Regionales-, A partir de un innovador trabajo de investigación que aplica la última tecnología en la zona noroeste de Santa Cruz, empiezan a conocerse más detalles que ayudan a entender su patrón de distribución en los territorios y la relación con el resto de las especies con las que cohabitan. Los animales que habitan la estepa patagónica cumplen un rol fundamental para mantener el buen estado del ecosistema. Los choiques son habitantes nativos de esta región. De cuello y patas largas, ojos grandes, emplumado y a los trotes, son una especie de ñandúes de contextura más pequeña. Hace ya más de un año, los radio collares con GPS que portan algunos ejemplares en el Parque Patagonia se activan una vez a la semana para entregar sus puntos de localización. Es la primera vez que se utiliza esta tecnología con la especie y los datos que aporta ayudarán a tomar medidas que promuevan su conservación. «En un momento llegamos a tener trece individuos marcados con collares programados para que tomen sus puntos de ubicación, cada dos horas. Actualmente, alrededor de cinco collares ya se cayeron y dejaron de funcionar, porque cumplieron su año», explica Emanuel Galetto, coordinador del equipo de rewilding. Los collares están programados para que funcionen durante aproximadamente un año y luego se apagan y se “sueltan”. El objetivo es seguir capturando y llegar a tener registros de unos veinte individuos que hayan portado collares durante la duración total del proyecto. Todos los ejemplares monitoreados fueron capturados en el Portal Cañadón Pinturas, sobre todo en la zona de mallines. «Hasta ahora, lo que vimos, es que en las diferentes épocas del año, dispersan, no se mantienen todos juntos, sino que, por más de que el mismo día hayamos capturado tres individuos de un mismo grupo y fueran equipados con collar, a los meses se separan y forman otros grupos», resalta Galetto. El Choique, la más pequeña de las dos subespecies de ñandúes, alcanza 1,10 metros de altura y 20kg. Se mueven en grupos de entre 5 y 30 aves, excepto en época de celo, donde se agrupan en un número significativamente mayor. Los machos son polígamos y son los que se encargan de empollar los huevos proveídos por varias hembras. «Con relación al uso del espacio, de los datos obtenidos hemos visto que se concentran en la meseta Sumich, que es más chica comparada con la del Lago Buenos Aires. El individuo que tuvo menor tamaño de área de acción fue de 2300 has. y el de mayor, fue de casi 5000», afirma Emanuel. El choique adulto suele ser presa de los pumas. «Eso lo notamos más, analizando las dietas de los pumas, revisando los clusters de los que están collarizados», destaca el coordinador. «No producen un impacto grande sobre la población de choiques, al menos en lo que venimos viendo hasta ahora». El seguimiento revela un dato alentador: de los 13 individuos monitoreados (algunos de ellos un año y otros, varios meses), ninguno fue depredado ni por pumas ni por zorros. «Tenemos una alta tasa de supervivencia», explica y detalla que “el análisis de dieta de 21 pumas desde abril 2020 hasta julio 2022 dio como resultado un 72% de guanacos, 13 % de choiques y el resto del porcentaje corresponde a otras presas”. «En lo que corresponde al Portal Cañadón Pinturas, específicamente alrededor de la meseta, no vimos una diferencia notable de hábitat entre primavera, verano e invierno. Por ahí, más en la época reproductiva -que es el verano- tenemos grupos más grandes que se amontonan cerca de mallines. De hecho, todos los movimientos están asociados a mallines, donde la vegetación es mejor». El relevamiento muestra que hay una aumento sostenido de la natalidad de charos, la cría de los choiques. «Hemos visto un padre con casi 30 o 35 ‘charitos’ de diferentes camadas», ya que tienen la costumbre de amontonarlos de otros machos y para aumentar la supervivencia. «Los charitos son un poco más perseguidos por las especies de zorro gris y colorado», cuenta el investigador. La población de choiques en el Parque Patagonia y en las zonas aledañas aumenta de forma sostenida. Los datos se obtuvieron a partir de un censo que comenzó en 2022, y que busca determinar la dinámica ambiental de la población de choiques dentro de las tierras que pertenecen a la Fundación Rewilding Argentina. «El censo se realiza a través de transectas (áreas de muestreo) fijas. Así uno puede tener una densidad relativa de población de choiques dentro del área que trabajamos». Todo este intenso trabajo permitirá conocer los requerimientos de la especie, y aportar información para un proyecto de recuperación del choique en áreas donde ha desaparecido tanto dentro de nuestro territorio como de Chile. «Cuando consideremos que tenemos información suficiente como para poder implementar un proyecto de traslocación y recuperar poblaciones en estos lugares donde ha desaparecido, intentaremos hacerlo». Este equipo de mujeres y hombres tenaces vienen logrando lo que hasta hace poco parecía difícil, con un paisaje cautivante como telón de fondo.
