Santa Cruz-, Esta temporada, Parque Patagonia abre una puerta única para los visitantes que buscan sumergirse en los proyectos de conservación y restauración que se llevan adelante en la región. La Estación Biológica El Unco es el escenario de una experiencia inmersiva donde el rewilding deja de ser un concepto y se convierte en vivencia. Hace unos diez años, en el noroeste de Santa Cruz, comenzó a gestarse algo que parecía casi un sueño: devolverle al paisaje aquello que había perdido con el tiempo. Empezaba a escribirse una historia de reencuentros para darle una nueva oportunidad a especies que alguna vez habitaron esos cañadones y mesetas, pero que, con los años, fueron desapareciendo. El rewilding, como llaman a este proceso de restauración, es mucho más que reintroducir animales. Es reconstruir el equilibrio que alguna vez existió. Implica devolver no solo a las especies que se fueron, sino también sanar la tierra, el agua y los humedales, para que todo el ecosistema funcione como un engranaje perfecto. En Parque Patagonia, la Estación Biológica El Unco es el corazón de este trabajo. Desde ahí, un pequeño grupo de personas trabaja con la precisión de los artesanos, reparando cada hilo de este entramado natural. Ahora, por primera vez, quienes buscan una experiencia distinta pueden asomarse a ese mundo y presenciar el trabajo de restauración. «La visita al Unco es una oportunidad para entender de qué hablamos cuando hablamos de conservación. Es abrir las puertas a los programas de reintroducción de especies y restauración de ecosistemas, donde el turismo de naturaleza se encuentra con el turismo con propósito», explica Natalia Correa, miembro del equipo de Parque Patagonia. La actividad, que dura un día completo, comienza en La Posta de Los Toldos, temprano por la mañana. Desde allí, los visitantes se dirigen hasta la Estación Biológica El Unco. Ahí los recibe Jorge Maldonado, un joven de Perito Moreno que se entrenó dentro del equipo de la Fundación y cuyo primer trabajo como guía comienza con estas visitas. Mientras los visitantes caminan entre humedales y juncales restaurados, aprenden sobre la reintroducción de especies. «Apreciar ese proceso de cerca hace la diferencia», dice Natalia. Se habla de guanacos, pumas y aves que regresan a anidar. El avistaje del chinchillón anaranjado, asomando entre los paredones de los cañadones, es uno de los momentos más esperados. “Observar esta especie, que fue parte del trabajo de reintroducción, genera una conexión muy fuerte con el proceso de conservación”. Parte de la experiencia es dimensionar el valor de elegir un destino con propósito. «Cuando el visitante elige venir aquí, ya está colaborando con la conservación y el desarrollo local», comenta Natalia. Además, esta visita permite comprender el papel de cada especie en el ecosistema y reflexionar sobre cuáles son las que faltan para restaurar el equilibrio completo. Otro aspecto clave es el impacto positivo que genera Jorge como guía: “Es una prueba de cómo el turismo no solo puede generar empleo, sino también capacitar y fortalecer a quienes viven en esta región. Y esto es solo el comienzo”, agrega Natalia. El recorrido incluye una visita a los recintos donde se trabaja con diferentes especies, brindando a los visitantes la oportunidad de apreciar el paisaje y el ecosistema en proceso de restauración. A lo largo del trayecto, se explica el alcance de los programas de rewilding que están en marcha, y se muestran los instrumentos utilizados para monitorear fauna, como los dispositivos de telemetría. También se comparten los avances logrados desde que comenzó el trabajo en la zona y los próximos pasos previstos en el proceso de conservación. La jornada se completa con un almuerzo tipo picnic en la estación biológica, donde el guía y los visitantes intercambian experiencias y reflexiones en un ambiente relajado y cercano, haciendo de esta actividad un momento tan educativo como disfrutable. Comprender el ecosistema desde adentro El impacto de la visita trasciende el paisaje o el contacto con la fauna. «Cuando un visitante se va del Unco, lo hace con una visión más completa», asegura Natalia. El recorrido no solo muestra la restauración, sino que también enseña cómo interactúan las especies y cómo cambia el comportamiento del guanaco con las estaciones o la restauración de humedales. Este tipo de turismo de naturaleza es fundamental para sostener los proyectos de conservación. “Sin ese flujo de visitantes, no podríamos seguir capacitando a guías como Jorge ni abrir nuevas puertas de acceso al público. Cada persona que visita El Unco está apoyando directamente este modelo de producción de naturaleza que estamos impulsando”, reflexiona Natalia. En el verano de Patagonia, el tiempo se mide diferente. Y es que, las horas se alargan bajo un cielo que parece infinito. La visita a El Unco dejará sin duda algo más que recuerdos: la certeza de que la naturaleza se restaura y la historia se teje con cada esfuerzo por protegerla. Al regresar, la mirada sobre el paisaje y su vida nunca vuelve a ser la misma y quedarán latentes las ganas de volver. Consejos para quienes planean visitar Parque Patagonia Reservar con antelación y consultar la agenda de actividades garantizará una experiencia completa y enriquecedora en este rincón de la Patagonia. Además de la visita a El Unco, se pueden explorar otros senderos y propuestas, como Tierra de Colores, Cañadón Caracoles, La Guanaca o Bajada de Los Toldos, perfectos para observar fauna y conectar con los paisajes patagónicos.
