas en buenas condiciones”, remarca. Esta temporada, los visitantes “volvieron muy contentos, se sintieron seguros. Vieron cóndores, guanacos, chinchillones, choiques, a la distancia algún puma o zorros. Los chicos no se quieren ir. Las experiencias son de bienestar humano, siempre acompañados de buena infraestructura de uso público”. Caparrós no disimula. Se siente “honrado de abrir estos caminitos para que los argentinos lleguen a conocer su Patria”. Siente que es “un eslabón en este mecanismo de un gran equipo en el cual estamos trabajando todos con el mismo propósito. El premio es ver a los visitantes contentos, es poder dar esa accesibilidad a estos diamantes que tiene Argentina”.
Cruce de la Meseta del Lago Buenos Aires, 100 km de trekking y aventura
Provinciales-, Cien kilómetros de caminata entre los incomparables paisajes y la biodiversidad del noroeste de Santa Cruz. Guías capacitados e instalaciones renovadas completan una propuesta en la que se viene trabajando desde hace dos años.. La iniciativa surgió desde los visitantes aficionados al trekking. La búsqueda de nuevas experiencias durante las caminatas es una demanda creciente entre los que llegan al Parque Nacional Patagonia. Sin dudas, el noroeste santacruceño ofrece un gran potencial para desarrollar nuevas y seductoras propuestas para los amantes de esta actividad física. En esa búsqueda se lanzó Pablo Agnone, intendente del Parque Nacional Patagonia, junto con Federico Djeordjian, titular de la agencia de viajes “Chelenco Tours”. Ambos comparten el interés por las actividades de montaña, siempre pensando en el desarrollo turístico. “En mi caso, como administrador de un área trato de promover las actividades que tienen que ver con el disfrute y el desarrollo de un área protegida”, cuenta el intendente. La idea es incorporar al uso público un sendero de largo recorrido que cruce la meseta del Lago Buenos Aires. “Lo que estamos buscando es que la gente, con un perfil más experimentado, pueda subir un escalón y encarar este tipo de travesía”, dice el administrador. Fue así que comenzaron la caminata desde el “Portal La Ascensión, para atravesar toda la Meseta del Lago Buenos Aires hasta su margen sur, para llegar al destacamento de guardaparques en el paraje ´El Sauco´. Son aproximadamente 100 km. Hacer el relevamiento nos llevó dos días largos”, relata Agnone. “Fuimos explorando para conocer la viabilidad del recorrido, para que la gente pueda acceder. La idea que surgió es acondicionar cinco antiguos puestos de campo para que sirvan de refugio y se pueda hacer la travesía en aproximadamente en 5 días, 4 noches, pernoctando en ellos”, agrega. “La primera sensación que me dio la meseta, es estar en otro planeta”, dice Agnone al comparar el paisaje que sale desde el Lago Buenos Aires, con molles, coirones, calafates, y llega a un lugar donde la vegetación es totalmente adaptada y predomina la piedra, salpicada por algunas lagunas de altura. “Tenemos el Monte Zeballos y una vista inmejorable del Monte San Lorenzo. En la Laguna ´El Sello´ pudimos avistar más de mil flamencos y cisnes”, cuenta el explorador. Una variable que hay que tener en cuenta es la climática. “Va a depender de la época del año, pero independientemente de eso, son condiciones extremas, con fuertes vientos, bajas temperaturas y un suelo totalmente agreste, conformado por afloramientos rocosos, pequeños volcanes. Es el ambiente característico de la estepa patagónica muy interesante de ver”, explica Agnone. Desde la administración del parque se viene trabajando en un relevamiento que busca ampliar los circuitos y sus servicios, con instalaciones acordes y personal capacitado. “El Rincón”, “El Huevo”, “La Gaucha”, “Méndez” y “El Sauce” son los puestos a los que se le relevaron sus condiciones. La idea original es ponerle calefacción con combustión lenta, mantener las cocinas económicas que existen y hacer trabajos de mantenimiento de cierre, aberturas, ventanas, reparación de techos, etc. “Queremos que tengan una misma fisonomía, para que la gente los pueda identificar y que puedan acceder con pautas similares a las de un refugio de montaña tradicional. Que hagan un uso sustentable, seguro y responsable”, dijo el intendente del Parque. En 2020 se pudo conformar un grupo de guías en conjunto con la Fundación Rewilding Argentina. Una vez que ya esté consolidado el circuito, “la idea es tener guías que puedan acompañar a la