Cañadón Seco-, El Parque Patagonia invita a vivir una experiencia ideal para guardar en el álbum de recuerdos: la “Gran Travesía de los cañadones de Parque Patagonia”. Un recorrido de 18 kilómetros que combina aventura, paisajes de ensueño y la riqueza de la naturaleza en su máxima expresión. El sábado 22 de febrero, los cañadones Caracoles y Pinturas en el noroeste de Santa Cruz, serán protagonistas de un trekking especialmente preparado para enamorarse de la estepa patagónica. Un recorrido que invita a sumergirse en un paisaje de formaciones geológicas increíbles, avistaje de cóndores y un entorno natural de belleza patagónica. Caminar entre paredes de colores ocres y rojizos esculpidos por el viento y el agua a lo largo de los siglos. Así comienza la aventura en el Cañadón Caracoles, donde los grandes paredones milenarios se levantan como testigos de historias ancestrales. Cada etapa de la travesía mostrará sorprendentes vistas panorámicas, mientras el majestuoso vuelo de los cóndores acompaña desde lo alto. Guanacos y choiques, también serán de la partida, porque, además, son parte del paisaje. Con un poco de suerte, se podrá avistar descansando en algún farallón, al chinchillón anaranjado y al esquivo puma patagónico. Al llegar a la confluencia de los dos cañadones, el río Pinturas dará la bienvenida. El Puesto de Piedra será el sitio ideal para hacer una pausa, disfrutar de un picnic y refrescarse en las cristalinas aguas. Rodeado de un entorno natural incomparable, llegará el momento perfecto para relajarse y recargar energías. El recorrido sigue con un tramo a lo largo del río y termina con el sendero “Bajada de los Toldos”, que llevará a los caminantes hasta arriba del cañadón. En este tramo, los aventureros ganarán perspectiva y podrán disfrutar de las vistas panorámicas hacia el río y la Cueva de las Manos del otro lado del cañadón. Una experiencia para todos La travesía por la cantidad de kilómetros se considera de dificultad media a media-alta. Guías especializados acompañarán en todo momento, garantizando seguridad y compartiendo historias y conocimientos sobre el Parque. La travesía finaliza en el Centro de Interpretación y Planetario, donde los recibirán con un charla sobre el trabajo de restauración que se hace, podrás descubrir los secretos del cielo austral, aprender sobre constelaciones y escuchar las leyendas que las rodean. Cuenta con servicio de cafetería para relajarse y compartir anécdotas de la jornada. Para quienes los acompañe la familia, y busquen actividades más relajadas, el Parque Patagonia ofrece también diversas opciones para explorar su riqueza natural y cultural se puede recorrer alguno de sus senderos, visitar el Centro de Interpretación y Planetario, conocer más sobre la fauna, la flora y los proyectos de conservación que se llevan adelante en la región. También se puede visitar la Cueva de las Manos, un viaje en el tiempo a través de las pinturas rupestres de más de 9.000 años de antigüedad, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Detalles Prácticos La organización ha dispuesto un servicio de tránsfer que parte desde el Salón Iturrioz de la localidad de Perito Moreno, con una parada en el Centro de Informes del Portal Cañadón Pinturas sobre la Ruta 40. Desde allí, los participantes serán trasladados al punto de inicio de la travesía, en el Portal Cañadón Caracoles. El regreso está planificado para las 20 horas desde el Planetario hasta el mismo lugar donde los participantes se subieron a la mañana. Para disfrutar al máximo, es recomendable contar con protección solar, llevar un mínimo dos litros de agua por persona y una vianda. Además, prever ropa y calzado aptos para caminar y adaptados a cambios de clima. Para información de precios y reservas, se puede escribir a infoparquepatagonia@gmail.com
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Verano 2025: Inaugurarán las obras y el camping de Monte León
Santa Cruz-, En medio de una temporada sin igual para el Parque Nacional, autoridades de Monte León y de la Provincia inaugurarán la zona de acampe y los refugios para el área de parrillas. El sábado 8 de febrero al mediodía, se inaugurarán las obras de infraestructura del Parque Nacional Monte León, servicios que ya miles de personas han utilizado en lo que va del año. Se trata de asadores con vista al mar y protegidos del viento, y áreas especiales de acampe para disfrutar la noche santacruceña de una forma especial. La temporada 2025 para Monte León ha sido una de las más fuertes desde que se creó el parque con miles de visitantes en enero y un área de acampe que se mantuvo constante en un 70% de ocupación. La ola de calor, la renovación del parque y la habilitación de la pesca de róbalo, pejerrey y palometa, hicieron que Monte León se posicione como uno de los destinos turísticos más atractivos tanto para los vecinos de Río Gallegos, como los de Puerto Santa Cruz y Piedrabuena. Este año la Cooperativa Awkan está a cargo de los servicios de camping, proveeduría y confitería en el sector costero por lo que tanto las familias, como los grupos de amigos o las colonias de vacaciones tienen todas las provisiones necesarias para pasar un día inolvidable. Además de las áreas de servicio, el equipo de Monte León renovó los senderos, con nuevos recorridos y otros mejor marcados.