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El avistaje de pumas se abre camino como alternativa turística en Patagonia
Santa Cruz-, Guías de turismo y propietarios de campos participaron en el primer taller sobre observación de pumas organizado por Fundación Rewilding Argentina, en Parque Patagonia. La iniciativa busca transformar la presencia del gran felino en una oportunidad para desarrollo local. Durante años, el puma fue visto como una amenaza para los productores ganaderos en la Patagonia. Ahora una nueva mirada empieza a abrirse paso, dándole un lugar preponderante en actividades de turismo de naturaleza, como la observación de fauna silvestre. El pasado 6 y 7 de diciembre, en la Posta de Los Toldos, en Parque Patagonia, se desarrolló el primer taller para el avistaje de pumas como alternativa productiva. El evento reunió a guías turísticos y a propietarios de campos interesados en desarrollar experiencias de observación de fauna, una actividad en auge en otras regiones, como Torres del Paine en Chile. A lo largo de las jornadas, los participantes accedieron a información científica y estrategias concretas. Además, el encuentro brindó una oportunidad para compartir perspectivas fundadas en su propia experiencia como guías de naturaleza. Gabriel Nieto y Mariana Martínez, ambos con trayectoria en turismo y conservación, compartieron sus impresiones tras el encuentro y reflexionaron sobre el potencial del avistaje de pumas como herramienta para el desarrollo turístico y la convivencia con la fauna local. “Este tipo de capacitaciones son innovadoras. Tener datos certeros y respaldados nos da herramientas valiosas para ofrecer experiencias de calidad”, destacó Gabriel. “Cuando uno dice Patagonia, el visitante inmediatamente piensa en grandes espacios naturales, extensos e inabarcables”, describe Mariana. “La posibilidad de observar pumas en su ambiente es uno de los momentos soñados por muchas personas que visitan esta zona. Creo que esta actividad puede complementarse perfectamente con las alternativas turísticas ya existentes en la provincia”. Durante el taller, los participantes disfrutaron de charlas dictadas por referentes de Fundación Rewilding Argentina y realizaron una salida de campo. Emiliano Donadio, director científico de la fundación, fue uno de los disertantes, que explicó el rol del puma en los ecosistemas y cómo su presencia fomenta la biodiversidad local. Para los guías, este tipo de información resulta indispensable, porque “muchas veces, lo que compartimos con los turistas son historias o anécdotas, pero faltan datos concretos. Con este taller, pudimos acceder a información respaldada por estudios científicos”, explicó Gabriel Nieto. Martínez coincidió en el valor del taller: “Las presentaciones nos aportaron información de valor sobre la ecología de la especie y los métodos de captura para la instalación de radiocollares. Con la salida a campo del segundo día, vimos de primera mano el trabajo de Facundo Epul como guía especializado en observación de fauna”. Turismo como motor de cambio El taller concluyó que el avistaje de pumas tiene potencial para transformar el turismo patagónico. Además de generar ingresos a través de la actividad turística, ofrece una alternativa sustentable para los productores locales. Martínez remarca que el desafío “es encontrar la manera de convivir entre los productores ganaderos, la conservación de los grandes predadores y la posibilidad de que algunas estancias puedan ofrecer espacios para los visitantes interesados en ver pumas en la Patagonia”. En relación con esto, una de las claves del taller fue explorar alternativas que permitan el avistaje sin perjudicar a las zonas productivas. Gabriel destaca lo aprendido, explicando que “según los estudios realizados en Parque Patagonia, se sabe que casi el 70% de la dieta del puma en esta región se basa en guanacos, por lo que resulta clave alejar el puma de las zonas productivas para asegurar la coexistencia entre el turismo y la producción”, explicó. Además, señaló que la caza de pumas puede resultar una imagen impactante para los turistas que visitan la región con una visión conservacionista. “Nosotros, que crecimos en Santa Cruz, estamos acostumbrados, pero para alguien que viene con una mentalidad de cuidado ambiental, ver animales colgados en los alambrados puede ser muy fuerte”. Entre las estrategias que se presentaron durante el taller para disuadir la presencia de pumas en las estancias, se destacaron los efectos lumínicos y el uso de perros. Sin embargo, reconocieron que el desafío no es solo técnico. “El taller me dejó muy contento, con una visión renovada”, comentó Gabriel, quien es guía de pesca de montaña. Nacido y criado en Río Turbio, desde hace años recorre la cordillera, desde Perito Moreno hasta Los Antiguos, y conoce de cerca el conflicto con los pumas. “Todavía hay campos donde se celebra la caza del puma como un logro. Cambiar esa mentalidad lleva tiempo, pero es necesario para conservar esta especie y, al mismo tiempo, atraer turistas interesados en la observación de fauna”, reflexionó Gabriel. Martínez concluyó resaltando la importancia del turismo como herramienta de conservación: “Los visitantes suelen tener una percepción positiva de los grandes predadores. De hecho, muchos viajan kilómetros solo para tener la oportunidad de observarlos y fotografiarlos. La oportunidad es enorme para aprovechar esta tendencia y, al mismo tiempo, promover la conservación de la especie”. El potencial para que el avistaje de pumas en Patagonia se convierta en un atractivo turístico es innegable. Mientras tanto, los guías y propietarios de campos comienzan a prepararse para ofrecer experiencias únicas que invitan a conocer de cerca a uno de los mayores símbolos de la fauna patagónica.