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La Señalada: el nuevo lugar con camping, almacén y senderos en el noroeste de Santa Cruz
Regionales-, Estepa, mesetas de altura, cañadones profundos y fauna en estado salvaje, son parte de los atractivos naturales que han posicionado a Parque Patagonia como destino de turismo de naturaleza. Ahora, los viajeros que visiten el Portal Cañadón Pinturas tienen a disposición un nuevo espacio para recorrer y disfrutar sus maravillas “La Señalada” es un área de acampe agreste a solo 5 km del majestuoso Cañadón del Río Pinturas. “Estamos adentrados en la estepa. Aquí abundan el coirón y el calafate, que ahora está en fruta. Al lado del puesto, hay un mallín con agua, que habitualmente visitan guanacos y choiques” explica Anabella Panchetti, responsable de la proveeduría del camping. El almacén abrió hace poco más de una semana y ya han pasado muchas personas por allí. “La mayoría pasa porque quiere hacer el sendero Bajada de los Toldos y visitar Cueva de las Manos. Hay mucha gente que nunca había venido al Parque. Entran, descubren el camping y les encanta.” El área de acampe a 100 m de la proveeduría, en el camino principal que va al Cañadón del río Pinturas. Cuenta con seis parapetos de madera reparados del viento para el armado de carpas y baños secos. Cada sitio tiene una mesa y el suelo nivelado para poner la carpa, lo que permite a los visitantes hacer de este paisaje, su primera postal de la mañana. Allí nacen los senderos autoguiados “La Vertiente” y “Cañadón Pinturas”, que el visitante puede combinar con otros, para diseñar un recorrido personalizado con opciones diversas, desde atravesar la estepa, descubrir vistas al cañadón desde varias perspectivas, bajar al río y recorrer el fondo del cañadón. “Tenemos una hermosa vista panorámica al Cañadón muy cerca”, describe Ana, que además es compañera de Mariano Nostro, coordinador del equipo de sendas, y que junto a sus dos pequeñas hijas, hacen de Parque Patagonia, su centro de vida. No hay otra proveeduría dentro del parque, por lo que el almacén cumple un rol muy importante para quienes llegan hasta el lugar. “Ofrecemos comidas, empanadas, tartas, sándwich, bebidas frescas, productos variados como frutos secos, semillas y también hay opciones vegetarianas. Como en la Patagonia las distancias son muy extensas, si te olvidas algo, la yerba o lo que sea para comer, acá estamos, tratando de ofrecer eso para la gente que pasa y que quiere conocer”. El público que viene utilizando “La Señalada” va desde familias enteras con niños y niñas de edades diversas, a viajeros que andan en bicicleta, motos o en casas rodantes. Los circuitos de senderismo de la zona del Parque Patagonia son variados en dificultad, paisaje, extensión y atractivos. Para esta temporada, nuevas trazas que se suman a las anteriores invitan a recorrer más de 50 kilómetros de senderos en el Portal Cañadón Pinturas, para recorrer el portal de uso público y gratuito. “El Parque tiene tantas opciones de senderos para recorrer, que quienes no llegan a hacerlos en una tarde, tienen a disposición el camping y la proveeduría, lo que les da la posibilidad de continuarlos al día siguiente”, señala Ana. El almacén de campo, viene a enriquecer la experiencia del viajero en un circuito de turismo de naturaleza que va ganando cada vez más adeptos y que invita a conocer la vida silvestre patagónica, contribuyendo a la construcción de una cultura basada en su conservación y recuperación.
Exploradores de Parque Patagonia conocen y disfrutan del noroeste santacruceño
Regionales-, El programa de educación ambiental desarrolla una exitosa nueva edición. Herramientas básicas de la vida en la naturaleza, su cuidado y la importancia de los valores para crecer en comunidad, son parte de las premisas. Se encuentra abierta la convocatoria a los niños de las comunidades de Perito Moreno, Los Antiguos, Lago Posadas y Bajo Caracoles para las actividades de febrero. El noroeste de Santa Cruz vive una excelente nueva temporada de verano y no solo por la cantidad de turistas que llegan al valle sino porque, por segundo año consecutivo, se desarrolla exitosamente el programa Exploradores de Parque Patagonia. Este programa nació hace un año como una oportunidad para que niños y niñas de entre 10 y 13 años puedan vivenciar una experiencia significativa durante tres días, que combina dinámicas de educación ambiental con el disfrute en la naturaleza. “Desde ese momento, tenemos el orgullo de contar con 180 participantes que ya disfrutaron de esta propuesta, y continuaremos activos durante todo el verano”, cuenta Rocío Navarro, coordinadora del programa Comunidades de Parque Patagonia. “La actividad principal del programa es la experiencia básica de mochilero”. Se trata de caminatas y campamentos en la naturaleza, enseñando a agudizar todos los sentidos para prestar atención a los rastros de la fauna y flora silvestre “para que los niños generen una conciencia de cuidado con el entorno natural y personal”, explica. Todas las actividades se realizan en el Portal Cañadón Pinturas del Parque Patagonia. Dos noches de camping se desarrollan en el Puesto de Piedra, a orillas del río Pinturas, y recorriendo la confluencia de los cañadones río Pinturas y Caracoles. El paisaje agreste, moldeado hace millones de años y recorrido por los pueblos milenarios que habitaron este lugar en la tierra resulta cautivador. “Los chicos tienen la posibilidad de caminar los mismos senderos que caminaron, quienes dejaron su historia plasmada con pinturas rupestres en la roca, alimentarse de los mismos frutos, como el Calafate, y observar los mismos cielos nocturnos impolutos”, describe Rocío. En la zona, además, es habitual avistar la fauna salvaje y libres en su hábitat natural: guanacos, cóndores, choiques, chinchillón anaranjado, cuises y tuco-tuco y decenas de aves “Es realmente una experiencia inolvidable”. Las caminatas dentro del cañadón permiten la interacción con el entorno, y cuando el clima acompaña, también realizan actividades dentro del río. Juegos y fogones nocturnos son el marco perfecto para hablar de lo que se vivió en el día, inventando canciones y contando historias. En una parte del día se les permite a los participantes tener tiempo libre para hacer lo que deseen dentro de los límites de seguridad establecidos. “Este es un momento importante para el aprendizaje social y emocional; se generan fuertes lazos de amistad entre ellos que luego continúan en su comunidad”. Las familias de los participantes, no escatiman en elogios ante la experiencia: “Cada vez que Joaquín llega, no para de contarme muy feliz y emocionado de las diferentes actividades que hacen, lo que me hace sentir superfeliz” cuenta Betiana, mamá de uno de los participantes. “Como mamá no hay sensación más linda que verlo llegar de cada actividad y ver la sonrisa de punta a punta, cómo le brillan los ojos. Hacen nuevos amigos, aprenden del entorno, que es muy importante para que sepan cuidar y a su