“La bajada a la playa fue recientemente restaurada gracias a la Fundación Por el Mar pensando en tu comodidad y seguridad”, cuentan en el instagram del Parque al tiempo que muestran el paisaje único que une estepa y mar. En una reciente nota sobre el comienzo de temporada, la intendenta del Parque Mariela Gauna aseguró que “Se está viendo qué tipo infraestructura funciona mejor como para replicar en otros lugares del parque”. Para este sábado, se espera que en el acto de inauguración asistan autoridades provinciales y de Parques Nacionales, lo que significa una fuerte apuesta a hacer crecer Monte León para que cada día sean más personas las que puedan vivir una experiencia única de turismo sostenible. La fauna sorprendente de Monte León Tropillas de guanacos y choiques integran la fauna de este ambiente, a los que se suman zorrinos, armadillos (piches), zorros y pumas. Pero es en las costas y en el mar donde la vida bulle. Playas y roquerías son los lugares que eligen gaviotines, gaviotas, y cormoranes para descansar o anidar. No son las únicas aves, ya que el área cuenta con una de las principales colonias de pingüinos de Magallanes del país, con más de 40.000 parejas reproductoras. Varias aves migratorias también pueden verse, tales como el chorlito doble collar, el de rabadilla blanca y el enorme petrel gigante. En este ambiente se hallan apostaderos de lobo marino de un pelo (Otaria flavescens). Entre las restingas, que quedan al descubierto durante la bajamar, pulpos, mejillones, caracoles, pequeños camarones, anémonas, erizos, estrellas de mar y cangrejos hacen de la supervivencia un arte. Muchas aves acuden a estos sitios para alimentarse como los chorlos, el ostrero y la paloma antártica.
Tierras Blancas: un nuevo sendero para descubrir la riqueza de Parque Patagonia
Santa Cruz-, Parque Patagonia presenta el sendero Tierras Blancas, una nueva propuesta que ofrece paisajes únicos y permite un acceso alternativo a la icónica Cueva de las Manos desde la Ruta Provincial 97. Este recorrido, que se suma a la red de senderos del parque, para explorar la historia y la biodiversidad de esta región patagónica.. Este verano, el noroeste santacruceño se convierte en un destino cada vez más elegido por quienes buscan conectar con la naturaleza y disfrutar de actividades al aire libre. Para ellos, estos paisajes únicos y la inmensidad de la estepa patagónica son ideales para explorar senderos, descubrir sitios arqueológicos y sumergirse en la riqueza natural y cultural de este rinconcito santacruceño. Este año, Parque Patagonia suma una nueva propuesta: el sendero Tierras Blancas. Para entender donde está ubicado, Lucas Contrino, del equipo de Parque Patagonia nos cuenta que “si consideramos el mapa de los senderos del Parque Patagonia, Tierras Blancas viene a proponer un sendero desde otro punto de acceso, que es la Ruta Provincial 97, para unir a toda la red de sendas que ya existen, que en su mayoría se acceden desde la Ruta Nacional 40”, describe. El sendero Tierras Blancas comienza en el Mirador Cóndor, un punto panorámico sobre el cañadón del río Pinturas, y se extiende a lo largo de 6 kilómetros de paisajes esteparios. Lucas cuenta que el recorrido atraviesa el “Cañadón de la Biodiversidad”, un brazo del cañadón Caracoles que desciende hasta la unión con el río Pinturas. Desde ahí, los visitantes pueden conectar con la red de senderos, como Huella de Gradín y Puesto de Piedra, que llevan directamente a la Cueva de las Manos. Caminar por esos senderos es la experiencia segura para disfrutar de los aromas de la estepa y observar a la fauna en estado silvestre en estos paisajes. “Este sendero permite disfrutar de la diversidad paisajística del parque, con un trayecto que mezcla lomadas, cañadones y la confluencia de ríos. Es una experiencia que combina naturaleza e historia”. “Es un sendero que une dos mundos, el de la biodiversidad y el de la historia. Caminar por estos paisajes te conecta con el pasado y con la belleza única de la región”. Son unos 8 kilómetros de caminata desde el Mirador Cóndor hasta la Cueva de las Manos y puede realizarse en aproximadamente tres horas, disfrutando del paisaje y deteniéndose para explorar. También existe otra opción para acceder al sendero desde el camping del cañadón Caracoles. Saliendo de ahí es posible emprender un recorrido más largo que une con el valle y el sendero Tierras Blancas, ofreciendo una experiencia integral y que combina paisajes esteparios, con cañadones profundos y la historia y biodiversidad del parque. Para todas las actividades al aire libre, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones, como “llevar protección solar, gorro y suficiente agua porque no hay fuentes de agua potable en el recorrido. Además, siempre les pedimos a los visitantes que se registren antes de comenzar, para garantizar su seguridad”, detalla Contrino. Con su combinación de biodiversidad, paisajes imponentes y un fuerte vínculo con la historia, el sendero Tierras Blancas se suma como una joya más en la red de propuestas de Parque Patagonia. Para quienes buscan vivir la esencia de estos paisajes esteparios, este recorrido promete ser una experiencia inolvidable, donde cada detalle cuenta una historia que conecta el pasado con el presente.