gente, utilizando la mano de obra local calificada y resguardar este recurso natural y cultural que tenemos en el Parque Nacional Patagonia”. Agnone afirma que “estamos trabajando también con el Club Andino de Perito Moreno, que se está consolidando fuertemente en la localidad, y buscamos que puedan ser precursores de esto y puedan acompañar a las personas en el recorrido”. La fragilidad del ambiente no permite desarrollar actividades de forma masiva. “Pensamos en grupos reducidos, quizás no mayor a diez personas, con el acompañamiento de un guía Queremos velar por las condiciones de conservación más allá de la flora y la fauna, allá arriba tenemos un recurso arqueológico enorme”. La segunda etapa de este ambicioso proyecto contempla unir este circuito con el Parque Perito Moreno, atravesando y conociendo la zona del Lago Posadas e ingresando al parque por la zona del Lago Belgrano. Eso podría insumir unos 15 días, una experiencia fabulosa para desarrollar en verano. Agnone apuesta a que, el desafío de cruzar la emblemática meseta del Lago Buenos Aires, se convierta pronto en un icono infaltable en los destinos de la comunidad de senderistas. La pandemia no constituye ningún obstáculo para ello. Y, además, tiene un enorme valor agregado: “Es una alternativa muy interesante que sumará al desarrollo turístico de la región”.
Una nueva familia de yaguaretés silvestres vive libre en el Parque Iberá
Nacionales-, Desde el 16 de abril, una segunda familia de yaguaretés silvestres vive libre en el Parque Iberá, en la provincia de Corrientes. Esta vez fue el turno de Juruna y sus cachorros nacidos en diciembre de 2020, Sagua’a y Sãso, quienes suman sus huellas a la primera población silvestre del gran felino en Corrientes luego de 70 años de extinción en esta provincia.. El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, celebró este nuevo paso en la reintroducción del yaguareté, destacando que “el proyecto que llevamos adelante en la Provincia de Corrientes posiciona a la Argentina a la vanguardia mundial en proyectos de restauración de ambientes naturales y especies en peligro, a la vez que trae empleo, desarrollo y bienestar a las comunidades de la región”. Por su parte, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, dijo que “saludamos este nuevo hito en la reintroducción del yaguareté en el Iberá a partir del trabajo desarrollado junto con la Gobernación de Corrientes y Rewilding Argentina, que nos pone muy felices.” Con este suceso, ya son seis los yaguaretés liberados en el Parque Iberá, que recupera así a su depredador tope y, con él, su belleza y el buen funcionamiento del ecosistema. El yaguareté es una especie clave para los ambientes donde habita y se encuentra en peligro crítico de extinción por causas humanas. En Argentina perdió el 95% de su distribución original y se estima que sobreviven entre 200 y 300 individuos. El proyecto para reintroducirlo en Corrientes comenzó hace más de 10 años y está siendo liderado por el pueblo correntino, el Gobierno provincial, la Administración de Parques Nacionales y la Fundación Rewilding Argentina. El proyecto es único en el mundo: es la primera vez en la historia que se intenta devolver a este gran felino a un ambiente donde el hombre lo ha exterminado. Las liberaciones coinciden con el inicio de la década de la restauración de ecosistemas naturales, designada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para resaltar y poner en valor iniciativas de Rewilding. «Está comprobado que el regreso de especies clave en el funcionamiento de los ecosistemas como el yaguareté contribuye a revertir la crisis de extinción de especies, nos ayuda a secuestrar dióxido de carbono para detener el calentamiento global y evita la aparición de nuevas pandemias. En el contexto actual de crisis ambientales, el Rewilding se presenta como una estrategia que contribuye a asegurar nuestra propia existencia en el planeta” señaló Sebastián Di Martino, Director de Conservación de Rewilding Argentina. Kristine Tompkins, presidenta de Tompkins Conservation, también celebró este nuevo paso “que nos ayuda a buscar una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza y todos los seres que habitan este planeta, por el que felicito al gobierno de Argentina, especialmente a la Administración de Parques Nacionales y al gobierno de Corrientes en el alcance de semejante logro”. Juruna es una hembra silvestre de yaguareté