vez explicarles después a sus amiguitos por qué hay que preservar lo que tenemos”, dice Tamara, otra mamá. “Tengo solo palabras de agradecimiento a los guías, a los otros niños que se sumaron, porque cada uno de ellos es un nuevo amigo de mi hijo. La primera vez que volvió, al siguiente fin de semana nos subió a todos al auto y él fue nuestro guía en el recorrido”, aporta Yezabel, agradecida. Y es que, el contexto en el que se desarrollan las actividades, es inmejorable y facilita la receptividad de los participantes. Rocío explica que la amplia guía de juegos que comparten, “enseñan lecciones valiosas sobre el trabajo en equipo, asociados al cuidado de la naturaleza, o simplemente para divertirse, fomentando el diálogo y la escucha”. Todos los días, realizan tareas comunitarias que, divididos en equipo, resuelven los quehaceres diarios de un campamento: el equipo Fuego se encarga de la búsqueda y acopio de leña para la cocina y el fogón nocturno. Por su parte, el equipo Agua se encomienda a la tarea de buscar agua en el río y de la filtración con un instrumento de última tecnología que elimina las bacterias de varios litros en poco tiempo. Por último y no por eso menos importante, el equipo Tierra es el que asume la tarea de reciclaje, compost y cocina rústica. “Llevamos adelante cada campamento con mucho compromiso y responsabilidad. Para los niños cada día es una fuente de estímulos y un territorio por descubrir. Cada experiencia que les regalamos impacta sobre su imaginación, emociones y nos entusiasma brindar la oportunidad a que una generación de santacruceños del noroeste puedan aprender, crecer en estos paisajes sublimes, cargados de historia milenaria natural y cultural”, apunta Rocío. Luego de la primera edición de verano en 2022, el programa se mantuvo activo en invierno también, con actividades especialmente diseñadas para la época. Desde enero de 2023 se realizan campamentos de tres días, todos los fines de semana. Vale mencionar que el programa se brinda de forma gratuita y que cada campamento tiene un cupo de quince participantes. Si bien por este mes los cupos están completos, se encuentra abierta la agenda de febrero. Por más información, pueden contactarse por WhatsApp al 297 592-5266
Recuperar al Coipo, con un innovador proyecto en el noroeste santacruceño
Regionales-, El roedor del noroeste santacruceño es una pieza importante para el equilibrio del ambiente semiacuático que habita. Conocé cuál es la situación de la población de coipos que habita en la Patagonia y que busca ser revertida con un proyecto de reintroducción que plantea nuevos desafíos. El coipo (Myocastor coypus) es un roedor semiacuático de gran tamaño, endémico del sur de Sudamérica. Se distribuye ampliamente en humedales de toda la Argentina. No hace muchos años, la distribución del coipo abarcaba una gran parte del territorio santacruceño. Sin embargo, la persecución para obtener su piel en los años 80 y la desaparición de la vegetación acuática, han hecho que desaparezca en varios sitios y en otros, si bien subsiste, se ha vuelto muy raro. Es por esto que, mediante un innovador proyecto de reintroducción del coipo, los científicos buscan recuperar el esplendor y buen funcionamiento del ambiente en la cuenca alta del río Pinturas, cuenca del río Ecker y Cañadón Caracoles. Son sectores donde la especie se encuentra extinta actualmente y se intenta restablecer una población autosustentable de la especie en la región del Parque Patagonia. Para esto, a mediados del 2022, el equipo de Rewilding Argentina del Parque Patagonia realizó la primera experiencia de captura, traslado y liberación de los primeros individuos en el juncal ubicado en el Cañadón Caracoles. Los animales fueron equipados con un collar VHF para ser monitoreados diariamente y evaluar su adaptación al nuevo ambiente. “El objetivo es detectar su supervivencia, dispersión, alimentación, armado de refugios e interacciones entre los individuos liberados; una valiosa información que nos ayudará a medir el éxito del proyecto. Durante los primeros dos meses de la liberación, el monitoreo fue más intensivo, con escuchas de la señal VHF y avistajes directos diariamente”, señala Emanuel Galetto coordinador del equipo. Todos los especímenes son equipados con un collar VHF, una “caravana” (tarjeta con la identificación) en una oreja o un anillo en una pata delantera. El primer núcleo fue en el cañadón Caracoles, un humedal de alrededor de 30 hectáreas donde la especie desapareció hace más de 10 años. El segundo de los núcleos se encuentra en el río Pinturas, en una zona de juncal en recuperación, donde se suman individuos aislados que “esporádicamente aparecen intentando subir la cuenca del Pinturas desde el cañadón Deseado”. Pero, ¿cómo es el trabajo diario en pos de este objetivo? “Los avistajes directos muchas veces se complican por la densa vegetación y el agua, que ayuda a que los animales se escondan fácilmente, complicando principalmente la detección de heridas y condición corporal”, explica Emanuel. Por este motivo, sobre todo al comienzo, se colocan cámaras trampas con cebo que ayudan a la observación detallada de cada individuo. “Una vez que consideramos que los animales se encuentran bien, comenzamos a espaciar el monitoreo a una o dos veces por semana”. “Es muy difícil encontrar un material que se adapte a la anatomía de los coipos”, explica Emanuel con respecto a los collares VHF. La mayoría solo duraron colocados unos tres meses y, varios fueron retirados por distintos motivos, como ser, que “los coipos son animales superflexibles e higiénicos y están todo el tiempo acicalándose, por lo que viven constantemente en el agua, enganchan y rompen los collares”. Igualmente, a pesar de las complejidades técnicas hubo significativos avances en el monitoreo utilizando esta tecnología: se logró identificar el nacimiento de cinco crías en el cañadón Caracoles, crías que hoy ya son juveniles. Otro de los resultados de las investigaciones confirma que las hembras pueden parir en verano e invierno, por lo que se consideran que la población “va a crecer rápidamente”. “Comenzamos a notar las interacciones de los coipos con el ambiente y la fauna del humedal: hay cientos de túneles bajo los juncales que permiten que el agua corra y por donde las aves se desplacen con facilidad”, explica Galetto y agrega que “hay plataformas en medio del juncal, que las aves utilizan para descansar, seguras de los depredadores terrestres – el gato de pajonal, zorros, hurones – y esto hace un ecosistema más completo y diverso”. Hasta el momento son tres los individuos que portaron collar durante un año. El trabajo continúa. Los científicos seguirán probando métodos de marcaje para monitorear a los individuos a largo plazo. “Queremos lograr aportar información sólida sobre el rol clave de los coipos —el jardinero del juncal— y también sumar información de biología y ecología de la especie. Seguiremos suplementando con más individuos a la población del río Pinturas”.