Santa Cruz: 3 sitios para descubrir la historia y la riqueza arqueológica
Santa Cruz-, El noroeste de Santa Cruz resguarda un patrimonio cultural único en América. Lugares como Cueva de las Manos, el Alero Charcamata y el Cerro de los Indios invitan a descubrir un legado milenario enmarcado por la belleza de la Patagonia. En esta región, los cañadones tallados por el tiempo y el constante susurro del viento parecen contar historias que se remontan a milenios. Ahí, entre estos paisajes únicos, se encuentra una de las mayores concentraciones de arte rupestre de América. Más de 80 sitios arqueológicos identificados en el Cañadón del Río Pinturas y sus alrededores revelan un pasado donde la naturaleza y la cultura se entrelazaban en armonía. Estas cuevas y aleros, refugios de los antiguos nómadas de la región, son una muestra del arte rupestre más antiguo y mejor preservado del continente. Cada pintura es un testimonio de supervivencia, espiritualidad y conexión con el entorno. El Alero Charcamata, ubicado en el corazón del noroeste santacruceño, no es solo un sitio arqueológico; es una ventana a un pasado de más de 5.000 años. Sus paredes, decoradas con pinturas rupestres intactas, narran historias de los primeros habitantes de la región, conservadas sin intervención moderna. La aventura hacia este alero monumental comienza en Perito Moreno, con un recorrido guiado que descubre mucho más que un destino. El ingreso es a través del Portal Cañadón Pinturas, ubicado 54 km al sur de Perito Moreno, por un camino interno que atraviesa estancias vecinas, cruzando paisajes donde la historia de la ganadería se mezcla con la imponente belleza de los cañadones. El cruce del Río Pinturas en vehículo añade emoción al trayecto. Desde allí, una caminata de baja dificultad de unos 2 km por el Cañadón Charcamata lleva hasta el alero. La escala monumental del espacio y la riqueza de las pinturas inspiran un profundo respeto por quienes habitaron estas tierras. La Cueva de las Manos, ubicada en el majestuoso Cañadón del Río Pinturas, es reconocida como Patrimonio de la Humanidad y un símbolo de los pueblos originarios. Con más de 9.000 años de historia plasmada en sus paredes, destacan las manos en negativo, figuras de guanacos y patrones geométricos que componen un museo a cielo abierto. Este lugar es más que arte; es un vínculo eterno entre la humanidad y el entorno que la sostuvo. El Cerro de los Indios, cerca de Lago Posadas, aunque menos conocido, ofrece una experiencia íntima y única. Accesible mediante una caminata moderada, sus pinturas rupestres de más de 4.000 años invitan a reflexionar sobre la vida y espiritualidad de los primeros habitantes. Rodeado por formaciones rocosas y un paisaje impresionante, este sitio se convierte en un refugio para quienes buscan una conexión profunda con el pasado. Con más de 80 sitios arqueológicos identificados en el noroeste santacruceño, esta región es un verdadero tesoro cultural. Sin embargo, solo tres de estos sitios son accesibles al público: Cueva de las Manos, Alero Charcamata y Cerro de los Indios. Este acceso limitado subraya la importancia de su preservación y el manejo responsable de estos espacios. Es fundamental recordar que las visitas a estos sitios deben realizarse con guías habilitados, no solo para garantizar una experiencia enriquecedora, sino también para proteger este invaluable patrimonio cultural. Explorar los aleros y cuevas de Santa Cruz es mucho más que una actividad turística; es un viaje a través del tiempo, una oportunidad para escuchar las voces de quienes vivieron en estas tierras y un llamado a proteger este legado para las generaciones futuras.