Parque Patagonia: campings, caminatas y cielos estrellados para descubrir la naturaleza
Santa Cruz-, Opciones de acampe, recorridos guiados, cielos estrellados y el confort de La Posta de Los Toldos ofrecen para esta nueva temporada, la oportunidad de explorar, descansar y descubrir los secretos de este rincón de Santa Cruz. En el noroeste santacruceño, la inmensidad lo abraza todo. Es la tierra donde los atardeceres se extienden hasta fundirse con la estepa, tiñendo de ocres y dorados un horizonte que parece no terminar nunca. En este rincón de Santa Cruz, la fauna se desplaza con la tranquilidad de saberse parte del paisaje, mientras el viento –único dueño del silencio– recorre mesetas y cañadones susurrando historias antiguas. Ahí, en plena estepa patagónica, el Parque Patagonia se despliega como un refugio para la contemplación, ofreciendo espacios diseñados para descansar y conectar con el entorno. Romina Vitale, responsable de Uso Público del Parque, explica que entre las opciones para dormir, “tenemos dos campings arancelados: El Mollar y La Señalada”. “En El Mollar hay seis parapetos para carpas, duchas con agua caliente, baños, refugio con salamandra y wifi. Se pueden reservar viandas, cenas y cargar dispositivos. En La Señalada hay 12 parapetos, baños secos, duchas y venta de comidas, desayunos y meriendas. Ambos cuentan con estacionamiento y fogones comunitarios”. Para quienes prefieren una experiencia más agreste, están disponibles de forma gratuita los campings del Río, La Confluencia y Cañadón Caracoles. “En estos campings hay baños secos y mesas. Solo se permite hacer fuego en el Cañadón Caracoles, donde hay un fogón protegido del viento, mientras que no se puede en los demás. Por eso, recomendamos traer calentadores a gas”, explica Romina. Las reservas para estas áreas pueden hacerse por correo electrónico y, aunque no es obligatorio reservar con anticipación, sí es aconsejable durante la temporada alta, de octubre a marzo. Para aquellos que prefieren mayor confort, La Posta de Los Toldos ofrece nueve habitaciones con baño privado, cocina regional, wifi y espacios comunes acogedores. “Es un lugar donde el visitante puede encontrar mapas, libros, una tiendita con productos locales y la posibilidad de disfrutar de fogones y excursiones. Se puede reservar a través de la web de Rewilding Experience, Booking o por WhatsApp”, cuenta Romina. Actividades para conocer desde la estepa hasta las estrellas Además de las opciones de alojamiento, el Parque cuenta con propuestas que invitan a descubrir el entorno natural de una manera educativa e inspiradora. El Centro de Interpretación es una parada obligada. “Son seis salas que recorren la evolución de los continentes, la humanidad y la crisis de extinción de especies. Es una experiencia interactiva que busca generar conciencia y destacar el trabajo de conservación que realiza la Fundación Rewilding Argentina”. El Planetario, por su parte, ofrece una conexión directa con los cielos de la Patagonia. Romina explica que “a través de la observación e interpretación del cosmos, los visitantes pueden aprender sobre astronomía de forma sencilla y emocionante. Es una actividad recomendada para todas las edades”. Para quienes disfrutan del senderismo, el Parque Patagonia ofrece recorridos de distintos niveles de dificultad. Estos son senderos autoguiados, pero existe la posibilidad de contratar los servicios de los guías locales, para quienes prefieran ir conociendo más sobre la zona y la fauna mientras caminan. “El sendero Tierra de Colores es ideal para apreciar las texturas de la tierra patagónica”, sugiere Romina. Y, para quienes buscan algo más desafiante, recomienda La Guanaca, donde se pueden ver guanacos y disfrutar de vistas panorámicas, “o la Bajada de Los Toldos, que conduce al Río Pinturas y al sitio arqueológico de Cueva de las Manos”. La experiencia puede completarse con una visita al Centro de Interpretación, un recorrido por los senderos, o simplemente disfrutando de una merienda en la cafetería del Planetario. Romina recomienda planificar con anticipación: “Es clave reservar alojamiento y servicios de guías con tiempo, llevar calzado adecuado, protector solar, abrigo y agua. También es fundamental respetar el ambiente y seguir las indicaciones del personal del Parque. Queremos que cada visita sea inolvidable y segura», finalizó. Reservas y contacto: – Campings agrestes: parquepatagonia.arg@gmail.com – Camping El Mollar: reservas@lapostadelostoldos.com – Camping La Señalada: cltlasenalada@gmail.com – Hostería La Posta de Los Toldos: www.lapostadelostoldos.com – WhatsApp: 01172042966 Reservas disponibles también por Booking, Expedia o Rewilding Experience.
Se cumplió el 10mo Aniversario del Parque Nacional Patagonia
Los Antiguos-, Este sábado pasado fue un día para recordar, agradecer, compartir y proyectar juntos el futuro del maravilloso parque nacional, símbolo de conservación y desarrollo. La Sra. Intendentes Municipal Prof. Zulma Neira participó de la jornada. La misma dio inició durante la mañana con la apertura del Acto Institucional y continuó con los shows: 🎤 Liberia 🎤Sendero Sur 💃Academia de Danzas Cruz del Sur Además, se encontraban: ▪️Stands de Parques Nacionales y provincia de Santa Cruz. ▪️Subsecretaría de Turismo ▪️Servicio de Cantina ▪️Stands de Artesanos, emprendedores y productores.