Una cámara y mucho oficio hacen que más personas conozcan el noroeste santacruceño
Regionales-, Desde hace más de medio año, el noroeste santacruceño cobijó a un joven realizador audiovisual que se a través de su trabajo, se convirtió en un engranaje fundamental para reflejar con la cámara, su maravillosa biodiversidad. Horacio Barbieri es porteño, fotógrafo y publicista. De amplia trayectoria en la fotografía y la generación de contenido para redes sociales, en abril del 2022 dejó la ciudad para de buscar «una oficina para editar el contenido que tenía pendiente. Se decidió por el sur argentino como ese lugar inspirador. «Salí cargando mi mochila con mis equipos de trabajo y cosas personales, dejando de lado muchos excesos que no se necesitan en el día a día». Recorrió varios lugares. Primero trabajó en El Calafate produciendo contenidos para una agencia de turismo. Luego El Chaltén donde se instaló un mes fotografiando paisajes “alucinantes». Después, viajó hasta El Bolsón y Bariloche donde trabajó con un emprendedor local generando contenido en redes para sus productos artesanales. «Durante el viaje, entré en contacto con Rocio Navarro, coordinadora de comunidades de Parque Patagonia. Había conocido la Fundación Rewilding Argentina, cuando fui por un trabajo a Esteros de Iberá. Me entusiasmó la propuesta de trabajar en un período de prueba de tres meses en Parque Patagonia en el noroeste de Santa Cruz para coordinar la comunicación del proyecto y dejé de lado lo freelance», explica. Barbieri estudió cine, Marketing Digital y Publicidad, lo que le permitió adquirir “una visión 360° del campo publicitario” Dice que se trata de “pensar una idea, un concepto, ofrecer una identidad definida en cada proyecto y tener un análisis de mercado acorde para luego implementar una estrategia que culmine en un proyecto sólido, ya sea comercial, social o personal. Hoy pone toda su experiencia en la producción de piezas audiovisuales que muestran las actividades que se desarrollan en las distintas áreas del Parque Patagonia, para comunicarlo en las redes sociales, medios de comunicación y en la cartelería del parque con el objetivo de que el visitante tenga una buena experiencia en su estadía. «Estar acá me la oportunidad de trabajar en equipo con otras personas de la fundación o de otras organizaciones o de distintos municipios por una misma causa. Lo considero muy beneficioso». Desde hace siete meses Horacio vive en el Portal Cañadón Pinturas, rodeado de fauna nativa y con esos paisajes sorprendentes a pocos pasos. «La estepa puede parecer monótona, pero fui conociendo en detalle cada lugar y es realmente increíble todo lo que se puede ver, hacer y conocer en este ambiente». «Mi interés por entrar fue enfocar el abanico de mi vida profesional: hacer un trabajo social en plena naturaleza con un eje sustentable y de conservación. Era un universo muy distinto a lo que venía haciendo, pero fui aprendiendo y adaptándome al lugar». «La comunicación hoy en día es una pieza clave para llegar a más gente para ser parte del cambio, sin importar que venga o que no al parque o a la región», destaca el comunicador. Las publicaciones de las actividades y paisajes del PP suelen llegar a miles de personas a través de los distintos medios y plataformas. «Si una parte lo ve como un motor de motivación para salir a la naturaleza o actuar contra el cambio climático, estamos generando pequeños cambios que hacen grandes transformaciones y eso es lo más valioso». «Queremos que se conozca esta región y que cada vez más gente se interese en promover la restauración de los ecosistemas y la transformación de una economía local extractivista a una local, restaurativa, basada en la producción de naturaleza pensando en el futuro de las próximas generaciones», resalta el multifacético realizador. Horacio aceptó el desafío de comunicar los detalles de uno de los más ambiciosos programas de conservación en Patagonia, que además se viene posicionando como uno de los destinos más buscados por turistas de todo el planeta. Una fauna y flora diversa y única y las bellezas de la estepa, son ese escenario capaz de conmover a los observadores más avezados.