Proyecto Arrecife: conocer para cuidar los tiburones patagónicos
Patagonia-, Un equipo de investigadores del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) que integra el Centro Científico Tecnológico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) encaran un proyecto de divulgación para conocer, valorar y mejorar la forma en la que nos vinculamos con los ecosistemas marinos en la Patagonia Austral. Alejo Irigoyen es investigador del Consejo en el Centro para el Estudios de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET), especializado en Ecología Marina e integrante del equipo de Proyecto Arrecife, y explica la importancia de la tarea de preservación de las especies de tiburones dentro del ecosistema marino en las costas patagónicas. Es Alejo quien lo explica mejor: “Sobre Santa Cruz, Tierra del Fuego e incluso Chubut, y toda la costa argentina, el conocimiento que hay sobre los tiburones y los ecosistemas costeros o marinos en general es muy bajo como para entender la incidencia de cada sitio, de cada provincia, cada zona. De los tiburones en general o de alguna especie de tiburones”. Explica que el desconocimiento “aplica para todo el Atlántico Sur; y cuanto más al sur menos estudios todavía, menos información se ha recabado”. Señala que, en términos generales, “los tiburones -los condrictios-, como que tienen un efecto conocido de equilibrio en el ecosistema. Hay algunas especies, una icónica para Santa Cruz sobre todo que es el gatopardo, que es un predador tope. Está a la escala de la orca. O sea, están los meso depredadores, sobre todo leones marinos, elefantes y también delfines, que no está a la mitad de la cadena trófica. Los únicos depredadores que tienen son la orca y el gatopardo, entonces pensar en un rol, en una función es clave porque no tienen reemplazo”. “Son ecosistemas que, si fallan, si se sobreexplotan, así como se han matado las orcas; como se están sobreexplotando los tiburones y los gatopardos; si falta uno se desequilibra toda la cadena. Y estamos hablando de una especie, después tenés un montón de especies que también tienen su función y su posición en el ecosistema”. El proyecto Arrecife está integrado básicamente por investigadores, biólogos de CONICET en sus distintos escalafones. Nace en 2008 “cuando éramos estudiantes de doctorado de CONICET, becarios de CONICET. Y ahora, bueno, ya con Gastón Trobbiani encabezamos lo que es el proyecto Arrecife” relata Alejo. “Proyecto Arrecife parte de nuestro tiempo como investigadores de ecología marina, de peces, de ecosistemas de fondos, de hábitat. Parte del tiempo que dedicamos a investigar lo dedicamos a difundir lo que conocemos y lo que investigamos. A transmitir problemáticas y demás, así que básicamente es eso: somos investigadores que la mayoría del tiempo investigamos y una parte de nuestro tiempo, de nuestro esfuerzo, lo ponemos en transmitir a la sociedad esos conocimientos”. El equipo de Proyecto Arrecife tiene un recorrido de divulgación intenso. En 2024 llevaron adelante una serie de documentales denominado Proyecto Mar junto al cineasta Uriel Sokolowicz que espera contar con su cuarta parte para este año con posibilidades de sumar otros dos proyectos documentales más a esta serie que involucran personajes de la pesca artesanal, ecosistemas particulares con sus problemáticas y sus situaciones geográficas particulares como también un tipo de pesquería y de producto gastronómico. “Metemos todos los componentes en unos documentales, o en una historia más que un documental, y esperamos poder seguir haciendo eso” reseña Alejo quien adelantó también la posibilidad de “seguir contando los trabajos que vamos a hacer con tiburones dentro de poco, que tienen que ver con el marcado de los animales, y todo lo que hacemos sobre divulgación científica tratar de seguir comunicándolo firme”. El objetivo de quienes integran Proyecto Arrecife es claro: “es valorar, es dar a conocer para cuidar. O sea, por un lado, generar información que no hay de especies, de zonas, de ecosistemas, difundirla para que, a través del conocimiento y de valoración y de entendimiento de lo que tenemos, se pueda también por un lado manejar esos recursos esa parte del patrimonio natural y por otro lado cuidar”. Alejo advierte que “hay muy poca investigación, muy poca inversión en generar ese conocimiento. Y es muy escaso ese conocimiento científico y todavía más el traspaso y la difusión de ese conocimiento”, y que en Argentina “estamos como años luz de cualquier otro país que pone un poco más de importancia en esas cosas que no están muy de moda hoy, cosas que no den un resultado inmediato o algo productivo sino más bien explorar, conocer, entender; son inversiones a largo plazo que este país tiene muy poco”. Un punto importante de las tareas de divulgación de Proyecto Arrecife están las “Buenas Prácticas” en la Pesca Deportiva, una serie de actitudes o formas de pescar recreativamente que disminuyan significativamente el impacto de la actividad del humano sobre los ecosistemas. “Hay determinadas pesquerías recreativas, determinadas costumbres, determinadas cosas que prácticamente son nocivas o van depredando nuestros entornos, de los que son parte de nuestro patrimonio natural y cultural, y los que tenemos como mucho provecho -por lo menos los pescadores recreativos-, es una parte importante de nuestra vida contar con esos entornos y claramente se están deteriorando”. Desde Proyecto Arrecife se trabaja en fomentar las buenas prácticas permitiendo identificar “hasta dónde se puede matar, para comer, cuánto, cómo, qué no se puede hacer ya porque va en contra de especies como los tiburones que son muy sensibles”. Tienen además dos libros publicados y realizan charlas y actividades temáticas en diferentes instituciones como escuelas y clubes. Para conocer más de Proyecto Arrecife se puede visitar la web www.proyectoarrecife.com.ar, y en las redes sociales tanto Facebook como ProyectoArrecife, Instagram en @proyecroarrecife y en su canal de YouTube.