Pumas, zorros y aves, una relación inesperada que la ciencia intenta desentrañar
Santa Cruz-, Un equipo de investigadoras e investigadores trabaja en la estepa patagónica para entender cómo los grandes depredadores, como el puma, benefician indirectamente la biodiversidad de la región. El proyecto no solo desentraña complejas relaciones ecológicas, sino que también aporta claves para la conservación de uno de los paisajes más icónicos y frágiles de la Patagonia. Liderado por la investigadora del CONICET Melanie Browne y con Malena Galuccio, Zoe Croza, Leah Botelho y Eddie Bono como técnicas y técnicos de campo, un equipo trabaja en el noroeste santacruceño, donde el viento dicta los tiempos y los cerros a lo lejos custodian el paisaje. Este esfuerzo, enmarcado en el proyecto “Rewilding: Integrando depredadores, ecología y personas” de National Geographic y Fundación Rewilding Argentina, busca responder preguntas esenciales sobre el funcionamiento de este ecosistema y su futuro. Malena y sus compañeros se adentran en la estepa del Parque Patagonia para observar aves, identificar nidos y registrar datos para perseguir un objetivo ambicioso: desentrañar las dinámicas de las cascadas tróficas en la región. Pero, ¿a qué nos referimos con eso? Una cascada trófica es un proceso ecológico que ocurre cuando los efectos de la población de un depredador tope (como el puma) se trasladan de manera indirecta a otros niveles de la cadena alimenticia, afectando a especies que no están directamente conectadas con el depredador. Por lo que, este proyecto trata de revelar cómo los depredadores tope, como el puma, afectan las especies más pequeñas, por ejemplo, aves. El diseño del estudio establece cuatro sitios de monitoreo, divididos entre zonas de mayor y menor actividad de pumas. La idea es que, en sitios con mayor actividad de pumas, hay menos actividad de zorros, y por lo tanto mayor supervivencia de nidos de aves pequeñas. Para evaluar esto, cada sitio, de 25 hectáreas, es revisado cada dos días. “Un día típico implica recorrer dos sitios para buscar y monitorear nidos, medir huevos y pichones, y tomar datos de vegetación”, explica Malena. Entre las especies monitoreadas se encuentran el yal negro, chingolo, bandurrita esteparia y patagónica, calandria mora, dormilona canela y chica, y comesebo andino. Observación y tecnología para entender el ciclo de los nidos La paciencia es una herramienta esencial en este trabajo. Y es que, para localizar los nidos, se requiere interpretar los movimientos y el comportamiento de las aves, lo que puede significar horas de observación en el frío viento patagónico. “Las aves son increíblemente astutas. Si sienten que están siendo observadas, cambian su comportamiento para proteger el nido”, explica. Es por eso que también la discreción juega un rol importante. «Esto puede implicar dedicar una hora observando a una hembra que lleva alimento para sus pichones, generando la ilusión de haber encontrado su nido, solo para que finalmente lo deje caer lejos y así proteger su ubicación». Malena explica que se necesita prestar mucha atención a los detalles, y no perderse de ninguna revisión, porque podría representar un vacío importante en los datos. Esto implica muchas horas y días consecutivos de trabajo. Una vez que se encuentran los nidos, son registrados en una plataforma de información geográfica (GIS) llamada Field Maps, que les permite llevar un control preciso del estado de cada uno: construcción, puesta de huevos, incubación o crianza de pichones. Además, algunos de los más de 100 nidos activos son monitoreados con cámaras para identificar a los depredadores responsables de los eventos de depredación. “Esto nos permite capturar imágenes clave y complementar la información con datos de cámaras trampa instaladas en el área”, detalla. Desafíos y aprendizajes en el campo El trabajo en la estepa tiene su propia complejidad y para Malena la experiencia ha sido única. “Trabajar como técnica de campo en un proyecto integral como el de National Geographic y Rewilding Argentina ha sido una gran oportunidad de formación profesional. Me ha permitido capacitarme en la captura y manejo de diferentes especies y aprender a aplicar una variedad de técnicas de campo”. Las condiciones climáticas, como el viento intenso o las temperaturas extremas, hacen al equipo a ajustar las jornadas a los horarios y comportamientos de las aves. “El campo te enseña a resolver problemas en el momento y a mantener la motivación incluso en los días más difíciles”, reflexiona. Esta experiencia también ha sido una oportunidad de aprendizaje y crecimiento profesional. Malena valora el hecho de trabajar “con compañeros tan diversos”, porque “la experiencia ha sido muy valiosa; cada uno aporta perspectivas distintas y maneras de resolver problemas que terminan ampliando mis propias herramientas de trabajo”. En la inmensidad del paisaje patagónico, donde todo podría parecer remoto, el monitoreo de aves no solo aporta datos esenciales para la ciencia, sino que también refuerza el compromiso con la conservación de un territorio tan frágil como valioso.