proveniente del Criadouro Científico NEX, ubicado al norte de Brasilia, en Brasil. Junto a su hermana Mariua, quien ya vive libre con sus cachorros Karai y Porã en el Parque Iberá, fueron rescatadas por las autoridades del Instituto Brasilero de Medio Ambiente (IBAMA) cuando tenían pocos meses de edad luego de que cazadores furtivos mataran a su madre. En ese centro recibieron las atenciones necesarias para salir adelante y poder ser incorporadas al proyecto de reintroducción de yaguareté en Corrientes. Fue a finales de 2020 que Juruna dio a luz a la tercera camada de cachorros nacidos en el CRY, dando un fuerte impulso al proyecto para recuperar un Iberá completo, sano y vibrante. Para finalizar Valdés mencionó que “El gran felino se suma a otras especies clave reintroducidas al Iberá, como el venado de las pampas, el oso hormiguero gigante, el pecarí de collar y el guacamayo rojo. Las comunidades vecinas al Gran Parque Iberá, que suman unos doscientos mil habitantes, hace años que prosperan a partir de actividades vinculadas al turismo de observación de fauna”. Cabandié también resaltó que “Es importante garantizar la diversidad genética de la población fundante a través de un programa de monitoreo que minimice la consanguinidad de los individuos de la especie. Además, tenemos que cuidar que no se vuelvan a producir las condiciones que permitieron la ausencia del Yaguareté en la zona por tantos años: la caza furtiva, la diminución de presas y la destrucción del hábitat; y trabajar junto a las comunidades de la zona.”
Cueva de las Manos: naturaleza y cultura del noroeste de Santa Cruz
Provinciales-, Con la Cueva de las Manos como eje, la provincia busca fortalecer al noroeste santacruceño como un “un sitio cultural, ambiental y turístico”. Un libro declarado de interés por la legislatura sirve para apoyar la visibilidad de la región. Sin duda, uno de los eventos positivos que tuvo lugar durante el 2020 y que vale recordar por su impacto en las generaciones futuras, ha sido la protección “para siempre” del sitio Patrimonio de la Humanidad Cueva de las Manos, en Santa Cruz. “Potenciar la zona noroeste de Santa Cruz es uno de los objetivos que nos ha propuesto la gobernadora”, explica el secretario de Ambiente de Santa Cruz, Mariano Bertinat. “Es una visión de Alicia (Kirchner), que ha recorrido la zona y le ha puesto mucha energía aun en momentos de crisis, con mucho esfuerzo desde lo político y de todos los organismos que componen su equipo”, remarca. En 2019 el sitio había sido declarado Parque Provincial, y en julio del 2020 la gobernadora Alicia Kirchner firmó el decreto de aceptación de la donación por parte de Fundación Rewilding Argentina de las tierras que albergan la Cueva de las Manos, ubicada sobre un farallón en el corazón del Cañadón del río Pinturas y que presenta pinturas rupestres de más de nueve mil años de antigüedad realizadas por cazadores recolectores. En este contexto, el Gobierno de Santa Cruz impulsó la creación de un material editorial denominado “Cueva de las Manos: Naturaleza y Cultura del Noroeste de Santa Cruz”. En la publicación, no sólo se remarca el valor del sitio arqueológico, sino que también contempla el cuidado del ambiente, algo que el funcionario considera estratégico para el desarrollo de la provincia. “Sabemos que la educación ambiental aumenta el conocimiento de la comunidad sobre las temáticas ambientales. Desde la Secretaría de Ambiente venimos trabajando en una agenda transversal y en equipo con las otras carteras provinciales para llegar a la gente con el mensaje del cuidado y preservación de nuestro bienes naturales, sustanciados en acciones concretas que poco a poco van dejando sentido de pertenencia e identidad en la población”, señala Bertinat. El libro Cueva de las Manos, “es un material rico en fotografías, mapas y relatos que presentan la abundante diversidad de atractivos naturales, arqueológicos y paisajísticos que llevan a quienes recorran sus páginas, a un viaje único por la geografía santacruceña”, detalla el secretario de Ambiente y agrega que este tipo de materiales “son tan útiles como eficaces para crear una imagen que impacte y promueva el sentido de pertenencia por el lugar que habitamos los patagónicos”. “Este libro, es una publicación imperdible sobre uno de los tesoros naturales más valiosos de la Provincia e incorpora la generación de actividades para sus pobladores, relacionadas con