Sendero Cañadón Pinturas: la nueva propuesta para disfrutar del Parque Patagonia
Regionales-, Un nuevo recorrido de baja dificultad permite que toda la familia disfrute del deporte entre naturaleza, el avistamiento de fauna, de visitas guiadas geológicas y arqueológicas y observa las noches de un cielo único. Todo, en el maravilloso entorno del noroeste santacruceño. El Cañadón Pinturas, una de las áreas que integra el circuito del Parque Patagonia Argentina en el noroeste de Santa Cruz, es un ambiente de imponente belleza y biodiversidad, que conecta con la naturaleza salvaje de la estepa patagónica, en el que cada año, más turistas se ven tentados a elegir como nuevo destino para explorar. En el Centro de Informes del Portal Cañadón Pinturas, ubicado sobre la RN 40, entre las localidades de Bajo Caracoles y Perito Moreno, un equipo de colaboradores recibe a los visitantes para asesorar sobre los atractivos e interiorizarse sobre cómo transitar por los senderos de forma segura. «Cañadón Pinturas, durante el día, ofrece la posibilidad de hacer caminatas, safaris fotográficos y avistamiento de fauna silvestre, y por la noche, disfrutar de la inmensidad del cielo patagónico y la magia de sus estrellas al reparo de un fogón», cuenta Mariano Nostro, coordinador de Sendas e Infraestructura en Parque Patagonia. El sendero Cañadón Pinturas comienza en el camping “La Señalada” un recorrido de 4 km de dificultad media-baja, que finaliza en el estacionamiento del sendero “Bajada de Los Toldos”. En los primeros 1800 metros el camino se aleja de un pequeño cañadón que tiene su origen a unos 150 m del camping. A unos 200 m. más adelante, se puede apreciar una de las vistas más hermosas que propone el trayecto: la unión del cañadón por el que se venía caminando, con el Cañadón del Rio Pinturas, con sus paredones de más 200 m de altura. Mariano destaca que “la vista en ese lugar es increíble” El sendero continúa paralelo al río, con una serie de curvas que “copian” su serpenteante cauce. A lo lejos, una vista diferente de la Cuevas de las Manos sorprende a los senderistas. En ese tramo, el camino vuelve a girar y se aleja del cañadón. “Desciende y cruza un ‘paso de agua’ para volver a retomar su dirección hacia el cañadón. Hasta ahí son unos 3 km. El último tramo, de aproximadamente 1 km, cuenta con algunas curvas más suaves que hacen que el paisaje vaya cambiando de perspectiva hasta llegar al estacionamiento de la Bajada de Los Toldos con la vista a Cuevas de las Manos de frente. Para donde se mire, todo es bello”, describe el coordinador. “Los trabajos para acondicionar y mejorar las sendas comenzaron en pleno invierno del 2022 y se terminaron en noviembre, justo para empezar la temporada veraniega con las mejores condiciones para los que se animen a transitarlo. La topografía es bastante pareja. El terreno tiene algunas leves ondulaciones, muy suaves. La parte más compleja de la caminata se da recién a la mitad del recorrido, cuando hay que cruzar el pequeño curso de agua con escalones de piedra, pero el circuito es bastante fácil”, remarca Nostro y agrega: “A un ritmo lento, calculamos que se puede realizar este tramos del recorrido del sendero Cañadón Pinturas, en aproximadamente una hora”. Calzado acorde, una mochila cómoda, llevar agua suficiente, gorro y gafas de sol para protegerse del viento y protector solar es el equipamiento básico para este y cualquier recorrido en la naturaleza. Desde el comienzo del sendero “Bajada de Los Toldos” se podrá optar para ir al Parque Provincial Cueva de las Manos y su mítico sitio de arte rupestre, “Patrimonio Cultural de la Humanidad” de la Unesco desde 1999 o continuar por la senda “Balcones”, que permite empalmar con el sendero de “La Guanaca” para subir al Cerro Amarillo, o regresar por el sendero “La Vertiente” a La Señalada y finalizar el recorrido Otro espectáculo aparte es la fauna salvaje de la estepa patagónica. Durante el recorrido entre los imponentes farallones, vistas panorámicas precordilleranas, tierras de colores vibrantes y profundos cañadones; crece la expectativa de poder encontrarse con guanacos, chinchillones anaranjados disfrutando del sol en los paredones rocosos, choiques con sus charitos confundiéndose con los colores de la estepa y hasta algún escurridizo puma. Para quienes quieran experimentar el avistaje de fauna, se pueden contratar los servicios de Facundo Epul, un peritense responsable de “El Choique Guía”, un emprendimiento con el que organiza salidas guiadas para avistar fauna silvestre y hacer trekking en este lugar con valioso patrimonio cultural y paisajístico. Mariano Nostro es un apasionado de estos paisajes y cuenta que “poder ofrecerles a nuestros visitantes, nuevas alternativas para disfrutar de las bellezas que tiene nuestro Parque, nos hace muy felices. Además, conocer en primera persona las vivencias de quienes nos visitan es central para seguir mejorando”
Un estudio busca revelar los secretos de los zorros grises y colorados
Regionales-, En el noroeste santacruceño, un innovador proyecto de investigación busca entender la importancia de la interrelación entre los zorros y pumas y cómo moldean al fascinante ecosistema de la estepa patagónica. La Patagonia, su diversidad y la riqueza de sus ecosistemas, sigue revelando secretos a la ciencia. En la zona del Parque Patagonia, un equipo de profesionales comienza a estudiar las poblaciones de dos especies de zorros nativos: el zorro colorado y el zorro gris. El biólogo Emiliano Donadío, es el director científico de Fundación Rewiding Argentina y parte del equipo de trabajo que recientemente colocó collares con tecnología de punta en tres ejemplares: una hembra y un macho de zorro gris y una hembra de zorro colorado. “Lo que se está empezando a hacer es pulir los protocolos de captura, probar estos collares que se están utilizando en zorros, con la idea —si el