En el corazón del Cañadón Caracoles, el chinchillón anaranjado vuelve a casa
Santa Cruz-, Tras años de extinción local, el chinchillón anaranjado vuelve a poblar los paredones del Cañadón Caracoles. Gracias a un trabajo de translocación iniciado en 2021, ocho familias se han establecido, con nuevas crías que comienzan a expandir su territorio. El Cañadón Caracoles guarda una historia de regreso y resiliencia. Extinguido localmente por causas antrópicas, con ayuda de la ciencia, el chinchillón anaranjado encontró en 2021 una nueva oportunidad para volver a habitar los paredones de este rincón de la estepa patagónica. En 2021 comenzó una minuciosa tarea de traslado de individuos entre el Cañadón Pinturas y el Cañadón Caracoles, conocida como translocación. Esto se realiza con el objetivo de reintroducir al chinchillón anaranjado en los paredones del Cañadón Caracoles, un área donde la especie había desaparecido debido a actividades humanas. Emanuel Jacquier es uno de los técnicos que lidera los trabajos de translocación. A cuatro años de sus inicios, el proyecto muestra resultados notables. Entre los 18 chinchillones monitoreados actualmente, ocho nacieron en el propio Cañadón Caracoles. Emanuel cuenta que estas crías “se han establecido y han comenzado a dispersarse hacia otros sectores del parque, fortaleciendo las poblaciones existentes”. Entre los sitios ocupados figuran el Cerro Chato, Poivre y el cañadón del río Ecker, lo que demuestra su capacidad de expansión natural. “En este tiempo hemos recolectado datos morfológicos, como, por ejemplo, que pueden llegar a medir 80 cm de longitud incluyendo la cola que representa poco más de un tercio del cuerpo”, cuenta. Otros datos importantes: llegan a pesar, siendo adultos, entre 2,200 Kg y 3,000 Kg. Tienen orejas pequeñas de unos 7 cm y una diferencia de 5 cm entre la circunferencia de la cabeza y el cuello, “lo que nos facilita la colocación de collares VHF para el monitoreo”. “Tienen un cuerpo especialmente adaptado para moverse y vivir en los paredones de la estepa patagónica, con un pelaje denso abrigado para soportar las temperaturas extremas”, describe. De hecho, esa es una escena muy buscada para quienes recorren los senderos, la postal de los chinchillones acicalándose al sol. “Poseen una adaptación en sus patas traseras sobre el dedo más externo, una especie de «cepillito» que les facilita esta tarea de higiene” y es por la noche cuando ocurren principalmente sus hábitos alimenticios y sociales. “Si detectan algo fuera de lo normal, como la presencia de un depredador —ya sea un puma, un zorro, un hurón o un águila mora—, emiten vocalizaciones de alarma para advertir al resto del grupo”, explica Jacquier. Este mecanismo de comunicación es esencial para su supervivencia en los paredones de la estepa. “Por la noche toman más riesgos al alejarse de zonas seguras para alimentarse”, explica Jacquier. Las cámaras trampa han sido fundamentales para estudiar su comportamiento y registrar interacciones entre individuos que revelan más sobre su ecología. Diferencias entre hembras y machos En cuanto a los roles, hay diferencias notables también. Las hembras suelen permanecer en su paredón de origen, mientras que los machos tienden a dispersarse. “Tenemos machos monitoreados que se mueven en hasta 3 paredones diferentes dentro de un radio de 1,5km”, cuenta. “Gruñon” es como denominaron a uno de los chinchillones, y ha recorrido 12 km. “Lemon”, una cría nacida en Caracoles se desplazó 10 km. “Las hembras tienen un rol dominante, eligiendo las mejores grietas. Los machos suelen ceder espacio ante ellas”, explica Jacquier. El equipo ahora busca minimizar las intervenciones y centrarse en el monitoreo. Un punto de interés es observar a las hembras nacidas en 2023 para determinar si se dispersan o permanecen cerca de sus lugares de origen. El trabajo en el Cañadón Caracoles se sostiene como parte de un compromiso importante, recuperar lo que se perdió y trabajar para conservarlo. El Parque Patagonia es una excelente oportunidad para conocer. Recorrer senderos cercanos al cañadón del Río Pinturas puede regalar la fortuna de ver a estos simpáticos e importantes individuos.