lo que esta maravilla natural ofrece, y transmitir entender que los bienes naturales se deben cuidar, recuperar, valorar y explotar de manera sustentable”, puntualiza el funcionario. Situada en el departamento Lago Buenos Aires, entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles, la Cueva de las Manos del río Pinturas alberga un “conjunto pictórico único en el mundo”. Además, el deslumbrante cañadón en el que está ubicada la cueva, es hospedaje actualmente de numerosas especies de fauna y flora, algunas de las cuales sólo se encuentran en esa región. El sitio es uno de los atractivos del noroeste de la provincia que, como destino turístico, viene impulsando el desarrollo económico de las comunidades locales. Muestra de esto es la reciente temporada, donde emprendedores turísticos de la Comarca del Lago Buenos Aires coincidieron en que el movimiento del fin de semana largo cerró una temporada “más que fructífera”, considerando el contexto marcado por la pandemia. La sinergia entre todos los sectores generó movimiento económico y consolidó un entramado productivo local en expansión. “Lo que nosotros siempre decimos es que la clave está en sinergizar estas actividades de conservación con las que están presentes en el lugar. Santa Cruz vive de sus recursos naturales. La buena administración de esos recursos es la columna vertebral de nuestro futuro como provincia”, explica el secretario. Bertinat explica que parte del trabajo es “fortalecer el resguardo de un sitio cultural, ambiental y turístico de magnitud que potencia nuestro noroeste donde tiene importancia el cuidado de la naturaleza, en armonía con las tradiciones y las actividades históricas de la región».
Trabajan en la zona con Ciencia y tecnología para salvar a la Gallineta austral de su extinción
Regionales-, Un equipo de científicos trabaja en la zona noroeste de Santa Cruz para que, una de las aves más raras y amenazadas de Argentina, crezca en número en los lugares donde todavía se la puede encontrar y reintroducir donde se ha extinguido. La Gallineta austral o Gallineta es un ave muy pequeña que vive oculta en los escasos juncales de la estepa patagónica. Existen algunos registros de ejemplares en otros ambientes como la llanura pampeana, donde su presencia parece ser solo un recuerdo. Tan rara es que durante casi 40 años se pensó que se encontraba extinta, hasta que en 1998 se la redescubrió en la provincia de Santa Cruz. Como es muy territorial y reacciona ante la presencia de sus congéneres, en los últimos años ha sido más fácil localizarla usando las grabaciones de su canto, a las cuales responde ávidamente. Así se han hallado algunas poblaciones hasta el momento desconocidas. Sin embargo, en muchos juncales de la Patagonia su presencia es solo un recuerdo. “El sobrepastoreo, las quemas excesivas para obtener mejores brotes y el desvío de vertientes para regar pasturas ha provocado la desaparición de la gallineta austral en gran parte de su área de distribución original, que ya era naturalmente reducida. La introducción del visón, voraz depredador de la fauna nativa, seguramente contribuyó a agravar esta situación. Actualmente se encuentra catalogada como ‘en Peligro de Extinción’ en nuestro país”, explican desde el equipo de conservación de la Fundación Rewilding Argentina. Dentro del Parque Patagonia, en la zona noroeste de Santa Cruz, existe uno de esos escasos lugares donde la Gallineta aún es común el verla. “El juncal del Unco, en el Cañadón Caracoles es uno de esos escasos lugares”, señalan. “Si bien se tenían datos desde hace varios años acerca de su presencia y abundancia en este humedal, es solo recientemente que se ha podido comenzar a desentrañar los secretos de esta especie, de la que se conocía (y en buena medida se sigue conociendo) muy poco”. Durante los últimos dos años la Fundación Rewilding Argentina ha trabajado en la zona capturando y marcando con anillos en las patas a estas aves en la zona del juncal del Unco. Es la primera vez que se realizan estas tareas sobre la especie, por lo que los datos obtenidos, aunque siguen siendo básicos, resultan inéditos. A partir de estos estudios, los científicos pudieron confirmar que en este sector, la Gallineta austral no migra, a diferencia de lo que se cree que sucede en otros sitios de Patagonia. “Todos, o al menos la mayoría de los individuos, hacen frente al frío santacruceño en el juncal, incluso durante inviernos