Parque Patagonia. El Unco y una oportunidad para conocer el rewilding desde adentro
Santa Cruz-, Esta temporada, Parque Patagonia abre una puerta única para los visitantes que buscan sumergirse en los proyectos de conservación y restauración que se llevan adelante en la región. La Estación Biológica El Unco es el escenario de una experiencia inmersiva donde el rewilding deja de ser un concepto y se convierte en vivencia. Hace unos diez años, en el noroeste de Santa Cruz, comenzó a gestarse algo que parecía casi un sueño: devolverle al paisaje aquello que había perdido con el tiempo. Empezaba a escribirse una historia de reencuentros para darle una nueva oportunidad a especies que alguna vez habitaron esos cañadones y mesetas, pero que, con los años, fueron desapareciendo. El rewilding, como llaman a este proceso de restauración, es mucho más que reintroducir animales. Es reconstruir el equilibrio que alguna vez existió. Implica devolver no solo a las especies que se fueron, sino también sanar la tierra, el agua y los humedales, para que todo el ecosistema funcione como un engranaje perfecto. En Parque Patagonia, la Estación Biológica El Unco es el corazón de este trabajo. Desde ahí, un pequeño grupo de personas trabaja con la precisión de los artesanos, reparando cada hilo de este entramado natural. Ahora, por primera vez, quienes buscan una experiencia distinta pueden asomarse a ese mundo y presenciar el trabajo de restauración. «La visita al Unco es una oportunidad para entender de qué hablamos cuando hablamos de conservación. Es abrir las puertas a los programas de reintroducción de especies y restauración de ecosistemas, donde el turismo de naturaleza se encuentra con el turismo con propósito», explica Natalia Correa, miembro del equipo de Parque Patagonia. La actividad, que dura un día completo, comienza en La Posta de Los Toldos, temprano por la mañana. Desde allí, los visitantes se dirigen hasta la Estación Biológica El Unco. Ahí los recibe Jorge Maldonado, un joven de Perito Moreno que se entrenó dentro del equipo de la Fundación y cuyo primer trabajo como guía comienza con estas visitas. Mientras los visitantes caminan entre humedales y juncales restaurados, aprenden sobre la reintroducción de especies. «Apreciar ese proceso de cerca hace la diferencia», dice Natalia. Se habla de guanacos, pumas y aves que regresan a anidar. El avistaje del chinchillón anaranjado, asomando entre los paredones de los cañadones, es uno de los momentos más esperados. “Observar esta especie, que fue parte del trabajo de reintroducción, genera una conexión muy fuerte con el proceso de conservación”. Parte de la experiencia es dimensionar el valor de elegir un destino con propósito. «Cuando el visitante elige venir aquí, ya está colaborando con la conservación y el desarrollo local», comenta Natalia. Además, esta visita permite comprender el papel de cada especie en el ecosistema y reflexionar sobre cuáles son las que faltan para restaurar el equilibrio completo. Otro aspecto clave es el impacto positivo que genera Jorge como guía: “Es una prueba de cómo el turismo no solo puede generar empleo, sino también capacitar y fortalecer a quienes viven en esta región. Y esto es solo el comienzo”, agrega Natalia. El recorrido incluye una visita a los recintos donde se trabaja con diferentes especies, brindando a los visitantes la oportunidad de apreciar el paisaje y el ecosistema en proceso de restauración. A lo largo del trayecto, se explica el alcance de los programas de rewilding que están en marcha, y se muestran los instrumentos utilizados para monitorear fauna, como los dispositivos de telemetría. También se comparten los avances logrados desde que comenzó el trabajo en la zona y los próximos pasos previstos en el proceso de conservación. La jornada se completa con un almuerzo tipo picnic en la estación biológica, donde el guía y los visitantes intercambian experiencias y reflexiones en un ambiente relajado y cercano, haciendo de esta actividad un momento tan educativo como disfrutable. Comprender el ecosistema desde adentro El impacto de la visita trasciende el paisaje o el contacto con la fauna. «Cuando un visitante se va del Unco, lo hace con una visión más completa», asegura Natalia. El recorrido no solo muestra la restauración, sino que también enseña cómo interactúan las especies y cómo cambia el comportamiento del guanaco con las estaciones o la restauración de humedales. Este tipo de turismo de naturaleza es fundamental para sostener los proyectos de conservación. “Sin ese flujo de visitantes, no podríamos seguir capacitando a guías como Jorge ni abrir nuevas puertas de acceso al público. Cada persona que visita El Unco está apoyando directamente este modelo de producción de naturaleza que estamos impulsando”, reflexiona Natalia. En el verano de Patagonia, el tiempo se mide diferente. Y es que, las horas se alargan bajo un cielo que parece infinito. La visita a El Unco dejará sin duda algo más que recuerdos: la certeza de que la naturaleza se restaura y la historia se teje con cada esfuerzo por protegerla. Al regresar, la mirada sobre el paisaje y su vida nunca vuelve a ser la misma y quedarán latentes las ganas de volver. Consejos para quienes planean visitar Parque Patagonia Reservar con antelación y consultar la agenda de actividades garantizará una experiencia completa y enriquecedora en este rincón de la Patagonia. Además de la visita a El Unco, se pueden explorar otros senderos y propuestas, como Tierra de Colores, Cañadón Caracoles, La Guanaca o Bajada de Los Toldos, perfectos para observar fauna y conectar con los paisajes patagónicos.