Parque Patagonia abre sus puertas para una nueva temporada: campings y senderos
Santa Cruz-, Para esta temporada, Parque Patagonia ofrece una amplia variedad de actividades y servicios para quienes buscan conectar con la naturaleza. Desde nuevas áreas de acampe hasta propuestas gastronómicas locales, el parque prepara una experiencia pensada para visitantes de todas partes. La primera parada será el Centro de Interpretación y Planetario, una propuesta educativa que combina conocimiento del cosmos y conservación. “La experiencia en el Centro de Interpretación y Planetario del Parque Patagonia es una oportunidad única que inspira curiosidad, apreciación por la naturaleza y comprensión del cosmos”, explica Romina Vitale, anfitriona del Planetario. Este espacio cuenta con tres áreas principales: un Centro de Interpretación que a través de salas interactivas guía al visitante por la evolución del planeta, la crisis de extinción de especies y las estrategias de rewilding; el Planetario, donde cada hora se proyecta el cielo patagónico en sesiones de 30 minutos; y un área de práctica de palestra para quienes deseen experimentar otra actividad. Además, cuenta con una cafetería y una tienda que funcionan de 10 a 13 y de 15 a 20 horas. Para los amantes de la gastronomía local, La Señalada tiene todo listo para ofrecer empanadas a los viajeros que pasen, y las hay de todo tipo: “de osobuco, pollo, verduras, jamón y queso. También tenemos choripán sobre pan de focaccia casera, acompañados de salsa criolla y chimichurri”, cuenta Valeria Visconti, encargada del lugar, “Además, los turistas pueden disfrutar de guisos al disco, como el de lentejas y otros platos caseros, adaptados para satisfacer a vegetarianos y veganos, como la fainá caprese o hamburguesas de legumbres. Cada plato se prepara pensando en brindar un sabor auténtico y se adapta a las necesidades alimentarias de los visitantes”. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el descanso, y para quienes buscan la experiencia cercana con lo prístino, el Parque Patagonia cuenta con opciones de camping, tanto gratuitas como pagas para los que buscan pernoctar rodeados de naturaleza. Dentro de las opciones pagas, “el camping El Mollar ofrece un quincho con una sala de estar y estufa a leña, sanitarios, duchas y empalizadas donde se pueden armar las carpas y hacer fuego en un espacio habilitado”. El camping La Señalada, cuenta con 12 empalizadas con mesas, baños secos y próximamente duchas. Los visitantes disponen de un fogón de piedra para cocinar. Para quienes prefieren las alternativas gratuitas, están los campings agrestes Río Pinturas y La Confluencia, ambos ubicados en la zona del Cañadón del Río Pinturas. Estos espacios no permiten el uso de fuego, por lo que es esencial llevar calentadores y agua. Las reservas para estos campings pueden gestionarse a través de correos electrónicos, y el equipo del parque recomienda revisar siempre el pronóstico del clima, ya que las condiciones pueden cambiar rápidamente. Esta temporada, además, el parque inaugura el Portal Cañadón Caracoles, un área agreste con parcelas delimitadas, baños secos y un fogón protegido del viento para cocinar. Flora, del equipo de Uso Público, destaca que dentro del cañadón se encuentra también un sitio de escalada: “Las personas con experiencia en escalada pueden realizar la actividad sin problemas, con sistemas de seguridad. Además, contaremos con personal en el portal para dar indicaciones y registrar a los visitantes, asegurando una experiencia agradable”. Con estas propuestas, Parque Patagonia invita a los visitantes a sumergirse en una experiencia completa de naturaleza, cultura y conservación, garantizando que cada visitante encuentre una conexión única con el paisaje patagónico y las historias que guarda. Para más información sobre los campings: ● Camping El Mollar: reservas por WhatsApp al +54 9 1172042966 ● Camping La Señalada: cltlasenalada@gmail.com ● Campings Río Confluencia y Cañadón Caracoles: parquepatagonia@gmail.com
Parque Monte León: 20 años y un respaldo decisivo para integrar el mar
Santa Cruz-, Monte León celebró su aniversario junto a autoridades nacionales, provinciales y locales. Fuerte apoyo para ratificar la creación del Parque Marino en el Congreso Nacional. Este domingo, el Parque Nacional Monte León cumplió 20 años y recibió la visita de importantes funcionarios nacionales, provinciales y municipales. Mariela Gauna, intendenta del parque, agradeció a su equipo y expresó: “Estamos muy comprometidos, amamos lo que hacemos. Lo más importante no es solo seguir protegiéndolo, sino también dándolo a conocer. Que todos conozcan esta conexión entre la estepa y el mar”. El evento contó con un fuerte apoyo político. Entre las autoridades presentes, estuvieron Cristian Larsen, presidente de Parques Nacionales; Daniel Álvarez, Jefe de Gabinete de Santa Cruz; los intendentes de Puerto Santa Cruz y Piedrabuena, Juan Manuel Borquez y Analía Farías; Rubén Martínez, secretario de Turismo de la Provincia; Adrián Suárez, presidente del Consejo Agrario; y Jose Bodlovic, Legislador provincial. El festejo tuvo momentos de emoción, música, baile y alegría. Cristian Larsen, presidente de Parques Nacionales, agradeció a los presentes y celebró el aniversario: “Sentir el acompañamiento de la comunidad al parque es muy importante para nosotros. Tenemos un gran desafío por delante, que es estar a la altura de lo que nos ofrece la naturaleza. Creemos que entre conservación y turismo puede haber un gran círculo virtuoso en donde una cosa empuja a la otra”. En sintonía, anunció que “estamos impulsando políticas activas para mejorar la infraestructura, para mejorar los servicios, para ofrecer a todos los visitantes, la mejor experiencia”. Larsen también mencionó la iniciativa de la creación del Parque