muy crudos como fue el del año 2020. Además, es la primera vez que se ha podido obtener los pesos de ejemplares vivos, los cuales oscilan entre 60 y 80 gramos”, describen. Esto facilitó que el equipo de profesionales pudiera diseñar transmisores de solo 2 grs. de peso que comenzaron a ser colocados en ejemplares de gallinetas, para conocer mejor sus costumbres y movimientos. “Otro dato no menor, fue descubrir que se reproducen dos veces al año, al inicio y a finales de primavera, y que pueden tener hasta 5 pichones en cada evento reproductivo”. Todo este cúmulo de conocimientos es una herramienta central para alcanzar el objetivo más importante: recuperar la especie y contribuir a su conservación. “Ahora estamos centrados en tratar de que las poblaciones remanentes como la del juncal del Unco prosperen. Por esta razón comenzamos a recuperar estos ambientes”. La metodología consiste en retirar el ganado, suprimir los fuegos y encauzar las vertientes. Según los expertos, la recuperación del juncal, tanto en calidad como en extensión, ha sido notable. Esto facilitará a que los números de la gallineta aumenten en este sector. Por otra parte, el trabajo de restauración de juncales comenzó en otro cañadón, el del Río Pinturas, donde la especie ya no se encuentra. A pesar de que estos ambientes también evidencian signos de recuperación, la Gallineta no los ha re colonizado por sí sola. “Por esta razón, es que se está planificando una próxima etapa de nuestro proyecto, que es la de translocar individuos del Cañadón Caracoles al Cañadón Pinturas. La población de Gallineta austral, cada vez más abundante en el primer sitio, permitirá que la especie vuelva a sectores donde se ha extinguido”. Esta enigmática ave poco a poco va dejando de serlo. Y quizás en un futuro no muy lejano, el fantasma de la extinción deje de amenazarla.
Trekking y aventura. en el nuevo “Sendero Gran Santa Cruz”
Provinciales-, Entre caminos de antiguos exploradores, de arrieros, de gauchos, al que un emprendedor local busca darle un perfil turístico, emerge un nuevo desafío de unos 500 km que separan Los Antiguos al noroeste de Santa Cruz y El Chaltén en un trekking de casi 25 días para los senderistas más osados.. La pandemia “nos replanteo a muchos si vale la pena seguir posponiendo esos proyectos que nos hacen sentir vivos. Les cuento el mío…”, dice Federico Djeordjian, en la presentación en sociedad de “Sendero Gran Santa Cruz”, una desafiante iniciativa turística que propone atravesar el sector cordillerano de gran parte de la provincia a través de un trekking que comienza en Los Antiguos, y finaliza en El Chaltén. Un recorrido de unos 500 kms y aproximadamente 25 días de caminata. Federico es un joven empresario patagónico por adopción. Es que hace quince años que vino desde su natal Buenos Aires a quedarse en Patagonia y actualmente es titular de la firma ‘Chelenco Tours’. Cuenta que su inspiración fueron “los relatos de los exploradores de la zona, y también mucho tiempo conociendo la geografía de la provincia. Tenes la ruta 40 que va al oeste, pero lejos de la Cordillera. Y tenes como una especie de ‘peine’, con muchas entradas: a Los Antiguos, Lago Posadas, el Parque Nacional Perito Moreno, al valle del Tucu Tucu, al lago San Martín y El Chaltén. Lo que hice fue, en lugar de entrar y salir, hacer una especie de caminata por la Cordillera norte- sur, uniendo un pueblo turístico en el norte (Los Antiguos) y la Capital Nacional del Trekking al sur (El Chalten)”, explica Djeordjian. Describe que “el diseño no es caprichoso ni novedoso». En gran parte atraviesa las huellas históricas de los primeros exploradores y, posteriormente, de arrieros que las utilizaban cuando necesitaban unir los diferentes valles cordilleranos. Para su mentor, el espíritu del sendero incluye hacer un aporte en términos de relevamiento, registro y documentación con el objetivo de que se establezca como trekking de larga duración. “Esta ruta está pensada para futuros viajeros que quieran aventurarse y que contarán con la información que puede recolectar (distancias, puestos o sitios de acampe, precauciones, etc.) para que, entre todos y con un trabajo colaborativo, año a año podamos ir enriqueciéndola”. El periplo incluye una primera etapa por la meseta (de las cinco que la componen), que une el valle de los Antiguos con los de lagos Posadas y Pueyrredón. Su duración aproximada es entre tres y cuatro