financiamiento está disponible el año que viene— de capturar y colocar collares en más de diez ejemplares de cada especie”. Si bien hay muchos estudios con zorros en Argentina, el biólogo explica que “son solo estudios de dietas, de estimaciones de densidad que se hacen con cámaras trampa”. La particularidad de Santa Cruz, es que los collares no solo tienen radio VHF, sino que además tienen un GPS que registra una localización cada dos horas y, como la provincia ya cuenta con pumas con la misma tecnología, esto permitirá comparar los movimientos de los pumas con los de los zorros. Sobre este punto, el biólogo señala que existen estudios similares realizados en Neuquén —de los que él también participó— que mostraron que “en un punto determinado, la probabilidad de encontrar un zorro colorado, disminuye con la presencia de un puma, mientras que la probabilidad de encontrar un zorro gris, se incrementa”. Desde el punto de vista ecológico, este patrón de comportamiento es muy interesante, “porque te dice cómo el puma puede, además de tener todos los efectos sobre las presas, la vegetación y los carroñeros, también afectar la distribución de otros depredadores, más chiquitos”. Las hipótesis que manejan son diversas. Una de ellas, sostiene que el puma podría considerar al zorro colorado como un competidor, entonces lo elimina, a diferencia del zorro gris, que siendo más chiquito, no representa una competencia. Emiliano remarca que esta información es un patrón. Es una foto que, aunque es bastante clara en ese sentido, “los mecanismos que explican esa foto, aún son desconocidos. Todo esto es a responder, no es un hecho. Son preguntas que podremos responder usando esta tecnología”. Aunque, si comprueban esa hipótesis, “podríamos hablar de un efecto positivo del puma sobre las presas de los zorros, porque al controlar el número de los zorros, habría menos depredación de zorros sobre pequeñas aves o roedores, las cuales se verían beneficiadas” Como todo proyecto de conservación e investigación, los científicos esperan publicar los trabajos para que todo el mundo pueda acceder a ellos. Aunque, como el proceso de publicar en una revista especializada, es largo y lleva su tiempo, “mientras tanto, vamos presentando informes a la Provincia, que habilita los permisos correspondientes para realizar estos trabajos de investigación, o a Parques Nacionales, dependiendo la jurisdicción” Hasta el momento, las capturas están sirviendo para probar los collares. “Revisamos que funcionen bien, que no se salgan, además probamos las formas de captura y los protocolos de anestesia. En esos tres animales, todo funcionó muy bien”, señaló. Conocer esta información es importante no solo para el ambiente. Emiliano define que “entender cómo funcionan los ecosistemas y saber que están funcionando plenamente, es importante porque son los mismos ecosistemas que nos sostienen a nosotros” Ficha técnica: – Zorro colorado. Nombre común: Zorro culpeo – Zorro gris. Nombre común: Zorro chilla. En ambas especies, el color de su pelaje le adjudica su nombre. – Poseen hábitos más bien nocturnos. – El Zorro colorado es el más grande. Un ejemplar adulto pesa entre 7 y 10 kilos, mientras que el gris es mucho más chico, pudiendo llegar a pesar entre 4 y 5 kilos. – La dieta de ambos es básicamente roedores. El Culpeo, como es un poco más grande, en algunos lugares se alimenta también de liebres, mientas que el Chilla puede comer bastantes frutos e insectos de los arbustos de la estepa. Y ambos, cuando hay disponible, también comen animales muertos.
Parque Nacional Patagonia celebra 8 años creciendo en propuestas y visitantes
Regionales-, El Parque Nacional Patagonia es un buen ejemplo de trabajo conjunto entre Estado, comunidades y ONG interesadas en preservar los ambientes del noroeste santacruceño. Esta área protegida suma voluntades para afianzar su propuesta natural única e invita a todos a festejar su octavo aniversario con una gran programación el viernes 16 y sábado 17 de diciembre. Fue el 16 de diciembre de 2014 que se sancionó en el Congreso la ley por la que se creaba el Parque Nacional Patagonia (PNP). “Hace ocho años se viene trabajando desde distintas áreas y mancomunadamente entre Parques Nacionales, Turismo, Fundación Rewilding Argentina, entidades estatales, provinciales, locales, nacionales, con el fin de fomentar el uso público, el aprovechamiento, la visibilidad y hacer mejoras”, cuenta Fabián Bezurnatea, a cargo de la firma del despacho de la Intendencia del PNP. Teniendo en cuenta el tiempo que conlleva la generación de áreas protegidas, podemos considerar que hablamos de un parque relativamente nuevo. Fabián explica que “está en creación, lo que genera muchas posibilidades, porque estamos ante la gestación de un área protegida, donde hay todo por hacer”. El Parque protege un patrimonio natural y cultural único; la Meseta del Lago Buenos Aires, una altiplanicie volcánica que se destaca por su gran biodiversidad y que incluye especies de flora y fauna endémicas exclusivas de la región. Desde pensar los espacios, definir cuál será el rol que tendrá la sociedad dentro del parque y cuál es rol del parque en la sociedad, “son todas cuestiones que aún estamos trabajando para que terminen de definirse”. Un ejemplo es el trabajo que por estos días se lleva adelante en conjunto con ciclistas de Los Antiguos para demarcar circuitos y bici sendas. “Ellos nos ayudan con su experiencia, para definir por donde trazarlo, qué es mejor. Se construye entre todos”, señala Fabián. Sobre los valores de conservación del área protegida, Fabián aclara que, si bien el máximo emblema es el Macá Tobiano, ave zambullidora endémica de Santa Cruz y que se encuentra en peligro crítico de extinción, el macá es una especie ‘paraguas’, porque “la salvaguarda del área natural, también es para humedales, paisajes, fauna, flora, la misma meseta de altura, que