Interjurisdiccional Marino Monte León en el Congreso y agradeció al Gobierno Provincial “porque a principio de este año ha avanzado en ceder la interjurisdiccionalidad de la parte marina que espero que prontamente pueda ser una realidad para poder cuidar mejor la biodiversidad”. El proyecto de creación del parque se encuentra en el Congreso de la Nación. Una vez que se apruebe, pasará al recinto para ser votado. Para el Parque Monte León, el 2024 no viene siendo un año más. Es un año clave en su historia, porque justamente está en juego extender su territorio hacia el mar. En abril se aprobó, por unanimidad, la creación del Parque Marino en la legislatura de Santa Cruz. Unos meses después, en septiembre, el proyecto ingresó a la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano del Congreso de la Nación. Con respecto a esto, la intendenta de Monte León expresó: “Estoy muy feliz de haber escuchado las palabras de Cristian (Larsen), de ese apoyo para seguir protegiendo, para poder avanzar en ese tema que nos había quedado pendiente a los argentinos, que es avanzar en lo que es la protección del mar. En poder verdaderamente fundir ese abrazo entre la estepa y el mar”. La historia del Parque Monte León En 1996, la legislatura de la provincia de Santa Cruz sancionó una ordenanza creando la zona como área protegida y en el 2001, los conservacionistas estadounidenses Douglas y Kristine Tompkins, compraron la estancia y la donaron a la Fundación de Vida Silvestre Argentina. En el año 2004, el Congreso Nacional creó el Parque Nacional Monte León. Las gestiones para concretar la creación del parque comenzaron en la década de los noventa. Según explica Gustavo Gonzáles, diputado nacional, autor del proyecto del área marina, expresó: “Fue un proyecto ambicioso porque por primera vez se buscaba que un parque incluyera una parte de la costa marina, lo que implicaba mayor atención al cuidado de una flora y fauna específica. El proyecto de Monte León significó un gran avance, tanto para nuestra provincia como para toda la nación, porque Argentina es un país marítimo, cuestión que muchas veces lamentablemente no se valora”. Con respecto a la diversidad que presenta el parque, destacó que “El Parque cuenta con una pingüinera muy grande así como otros atractivos, como los apostaderos de lobos o los paseos por las zonas costeras e intermareal, los bosques de macroalgas que destacan por su rol ecológico que protegen los lugares y son fuente de alimentos para peces, entre otros”. A través de las redes sociales, Roxana Reyes expresó: “Estos espacios no solo protegen especies y paisajes únicos, sino que también representan oportunidades para el turismo, el desarrollo local y la creación de empleos sostenibles (…) Es momento de impulsar su crecimiento, invertir en infraestructura, servicios, y en oportunidades para los habitantes de Santa Cruz”. Singularidad del Parque Monte León Más allá de imponentes paisajes que reúnen la estepa patagónica y el Mar, en el Parque se puede encontrar tropillas de guanacos y choiques, zorrinos, armadillos, zorros y pumas. Las playas y roquerías son los lugares que eligen gaviotines, gaviotas, y cormoranes para descansar o anidar. No son las únicas aves, ya que el área cuenta con una de las principales colonias de pingüinos de Magallanes del país, con más de 40.000 parejas reproductoras. Varias aves migratorias también pueden verse, tales como el chorlito doble collar, el de rabadilla blanca y el enorme petrel gigante. En este ambiente se hallan apostaderos de lobo marino de un pelo (Otaria flavescens). Por otro lado, el parque posee uno de los bosques de algas más prístinos del planeta. Se trata de un ecosistema clave que ofrece refugio y alimento a una gran cantidad de especies como la centolla, el róbalo o el calamar. Otras especies más grandes como la tonina overa y el delfín austral usan los bosques en distintas etapas de su desarrollo. Al mismo tiempo, estos bosques submarinos, mejoran la calidad del agua y ayudan a mitigar el calentamiento global. Por eso, la extensión del parque hacia la zona marítima es de vital importancia. Justamente el tesoro submarino que tiene Santa Cruz es uno de los argumentos más sólidos para promover el Parque Marítimo Monte León. Cuidando los bosques submarinos, todas las especies tienen garantizado el alimento y el refugio, y la humanidad, un planeta saludable.
Cañadón Caracoles: escalada y aventura en un paisaje de inmensa magnitud
Santa Cruz-, En el Parque Patagonia, el Cañadón Caracoles se impone como un destino natural para los escaladores. Con su terreno salvaje y su estratégica ubicación, este cañadón patagónico ofrece una experiencia única, en la que el desafío y el entorno se fusionan. El Cañadón Caracoles, en el noroesete de la provincia de Santa Cruz, se destaca como uno de los sitios con mayor potencial para la escalada en Argentina. Rodeado de la inmensidad de la estepa, el cañadón invita a los aventureros y escaladores a conocer sus grandes paredones. “Caracoles es emblemático en la región. Tiene paredes que desafían desde principiantes hasta los más experimentados en una atmósfera que te hace sentir parte del lugar”, describe Juan Carlos “Pako” Sepúlveda, referente del Club Andino Pari Aike. Ubicado a 90 km al sur de Perito Moreno y 40 km al norte del paraje de Bajo Caracoles se accede por la RN 40 y el acceso a Cueva de las Manos o por la RP 97 desde Bajo Caracoles. El paisaje que rodea estos caminos, suman un atractivo adicional a la experiencia de quienes viajan desde distintos puntos del país para escalar en sus paredes. El horario de ingreso al Portal Cañadón Caracoles de 9 a 19 hs y se debe registrar en el Centro de informes de la entrada. Para los escaladores, el sitio es ideal para quienes buscan una conexión directa con la naturaleza, en un entorno salvaje. “Es