días. La travesía por la meseta tiene como puntos de referencia, Portal La Ascensión del parque nacional Patagonia, el puesto El Rincón y la Visera en el cañadón dentro del río Los Antiguos hasta su naciente, llegando luego al Complejo Volcánico Zeballos. “En mi caso lo caminé norte sur, porque es el rumbo que tenía yo, pero también se puede hacer desde el oeste, desde la parte más alta de la ruta 41, subir a la meseta y desde ahí bajar a la zona del Portal Pinturas. Hay un montón de variantes, más fáciles que las que yo hice”. Uno de los pasajes de su aventura en los que no escatima detalles es el de la meseta, porque si bien estaba “con mucha ansiedad por empezar, también tenía dudas de si iba a poder cruzarla con éxito, porque la meseta impone respeto. Es un ambiente único, de alta montaña, a primera vista parecería que “no hay nada”, pero a medida que empezás a caminarla, te das cuenta que está llena de vida, por momentos atravesada por un jardín de flores de alta montaña lleno de mariposas o por un mar de rocas con decenas de pequeñas lagartijas. Es una inmensidad dominada por los guanacos, era levantar la vista y avistar a decenas de guanacos en el horizonte”. Federico detalla que combinó una inmersión en la naturaleza intacta de la Patagonia, acompañado por la tecnología “que me ayudó a orientarme allí arriba, a encontrar fuentes de agua y a identificar una ventana de buen tiempo sin viento para que el cruce no fuese un calvario. Fui con un equipo de montaña mínimo y ultraliviano de 5 kg más o menos, de 38 litros, todo súper liviano y eso ayuda bastante a hacerlo más rápido, más seguridad, más tranquilo, menos dolor, más confortable”, aclara el guía. A lo largo de esos más de 400 km “atravesé un montón de estancias que podrían dar alojamiento, comida, aprovisionarse, en algunos casos ayudarte con algunos enlaces vehiculares que pueden acortar la ruta, comunicación, wi fi, etc. A eso apunto, a promocionar esta actividad que puede generar laburo, a generar movimiento económico, valoración por el turismo. Se podría tener una especie de prestadores de turismo rural”, explica. Para Djeordjian, la aventura no está solo compuesta por paisajes “que son alucinantes”, o por la experiencia de caminar en el medio de la nada, “sino también por la posibilidad única de compartir con los pobladores locales”. «Para mí y para todos los turistas con los que uno labura, la Patagonia es sinónimo de libertad, de inmensidad, de aire”, explica. “Sentí que era el momento indicado para salir y mostrar esto. Poner en valor la libertad que la Patagonia te ofrece”.
3 de marzo Día de la Vida Silvestre y su riqueza en el Parque Patagonia
Provinciales-, El 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, una fecha proclamada en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemorando el aniversario de la aprobación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres en 1973. El Día Mundial de la Vida Silvestre nos brinda la oportunidad de celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes, así como de crear conciencia acerca de la multitud de beneficios que la conservación de estas formas de vida tiene para la humanidad. Los animales salvajes y las plantas silvestres, además de su valor intrínseco, contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del bienestar humano y el desarrollo sostenible. La magia del Parque Patagonia se refleja en su biodiversidad. Los animales que aquí habitan cumplen roles fundamentales que mantienen el ecosistema estepario en buen estado. Conocerlos y estudiarlos resulta imprescindible para cuidar no sólo de ellos y su hábitat, sino también de nosotros mismos. Con el Macá tobiano como emblema, junto al Choique, el Huemul, el Guanaco, el Cóndor, el Puma, el Coipo y la Gallineta austral, el Parque Patagonia y la región noroeste de Santa Cruz, tienen por delante el desafío de conservar el equilibrio de un biosistema frágil y a la vez, singular. AQUÍ ESTÁN, ESTOS SON El Choique (Rhea pennata) es la segunda ave corredora más grande de América. No puede volar. Llega a tener un metro de alto y pesar hasta unos 30 kgs. Habita las estepas de la Patagonia y se alimenta principalmente de plantas e invertebrados. El macho se encarga de la incubación y cuidado de los charitos (pichones) mientras que varias hembras proveen de huevos a su nidada. Es un símbolo de la historia evolutiva y ha desaparecido de muchas zonas. El Parque Patagonia