es la roca basáltica conocida como la zona del Monte Zeballos, que posee el único glaciar fuera de la cordillera que tiene Argentina”. Bezurnatea remarca la importancia que tendría la creación de un área protegida en la zona del Monte Zeballos, lindera con el PNP. “Sé que hay trabajos que están avanzando y que ojalá se concrete. En principio, por el reservorio de agua dulce que representa. De ahí nacen las ocho cuencas de ríos importantes de la región: Los Antiguos, el Ecker, el Correntoso. Desde esas montañas del Zeballos es donde fluye el agua para Los Antiguos, sus cultivos y los alrededores de la localidad del noroeste de la Provincia. Son las nacientes de los ríos de la cuenca del noroeste de Santa Cruz”. En este marco, Fabian remarca la importancia de las áreas protegidas inclusive para la economía regional. “Yo creo en la economía verde, en la economía de naturaleza, sustentable, practicable. Es sostenible en el tiempo, hay que manejarlo responsablemente y brindar desarrollo para todas las comunidades”. En tiempos de prepandemia, el Parque Nacional Patagonia sostuvo un promedio de 22 mil visitantes anuales. Esto bajó considerablemente durante el 2020, pero en lo que va de este año, “estamos remontando y según nuestras previsiones, consideramos que vamos a llegar a los 15 mil visitantes”. Las primeras mediciones marcan un importante número de visitantes locales, lo que, según considera Bezurnatea, “dinamiza muchísimo la economía local”, y remarca que de todas formas no se circunscribe solo a una cuestión de economía. “En la realidad cotidiana, quienes vivimos en la zona noroeste de Santa Cruz, disfrutamos de estos espacios que son colectivos, gratuitos. Vamos y hacemos caminatas, un asado, disfrutamos del paisaje, conocemos, van las escuelas, las colonias de vacaciones, los jubilados. Es algo que compartimos y disfrutamos todos. Es naturaleza.” Para este viernes, están previstas distintas actividades para que todos los públicos puedan celebrar el Parque y disfrutar de la naturaleza Habrá charlas con referentes ambientales de la Provincia, de los municipios. También participarán asociaciones, charlas de historia a cargo del Museo de Perito Moreno. Además, los asistentes podrán acceder a una serie de charlas ligadas a los valores de conservación del área protegida. Otro de los eventos destacados, es la participación de la obra de teatro que representará a Santa Cruz a nivel nacional; los ganadores del FESTESA, «Diluvio» de Dionisio. Habrá músicos artistas locales, grupos de danzas y estands de los Parques Nacionales de la provincia: de Parque Nacional Perito Moreno, Parque Intersjudicional Marino Makenke, Parque Nacional Monte León, Parque interjurisdiccional marino, Isla Pingüino y Parque Nacional Los Glaciares.
Cumbre en el Monte Zeballos: por amor a la montaña
Regionales-, Integrantes y amigos del Club Andino Pari Aike de Perito Moreno hicieron cumbre en el Monte Zeballos, parte de un Complejo Volcánico muy poco explorado en el noroeste santacruceño y que posee el glaciar extra-andino de mayor tamaño de la Patagonia Austral. Justo dos días antes de cumplir años, Cristian Camus, junto con un equipo de cuatro personas más, realizaron el ascenso al Macizo Zeballos, logrando tres de ellos llegar a la cumbre. Camus, uno de los que consiguió la proeza, describe su experiencia en un lugar donde impacta la naturaleza: “Fue como un regalo para mí. El recorrido nos llevó dos días y, desde que llegamos hasta arriba, mientras hicimos cumbre y cuando volvimos a bajar, todo el tiempo tuvimos una vista divina del Cerro San Lorenzo, todo despejado. Un momento impagable”. Maximiliano “Pachi” Castillo y Lucas Nicora son “de los integrantes más antiguos del Club Andino Pari Aike”, con los que Cristian realizó el ascenso. A la travesía se sumaron Marcelo y Pedro, “dos chicos de Puerto Deseado que también les gusta escalar y estaban con ganas de llegar al Zeballos”. Pero el camino no es nada sencillo y hubo dificultades en la subida final: “Marcelo tuvo un poco de vértigo y no pudo llegar a la cima, por lo que Lucas se quedó acompañándolo, 100 metros abajo. La cumbre es peligrosa, con mucha nieve, es mejor no avanzar si sentís temor, porque bloquearse arriba puede ser complicado”. Este mágico lugar del oeste santacruceño se encuentra ubicado sobre la Meseta Lago Buenos Aires, a unos 50 km al sur de Los Antiguos. Se trata de un verdadero macizo, independiente de la cordillera, lo que le otorga un valor importante, ya que posee el glaciar extra-andino de mayor tamaño de la Patagonia Austral. Cristian cuenta que él es más del trekking que de la escalada, pero en el último tiempo ha realizado varias experiencias con los integrantes del Club: “De a poco voy metiéndome y, gracias a los chicos, incluso me empiezo a animar a la escalada en hielo. Hemos escalado en otros lugares y cada vez me siento más seguro. También hago mucho trekking en la zona. Llevo más de 20 aproximaciones a la estepa del Lago Buenos Aires, entrando por distintos lugares, buscando siempre hacer nuevas caminatas”. Dos años atrás, cuenta Cristian que junto a Lucas Nicora completaron el cruce de la Meseta Buenos Aires desde la Ruta 40 hasta la 41, realizando un recorrido de 150 km de este a oeste. En esa oportunidad, quedó pendiente uno de los objetivos que era, precisamente, llegar a hacer cumbre en el Monte Zeballos: “Debido al enorme retroceso que ha tenido el glaciar, desconocimos el lugar y nos pasamos, por lo que perdimos la oportunidad de hacer cumbre en ese trekking. Desde ese momento, hace un año y medio, esperamos el momento indicado para poder concretarlo”. Ubicados en el sector este de la cordillera, los glaciares del Zeballos son muy particulares debido a que ocupan una zona semiárida y son un recurso hídrico muy importante durante los años secos y los ciclos de aumento global de temperatura como el que atraviesa el