El avistaje de pumas se abre camino como alternativa turística en Patagonia
Santa Cruz-, Guías de turismo y propietarios de campos participaron en el primer taller sobre observación de pumas organizado por Fundación Rewilding Argentina, en Parque Patagonia. La iniciativa busca transformar la presencia del gran felino en una oportunidad para desarrollo local. Durante años, el puma fue visto como una amenaza para los productores ganaderos en la Patagonia. Ahora una nueva mirada empieza a abrirse paso, dándole un lugar preponderante en actividades de turismo de naturaleza, como la observación de fauna silvestre. El pasado 6 y 7 de diciembre, en la Posta de Los Toldos, en Parque Patagonia, se desarrolló el primer taller para el avistaje de pumas como alternativa productiva. El evento reunió a guías turísticos y a propietarios de campos interesados en desarrollar experiencias de observación de fauna, una actividad en auge en otras regiones, como Torres del Paine en Chile. A lo largo de las jornadas, los participantes accedieron a información científica y estrategias concretas. Además, el encuentro brindó una oportunidad para compartir perspectivas fundadas en su propia experiencia como guías de naturaleza. Gabriel Nieto y Mariana Martínez, ambos con trayectoria en turismo y conservación, compartieron sus impresiones tras el encuentro y reflexionaron sobre el potencial del avistaje de pumas como herramienta para el desarrollo turístico y la convivencia con la fauna local. “Este tipo de capacitaciones son innovadoras. Tener datos certeros y respaldados nos da herramientas valiosas para ofrecer experiencias de calidad”, destacó Gabriel. “Cuando uno dice Patagonia, el visitante inmediatamente piensa en grandes espacios naturales, extensos e inabarcables”, describe Mariana. “La posibilidad de observar pumas en su ambiente es uno de los momentos soñados por muchas personas que visitan esta zona. Creo que esta actividad puede complementarse perfectamente con las alternativas turísticas ya existentes en la provincia”. Durante el taller, los participantes disfrutaron de charlas dictadas por referentes de Fundación Rewilding Argentina y realizaron una salida de campo. Emiliano Donadio, director científico de la fundación, fue uno de los disertantes, que explicó el rol del puma en los ecosistemas y cómo su presencia fomenta la biodiversidad local. Para los guías, este tipo de información resulta indispensable, porque “muchas veces, lo que compartimos con los turistas son historias o anécdotas, pero faltan datos concretos. Con este taller, pudimos acceder a información respaldada por estudios científicos”, explicó Gabriel Nieto. Martínez coincidió en el valor del taller: “Las presentaciones nos aportaron información de valor sobre la ecología de la especie y los métodos de captura para la instalación de radiocollares. Con la salida a campo del segundo día, vimos de primera mano el trabajo de Facundo Epul como guía especializado en observación de fauna”. Turismo como motor de cambio El taller concluyó que el avistaje de pumas tiene potencial para transformar el turismo patagónico. Además de generar ingresos a través de la actividad turística, ofrece una alternativa sustentable para los productores locales. Martínez remarca que el desafío “es encontrar la manera de convivir entre los productores ganaderos, la conservación de los grandes predadores y la posibilidad de que algunas estancias puedan ofrecer espacios para los visitantes interesados en ver pumas en la Patagonia”. En relación con esto, una de las claves del taller fue explorar alternativas que permitan el avistaje sin perjudicar a las zonas productivas. Gabriel destaca lo aprendido, explicando que “según los estudios realizados en Parque Patagonia, se sabe que casi el 70% de la dieta del puma en esta región se basa en guanacos, por lo que resulta clave alejar el puma de las zonas productivas para asegurar la coexistencia entre el turismo y la producción”, explicó. Además, señaló que la caza de pumas puede resultar una imagen impactante para los turistas que visitan la región con una visión conservacionista. “Nosotros, que crecimos en Santa Cruz, estamos acostumbrados, pero para alguien que viene con una mentalidad de cuidado ambiental, ver animales colgados en los alambrados puede ser muy fuerte”. Entre las estrategias que se presentaron durante el taller para disuadir la presencia de pumas en las estancias, se destacaron los efectos lumínicos y el uso de perros. Sin embargo, reconocieron que el desafío no es solo técnico. “El taller me dejó muy contento, con una visión renovada”, comentó Gabriel, quien es guía de pesca de montaña. Nacido y criado en Río Turbio, desde hace años recorre la cordillera, desde Perito Moreno hasta Los Antiguos, y conoce de cerca el conflicto con los pumas. “Todavía hay campos donde se celebra la caza del puma como un logro. Cambiar esa mentalidad lleva tiempo, pero es necesario para conservar esta especie y, al mismo tiempo, atraer turistas interesados en la observación de fauna”, reflexionó Gabriel. Martínez concluyó resaltando la importancia del turismo como herramienta de conservación: “Los visitantes suelen tener una percepción positiva de los grandes predadores. De hecho, muchos viajan kilómetros solo para tener la oportunidad de observarlos y fotografiarlos. La oportunidad es enorme para aprovechar esta tendencia y, al mismo tiempo, promover la conservación de la especie”. El potencial para que el avistaje de pumas en Patagonia se convierta en un atractivo turístico es innegable. Mientras tanto, los guías y propietarios de campos comienzan a prepararse para ofrecer experiencias únicas que invitan a conocer de cerca a uno de los mayores símbolos de la fauna patagónica.
