Santa Cruz-, En el noroeste de Santa Cruz, en el Cañadón Caracoles, Parque Patagonia volvió a llenarse de cascos, cuerdas y voces. Fue durante el último Encuentro de Escalada, un evento que reunió a escaladores de distintas localidades y que marcó el inicio formal de la temporada.
Ariel Obregón, socio del Club Andino de Perito Moreno y participante activo del encuentro, todavía sostiene la energía de esos días. “Fue un número importante, alrededor de unas 100 personas”, cuenta. Algunos estuvieron las tres jornadas, otros solo dos o incluso una, pero todos coincidieron en lo mismo: “el clima fue estupendo” y se respiraba “una atmósfera especial de buena onda, con mucha gente compartiendo y disfrutando del lugar”.
El encuentro giró principalmente en torno a la escalada, con horarios pactados y asistencia permanente del Club Andino, y se contó con el de Bomberos. Entre momentos de práctica, hubo almuerzos compartidos, cenas tranquilas y hasta una guitarreada que estiró la noche. “Las caras de felicidad que tenían en los bautismos mostraban lo bien que la pasaron”, recuerda Ariel sobre quienes vivían su primer ascenso.
Nuevas vías y un territorio que sigue creciendo
Días antes del encuentro, un grupo de ‘equipadores’ se reunió para seguir expandiendo el potencial del Parque. Ellos llegan con las herramientas para abrir las nuevas vías. Llegaron desde Perito Moreno, Lago Posadas y El Chaltén. Se abrieron 5 vías nuevas y 3 quedaron por terminar”, detalla Ariel.
El sector de La Hormiguita sumó dos líneas más; La Bóveda incorporó una; El Romillo, dos; y La Lagunita, otras dos. “Muy agradecidos a la gente que viajó de lejos a dar una mano y potenciar el lugar, que tiene para muchísimo más”, resalta.
Hubo un momento que salió del plano deportivo y se metió en la tierra. El equipo del Parque brindo una charla sobre conservación y sobre el trabajo que se viene realizando para restaurar el ambiente donde se encuentra el sitio de escalada. También se realizó una actividad de restauración de juncos en la laguna, a la que muchos de los participantes se sumaron. “Estuvo buena la iniciativa para poner nuestro granito de arena en conservación y restauración”, dice Ariel.
Además, otra imagen le impactó fue ver que “en ese espacio había gran cantidad de aves, como volviendo a su lugar. Me generó mucha satisfacción”.
“La cantidad de gente que se sumó nos sorprendió, sobre todo porque no era feriado ni nada que facilite viajar”. Desde Río Gallegos, Comodoro Rivadavia y otros puntos de la región, “muchos manejaron cientos de kilómetros para estar ahí”.
La explicación quizá esté en el vínculo profundo que tienen los escaladores locales con el Parque. “Para nosotros es como nuestro patio de la casa”, dice. Lo sienten cerca y propio. “La mayoría de las vías las armaron compañeros nuestros. El sentido de pertenencia es muy grande”. Y la roca, agrega, “tiene dificultad para todos los gustos”.
Cuando le preguntamos por una postal que resuma el encuentro, Ariel recuerda las sonrisas, el viento y la montaña llena de gente moviéndose como un organismo vivo. Un fin de semana donde la escalada volvió a abrir la temporada, pero también la sensación de que este rincón del Cañadón Caracoles sigue creciendo gracias a quienes lo habitan, lo cuidan y lo comparten.
