Regionales-, Personal de Vialidad Provincial, policías y médicos lucharon 32 horas contra la nieve para llegar a la estancia “Piedra Grande”. Desde hace poco más de un mes, no se sabía nada de Félix Fernández (81) y Olga Llaneza (80). Apenas tenían alimentos y medicamentos. Félix Fernández (81) y Olga Llaneza (80), están casados desde el 82 y hace más de un mes no se sabía nada de ellos. La estancia donde viven se llama “Piedra Grande” y fue fundada hace 102 años por el padre de él. El establecimiento rural queda en el medio de la nada. Está a 250 kilómetros de Perito Moreno y 120 de Bajo Caracoles. Una vez al mes, la pareja viajaba hasta el proyecto minero “La Patricia” para comunicarse con sus seres queridos y decirles que estaban bien o si necesitaban algo, pero por la pandemia y por las bajas temperaturas, en el lugar no quedó nadie. La señal de teléfono en el lugar es muy mala y las rutas son intransitables por la nieve que, en algunos casos, llega a tener una altura de un poco más de un metro. Fueron 35 días los que Félix y Olga no tuvieron contacto con el resto del mundo y la situación preocupó a Perito Moreno, donde está la mayoría de los conocidos y amigos del matrimonio. Incluso Defensa Civil de Las Heras, a cargo de las tareas en la ruta, se había comunicado con la Policía local para indicarle que, por tercera vez, no habían podido acceder a la ruta que permite el ingreso a “Piedra Grande”. Los alimentos y los medicamentos de la pareja comenzaron a escasear. Él no tiene problemas graves de salud, pero Olga debe tomar cinco pastillas debido a un soplo que tiene en el corazón. En los últimos días, había llegado a fraccionarlas y sólo le quedaba un blíster. La travesía Eran las 10 de la noche del feriado del 9 de julio cuando el jefe de Operaciones Rurales de Perito Moreno, subcomisario Germán Reynoso, se comunicó con el jefe distrital de Vialidad Provincial y su amigo, Carlos Somoza, para comenzar con el operativo. “En menos de una hora planificamos todo: una motoniveladora, dos camionetas y una ambulancia y salimos a la medianoche”, indicó Somoza a La Opinión Austral. Fueron 13 personas quienes integraron la travesía que tardaría 32 en concretarse. Tres policías, tres trabajadores del hospital y siete operarios de Vialidad se pusieron mamelucos térmicos y se adentraron en la ruta N° 40 desde Perito Moreno. Con temperaturas que oscilaban entre los 15 y los 10 bajo cero y el viento blanco que cortaba la piel, el contingente avanzó a paso de hombre por la fría estepa patagónica. “Tuvimos que cargar de gas oil dos veces a la motoniveladora, la nieve estaba dura como el concreto, seis veces se nos quedó y tuvimos que palear para poder sacarla” indicó Somoza sobre la travesía en el medio de la nada. Incluso, el médico que viajaba en el contingente, Lelio Cariboux, señaloo: “Yo también me bajé a dar una mano con la pala, no me podía quedar de brazos cruzados”. El frío y la falta de horas de sueño no parecieron ser un obstáculo para los hombres que estaban decididos a encontrar al matrimonio. Era una noche sin luna y estaba nublado, por lo que no había puntos de referencia para avanzar sobre el manto blanco. “Nosotros conocíamos a Olga y a Félix porque siempre andamos en el campo, por eso pudimos guiar a la gente de Vialidad para que avance”, dijo Germán Reynoso, quien comandó los avances de la motoniveladora. A la estancia se llega por la ruta provincial N° 39 y, antes de la nieve, también era de difícil acceso, hay una serie de caminos sinuosos para llegar. “Con binoculares y un mapa veíamos para donde teníamos que seguir” aseguró Reynoso. Las condiciones climaticas eran completamente adversas. El contacto con la nieve hacía que se transforme en agua y congelaba los guantes de todo el contingente. Pese a esto y al viento que cortaba los pómulos como navaja, los trece hombres que le pusieron el pecho a la situación mantuvieron la convicción de poder llegar a “Piedra Grande” y ver cómo estaban Olga y Félix. La ambulancia quedó en Bajo Caracoles. “No sabía qué podíamos esperar de todo esto, no sabíamos nada de ellos (por Félix y Olga), si tenían alimentos, si estaban bien o si…” expresó Somoza sobre las sensaciones que tuvieron por esas horas y lo que podría haber sido un horrible final. Luego de 32 horas sin dormir, finalmente apareció la máquina y las camionetas a la entrada de “Piedra Grande”, Félix había salido afuera y agitaba los brazos al ver a todos los que llegaron a rescatarlos. “Fue tan lindo, ¿sabés? porque encima yo los conozco a todos de Perito Moreno, son todos amigos”, dijo el abuelo. Según publicó La Opinion Austral, hace unos años, fallecieron los hijos del matrimonio, por lo que están solos. Apenas tienen unos familiares en Comodoro Rivadavia y en el norte de la provincia. “Hoy los quiero como a mis hijos, no hay manera de agradecerles lo que hicieron” aseguró Félix por los operarios, policías y trabajadores del hospital que los rescataron. Olga no escatimó en elogios a todos los que trabajaron para llegar a la estancia. “Estoy tan contenta, fue tan lindo que se hayan preocupado, hasta me siento importante”, indicó en tono jocoso. Sobre su estado de salud, la abuela dijo que “ya está todo bajo control, ahora a la tarde (por ayer) tengo que hacerme unas placas de rutina, pero no pasa nada”. Al matrimonio le quedaban seis bifes y algunas latas de conserva. El pastillero de Olga estaba casi vacío y apenas tenían un poco de agua en un balde. De igual manera “me sorprendió el estado de salud general de los dos, muy vigorosos. Por el tema de Olga, ya conseguimos las pastillas que debe tomar. Ella iba a ser intervenida hace unos meses, …
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