Parque Patagonia: campings, caminatas y cielos estrellados para descubrir la naturaleza
Santa Cruz-, Opciones de acampe, recorridos guiados, cielos estrellados y el confort de La Posta de Los Toldos ofrecen para esta nueva temporada, la oportunidad de explorar, descansar y descubrir los secretos de este rincón de Santa Cruz. En el noroeste santacruceño, la inmensidad lo abraza todo. Es la tierra donde los atardeceres se extienden hasta fundirse con la estepa, tiñendo de ocres y dorados un horizonte que parece no terminar nunca. En este rincón de Santa Cruz, la fauna se desplaza con la tranquilidad de saberse parte del paisaje, mientras el viento –único dueño del silencio– recorre mesetas y cañadones susurrando historias antiguas. Ahí, en plena estepa patagónica, el Parque Patagonia se despliega como un refugio para la contemplación, ofreciendo espacios diseñados para descansar y conectar con el entorno. Romina Vitale, responsable de Uso Público del Parque, explica que entre las opciones para dormir, “tenemos dos campings arancelados: El Mollar y La Señalada”. “En El Mollar hay seis parapetos para carpas, duchas con agua caliente, baños, refugio con salamandra y wifi. Se pueden reservar viandas, cenas y cargar dispositivos. En La Señalada hay 12 parapetos, baños secos, duchas y venta de comidas, desayunos y meriendas. Ambos cuentan con estacionamiento y fogones comunitarios”. Para quienes prefieren una experiencia más agreste, están disponibles de forma gratuita los campings del Río, La Confluencia y Cañadón Caracoles. “En estos campings hay baños secos y mesas. Solo se permite hacer fuego en el Cañadón Caracoles, donde hay un fogón protegido del viento, mientras que no se puede en los demás. Por eso, recomendamos traer calentadores a gas”, explica Romina. Las reservas para estas áreas pueden hacerse por correo electrónico y, aunque no es obligatorio reservar con anticipación, sí es aconsejable durante la temporada alta, de octubre a marzo. Para aquellos que prefieren mayor confort, La Posta de Los Toldos ofrece nueve habitaciones con baño privado, cocina regional, wifi y espacios comunes acogedores. “Es un lugar donde el visitante puede encontrar mapas, libros, una tiendita con productos locales y la posibilidad de disfrutar de fogones y excursiones. Se puede reservar a través de la web de Rewilding Experience, Booking o por WhatsApp”, cuenta Romina. Actividades para conocer desde la estepa hasta las estrellas Además de las opciones de alojamiento, el Parque cuenta con propuestas que invitan a descubrir el entorno natural de una manera educativa e inspiradora. El Centro de Interpretación es una parada obligada. “Son seis salas que recorren la evolución de los continentes, la humanidad y la crisis de extinción de especies. Es una experiencia interactiva que busca generar conciencia y destacar el trabajo de conservación que realiza la Fundación Rewilding Argentina”. El Planetario, por su parte, ofrece una conexión directa con los cielos de la Patagonia. Romina explica que “a través de la observación e interpretación del cosmos, los visitantes pueden aprender sobre astronomía de forma sencilla y emocionante. Es una actividad recomendada para todas las edades”. Para quienes disfrutan del senderismo, el Parque Patagonia ofrece recorridos de distintos niveles de dificultad. Estos son senderos autoguiados, pero existe la posibilidad de contratar los servicios de los guías locales, para quienes prefieran ir conociendo más sobre la zona y la fauna mientras caminan. “El sendero Tierra de Colores es ideal para apreciar las texturas de la tierra patagónica”, sugiere Romina. Y, para quienes buscan algo más desafiante, recomienda La Guanaca, donde se pueden ver guanacos y disfrutar de vistas panorámicas, “o la Bajada de Los Toldos, que conduce al Río Pinturas y al sitio arqueológico de Cueva de las Manos”. La experiencia puede completarse con una visita al Centro de Interpretación, un recorrido por los senderos, o simplemente disfrutando de una merienda en la cafetería del Planetario. Romina recomienda planificar con anticipación: “Es clave reservar alojamiento y servicios de guías con tiempo, llevar calzado adecuado, protector solar, abrigo y agua. También es fundamental respetar el ambiente y seguir las indicaciones del personal del Parque. Queremos que cada visita sea inolvidable y segura», finalizó. Reservas y contacto: – Campings agrestes: parquepatagonia.arg@gmail.com – Camping El Mollar: reservas@lapostadelostoldos.com – Camping La Señalada: cltlasenalada@gmail.com – Hostería La Posta de Los Toldos: www.lapostadelostoldos.com – WhatsApp: 01172042966 Reservas disponibles también por Booking, Expedia o Rewilding Experience.