alberga poblaciones en buen estado, podría convertirse en un aliado para recuperar a esta especie en lugares donde ha desaparecido. El Huemul (Hippocamelus bisulcus) es el ciervo más amenazado del continente americano. Habitó zonas de estepas en el oeste patagónico, pero de la zona del Parque Patagonia desapareció a principios del 1900. De apariencia robusta, los machos adultos llegan a pesar 100 kls. Solo los machos poseen pequeñas astas bifurcadas durante la temporada reproductiva. Los grupos familiares no exceden los 2 a 3 miembros. La competencia por pasturas y la transmisión de enfermedades del ganado fueron determinantes para su desaparición en la región. Se estima que sólo 1.000 a 1.500 ejemplares sobreviven en estado silvestre. En el Parque Patagonia es nada más que un recuerdo en las crónicas de exploradores y en las pinturas de Cueva de las Manos. Su conservación en este sector de Patagonia depende de programas de reintroducción que se desarrollen a futuro. El Guanaco (Lama guanicoe) es el mayor herbívoro de Patagonia. Este camélido llega a pesar 130 kg, tiene hábitos diurnos y durante el verano forma pequeños grupos familiares compuestos por un relincho (macho), una o más hembras y sus chulengos (crías). En invierno, los grupos llegan a cientos de individuos. Esta especie moldeó la cultura de los pueblos originarios de esta región. Con la llegada de los colonizadores europeos, sus números disminuyeron notablemente. En el pasado, realizaba grandes migraciones para evitar climas rigurosos y buscar buenos pastos, optimizando los recursos forrajeros, permitiendo que la especie prospere en la Patagonia. El Cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave voladora más grande del mundo, alcanzando los 3 mtrs. de envergadura alar y los 15 kilos de peso. Puede desplazarse cientos de kilómetros en un mismo día aprovechando las corrientes ascendentes de aire caliente. Por su increíble capacidad para desplazarse, necesita vastos y bien conservados espacios para sobrevivir. El control indiscriminado de depredadores como zorros y pumas, especialmente a través de venenos prohibidos y altamente tóxicos colocados en ganado muerto, han hecho que el Cóndor sufra frecuentemente mortalidades alarmantes en la Patagonia cordillerana. Su capacidad de adaptarse a disti¬ntos ambientes y presas convierten al Puma (Puma concolor) en la especie carnívora con mayor distribución en el con¬tinente americano. Este felino es un excelente cazador de emboscada, y su principal presa en esta región es el guanaco. Su presencia es determinante para el buen estado del ecosistema patagónico, al regular el número de herbívoros y carnívoros medianos, con un impacto posi¬tivo sobre la flora y fauna de la región. El Chinchillón anaranjado (Lagidium wolffsohni) ocupa el sector más occidental de la provincia de Santa Cruz y el oriental de las regiones de Aysén y Magallanes, en Chile. Este roedor vive en ambientes rocosos cordilleranos y acantilados o roquedales de cañadones esteparios, alimentándose de las pequeñas plantas que crecen cerca de sus refugios. En julio del 2020, un equipo de veterinarios, técnicos de campo y biólogos logró capturar el primer individuo, una hembra de 2,5 kilogramos de peso, bautizada “Yoana”. Endémico de la provincia de Santa Cruz, el Macá tobiano (Podiceps gallardoi) fue declarado Monumento Natural. Es un zambullidor de mediano tamaño, con un porte esbelto y gallardo. Mide aproximadamente 28 cm. y se destaca por su copete amarillo rojizo y su iris rojo. Se encuentra en peligro crítico de extinción. En verano, construye sus nidos en las lagunas de la meseta del noroeste santacruceño y en invierno migra hacia los estuarios de la costa este de la provincia. Habitante de en los humedales de la estepa patagónica, la Gallineta austral (Rallus antarcticus) es mayormente desconocida para la gente local. Se alimenta de invertebrados que encuentra entre los juncales que habita. En condiciones favorables logra sacar hasta dos camadas de pichones durante el verano. Muy raramente se la ve volar y en inviernos de bajas temperaturas migra en dirección norte, con destinos poco conocidos. De gran tamaño, el Coipo (Myocastor coypus) llega a pesar 10 kg. Sus incisivos son de un llamativo color anaranjado que contrasta con el marron de su pelaje y el parche blanco de su hocico. Se distribuía por toda la cuenca …
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