un lugar con características únicas, donde la escalada y el campamento son una aventura completa”, comenta Pako. El área cuenta con 10 lugares de acampe y baños secos. Se recomienda llevar agua y comida para pasar el día o acampar. El Cañadón Caracoles, además de ser un espacio de escalada, es también un paraíso que invita a ser recorrido en toda su longitud. Desde el ingreso al Portal Cañadón Caracoles, se pueden recorrer por el cauce de Cañadón hasta la confluencia con el Cañadón Pinturas. Son 12 km de trekking de baja dificultad en un entorno majestuoso y agreste y con la posibilidad de ver guanacos, chinchillones y cóndores. El Club Andino Pari Aike nació formalmente en 2020, luego de años de actividad informal entre aficionados a la escalada. “Empezamos como el Grupo del Nido, en honor a una piedra de escalada local con ese nombre”, recuerda Sepúlveda, señalando cómo aprovecharon la apertura de acceso a la Cueva de las Manos para explorar la zona y descubrir el Cañadón Caracoles. La exploración y el trabajo constante dieron paso a la construcción de rutas de escalada y a la necesidad de consolidar la actividad en un marco formal, lo que impulsó la creación del club. Desde el Club Andino Pari Aike, sus integrantes están comprometidos en hacer de este cañadón y de la región de Perito Moreno un punto de referencia para la escalada en Patagonia. “Queremos que Caracoles se convierta en un lugar para quienes buscan experimentar algo único. Además, estamos trabajando para un lugar, un espacio físico que tenga palestra de escalada en Perito Moreno para que la gente pueda entrenar todos los días y prepararse adecuadamente para ir al Cañadón”, cuenta. Quienes estén interesados en sumarse a las salidas o conocer más sobre el proyecto pueden contactar al Club Andino Pari Aike a través de sus redes sociales, donde comparten novedades y la programación de actividades: @clubandinopariaike Cañadón Caracoles va camino a convertirse en un destino codiciado para quienes buscan una experiencia completa y desafiante, en un rincón inigualable de la Patagonia.
Se realizó el 3er encuentro de senderismo en Parque Patagonia
Santa Cruz-, Más de 80 personas participaron en la tercera edición del encuentro de senderismo, explorando los senderos del Cañadón Pinturas y conectando con un entorno natural cargado de historia y biodiversidad. El tercer encuentro de senderismo en Parque Patagonia fue una celebración de la naturaleza y de la determinación de quienes aman caminar por estos parajes. Rocío Navarro, coordinadora del Programa de Comunidades de Parque Patagonia, describe que “el objetivo principal fue inaugurar la temporada de verano en el Parque Patagonia y reunir a personas apasionadas por el senderismo y el contacto con la naturaleza”. Rocío cuenta que a pesar de los pronósticos de fuertes vientos, el sábado fue un día lleno de sol radiante de viento moderado y “fue emocionante ver cómo el clima no desanimó a los senderistas, quienes pudieron disfrutar de recorridos espectaculares, como el Sendero La vertiente, la Guanaca, Balcones y Cañadón Pinturas”. Más de 80 participantes se reunieron para recorrer algunos de los senderos más icónicos del parque. “Tuvimos 150 inscriptos y, a pesar de que el día anterior al evento soplaron vientos de más de 100 km/h, más de 80 personas se presentaron con entusiasmo”, comenta Rocío. Este espíritu se vio reflejado en el segundo día, cuando, en lugar de rendirse ante el pronóstico, las actividades se desarrollaron por el sendero el Cañadón del Río Pinturas, que al estar más protegido del viento por los grandes paredones del cañadón de hasta 300 metros de altura, la jornada resultó una experiencia memorable para los senderistas que llegaron hasta el Puesto de Piedra cerca de la confluencia del Cañadón Caracoles, donde protegidos por los árboles y a orillas del rio Pinturas realizaron el picnic y compartieron cuentos y experiencias de los días compartidos. Para Marisa, una de las guías locales que acompañó a los senderistas, cada recorrido fue una oportunidad para conectar a los visitantes con la historia viva de la región. “El Parque Patagonia es una región mística y fascinante, caminamos por senderos y áreas que 10.000 años atrás fueron habitados y recorridos por pueblos originarios, quienes convivían con la misma flora y fauna que hoy vemos en el lugar” relata. Recorrer estos senderos con guías locales, asegura una experiencia completa, a cada paso, los participantes pueden vincularse con el pasado, observar los paisajes con mucha más información, interactuar a través de preguntas, fotografías y observaciones: una real experiencia educativa donde los guías compartieron toda la información que garantizó un vínculo profundo de los visitantes con el ambiente. “La gran mayoría de los participantes son personas que realizan senderismo en sus regiones. Lo mágico de estos encuentros es cómo los participantes interactúan y se maravillan con nuestra zona, dimensionando la importancia de la conservación” dice Marisa. El evento dejó una huella que Rocío y Marisa consideran inspiradora. “Este año reafirmamos la importancia de estar preparados para adaptarnos al clima, priorizando la seguridad de todos. Además, vimos que el espíritu aventurero y la pasión por la naturaleza son más fuertes que cualquier adversidad” reflexiona Rocío. Por su parte, Marisa subraya cómo el intercambio con los participantes generó un sentido de comunidad y pertenencia: “Se van muy contentos, nos dejan sus contactos y piden los nuestros para volver. Realmente los guías y participantes notamos la magia de encontrarnos en este lugar”. Con esta nueva edición, Parque Patagonia se consolida como el punto de encuentro para quienes, desean sumergirse en la naturaleza, entender su valor, disfrutar y, al mismo tiempo, comprometerse con su protección.