planeta. El retroceso de esos majestuosos cuerpos de hielo puede representar un problema para la población y sus cultivos. Cristian sostiene que se trata de un ascenso difícil y que es muy importante manejarse con cautela: “Es un trekking muy duro: nosotros hicimos el ascenso por el Portezuelo, que tiene un gran bache, luego viene la subida a la Meseta, que son 300 m de un ascenso fuertísimos. Es una caminata que puede hacerse en uno o dos días (son unas doce horas en total), siempre y cuando llegues al glaciar en buen estado y con buenas condiciones de seguridad”. Durante la excursión, Pachi y Cristian realizaron un “mini trekking” de unos 400 m por el glaciar: “Da vértigo. Miras para los costados y te ves colgado del glaciar, en ese pedazo de hielo, donde si te caes, hay una rampa larga llena de nieve. En el medio del camino le dije a Pachi: tengo muchísimo miedo, pero estoy muy contento. Es un temor tremendo que ya me saqué, por eso es bueno cumplir los propósitos, aunque asusten un poco. Lo importante es hacerlo con gente que conozca la zona, que sepa caminar sobre el glaciar porque sucede, por ejemplo, que hay grietas tapadas y ellos son los que saben cuáles son los puntos por donde se puede pasar”. “El Club está comandado por Paco Sepúlveda, muy conocido aquí en la zona. Es gente con muchísima experiencia, por eso si uno quiere hacer este recorrido es válido acercarse, porque los chicos te explican los lugares potables que tiene cada lugar. Es único poder presenciar el cerro Zeballos, pero la cumbre (2.700 mts) es inestable por la cantidad de nieve que tiene, y no es recomendable el tránsito constante de gente, como sucede en otros lugares”, opina Camus. “El Monte Zeballos es muy representativo para nosotros. Por eso, es importante que la gente que quiera conocerlo esté bien informada y sirve mucho la difusión de actividades como la nuestra, que la hacemos simplemente por amor a la montaña”. Preservar la zona del Monte Zeballos representaría proteger sus recursos hídricos con todos los beneficios que implican, tanto para el ecosistema como para la comunidad de Los Antiguos y para quienes aún desconocen su belleza: “Está muy bueno que las personas lleguen hasta aquí, que lo hagan con responsabilidad y con un guía, para que puedan llevarse la mejor experiencia de un lugar que es realmente increíble”.
Por primera vez se monitorean cachorros de puma con tecnología de punta
Regionales-, Hace cuatro años que la tecnología permite entender mejor al puma, el felino reconocido como el “arquitecto” de los ecosistemas en la Patagonia. Ahora, por primera vez, se empieza a monitorear cachorros de esta especie que ya lleva 6 millones de años de evolución. “Paloma” y “Pampa”, dos hembras adultas de puma de 10 y 7 años respectivamente, fueron madres entre agosto y septiembre de este año en el ámbito del Parque Patagonia. Cada una tuvo dos crías. “Paloma” eligió parir entre un matorral muy denso y protegido de calafates y molles, al margen de la meseta Sumich, ubicada en el Portal Cañadón Pinturas del Parque Patagonia. “Pampa’’ tuvo sus crías en el faldeo de la meseta del Lago Buenos Aires, entre rodado de piedras con calafate. Los lugares se pudieron determinar con precisión gracias a las cámaras trampas en el primer caso, y al collar con GPS que portaba la segunda, todas iniciativas llevadas adelante por el equipo de Rewilding en Parque Patagonia. En un hecho inédito y siempre con la tecnología como aliada de la conservación de esta especie, los técnicos pudieron capturar y equipar con collares VHF a 3 de los recién nacidos. “Por el momento equipamos con un collar a los dos cachorros de ‘Pampa’ y a uno cachorro de ‘Paloma’”, explica Emanuel Galetto, coordinador del equipo. «Es la primera vez que colocamos collares a cachorros de pumas. Están diseñados para expandirse con el crecimiento del cuello de los cachorros. Los fabrica una empresa de radiometría de vida silvestre de EE. UU. y emiten señal VHF. Si el material no se rompe, pueden llegar a durar dos años en los cachorros». Emanuel explica que desde 2019 se vienen monitoreando animales adultos. «Estos nuevos collares nos permitirán monitorear la población de pumas prácticamente desde que nacen». Los datos arrojados por este tipo de relevamiento es muy importante para entender la tasa de supervivencia de las crías del depredador tope de la estepa patagónica. «En estos 4 años de trabajo hemos notado que varias hembras pierden sus cachorros antes del año, y se desconocen las causas de muerte», describe el coordinador. En teoría, los pumas adultos regulan la población de juveniles, pero se desconoce el porcentaje de esta acción y el impacto que esto produce en la población. Donde se establecen los cachorros que nacen en el PP una vez que se independizan, si se alejan mucho del área de acción de las madres o se quedan por los alrededores, si se instalan en propiedades vecinas o se establecen en las que nacieron, todos estos parámetros ahora podrán profundizarse para entender aún más sobre este bello animal. Siendo los juveniles los que probablemente más dispersan, «en esta etapa podrían generar conflicto con el ser humano», agrega Ema. Los integrantes del equipo de Rewilding están expectantes a nuevos nacimientos para colocar los 2 collares que aún tienen disponibles, para poder monitorear 5 cachorros en total. «Esperamos que, si llegan a cumplir los dos años de vida con los collares puestos, podamos recapturarlos y colocarles un collar GPS para poder evaluar su dieta, dependiendo del lugar donde se establezcan». Galetto y el equipo transmiten su compromiso a quienes quieran escucharlos: «Siempre la intención final de lo que hacemos es conocer y encontrar herramientas para revalorizar el puma y la importancia de una población saludable dentro de un ecosistema como el que compone Parque Patagonia y sus alrededores». (Foto: Facundo Epul @elchoiqueguia)