Se cumplió el 10mo Aniversario del Parque Nacional Patagonia
Los Antiguos-, Este sábado pasado fue un día para recordar, agradecer, compartir y proyectar juntos el futuro del maravilloso parque nacional, símbolo de conservación y desarrollo. La Sra. Intendentes Municipal Prof. Zulma Neira participó de la jornada. La misma dio inició durante la mañana con la apertura del Acto Institucional y continuó con los shows: 🎤 Liberia 🎤Sendero Sur 💃Academia de Danzas Cruz del Sur Además, se encontraban: ▪️Stands de Parques Nacionales y provincia de Santa Cruz. ▪️Subsecretaría de Turismo ▪️Servicio de Cantina ▪️Stands de Artesanos, emprendedores y productores.
Pumas, zorros y aves, una relación inesperada que la ciencia intenta desentrañar
Santa Cruz-, Un equipo de investigadoras e investigadores trabaja en la estepa patagónica para entender cómo los grandes depredadores, como el puma, benefician indirectamente la biodiversidad de la región. El proyecto no solo desentraña complejas relaciones ecológicas, sino que también aporta claves para la conservación de uno de los paisajes más icónicos y frágiles de la Patagonia. Liderado por la investigadora del CONICET Melanie Browne y con Malena Galuccio, Zoe Croza, Leah Botelho y Eddie Bono como técnicas y técnicos de campo, un equipo trabaja en el noroeste santacruceño, donde el viento dicta los tiempos y los cerros a lo lejos custodian el paisaje. Este esfuerzo, enmarcado en el proyecto “Rewilding: Integrando depredadores, ecología y personas” de National Geographic y Fundación Rewilding Argentina, busca responder preguntas esenciales sobre el funcionamiento de este ecosistema y su futuro. Malena y sus compañeros se adentran en la estepa del Parque Patagonia para observar aves, identificar nidos y registrar datos para perseguir un objetivo ambicioso: desentrañar las dinámicas de las cascadas tróficas en la región. Pero, ¿a qué nos referimos con eso? Una cascada trófica es un proceso ecológico que ocurre cuando los efectos de la población de un depredador tope (como el puma) se trasladan de manera indirecta a otros niveles de la cadena alimenticia, afectando a especies que no están directamente conectadas con el depredador. Por lo que, este proyecto trata de revelar cómo los depredadores tope, como el puma, afectan las especies más pequeñas, por ejemplo, aves. El diseño del estudio establece cuatro sitios de monitoreo, divididos entre zonas de mayor y menor actividad de pumas. La idea es que, en sitios con mayor actividad de pumas, hay menos actividad de zorros, y por lo tanto mayor supervivencia de nidos de aves pequeñas. Para evaluar esto, cada sitio, de 25 hectáreas, es revisado cada dos días. “Un día típico implica recorrer dos sitios para buscar y monitorear nidos, medir huevos y pichones, y tomar datos de vegetación”, explica Malena. Entre las especies monitoreadas se encuentran el yal negro, chingolo, bandurrita esteparia y patagónica, calandria mora, dormilona canela y chica, y comesebo andino. Observación y tecnología para entender el ciclo de los nidos La paciencia es una herramienta esencial en este trabajo. Y es que, para localizar los nidos, se requiere interpretar los movimientos y el comportamiento de las aves, lo que puede significar horas de observación en el frío viento patagónico. “Las aves son increíblemente astutas. Si sienten que están siendo observadas, cambian su comportamiento para proteger el nido”, explica. Es por eso que también la discreción juega un rol importante. «Esto puede implicar dedicar una hora observando a una hembra que lleva alimento para sus pichones, generando la ilusión de haber encontrado su nido, solo para que finalmente lo deje caer lejos y así proteger su ubicación». Malena explica que se necesita prestar mucha atención a los detalles, y no perderse de ninguna revisión, porque podría representar un vacío importante en los datos. Esto implica muchas horas y días consecutivos de trabajo. Una vez que se encuentran los nidos, son registrados en una plataforma de información geográfica (GIS) llamada Field Maps, que les permite llevar un control preciso del estado de cada uno: construcción, puesta de huevos, incubación o crianza de pichones. Además, algunos de los más de 100 nidos activos son monitoreados con cámaras para identificar a los depredadores responsables de los eventos de depredación. “Esto nos permite capturar imágenes clave y complementar la información con datos de cámaras trampa instaladas en el área”, detalla. Desafíos y aprendizajes en el campo El trabajo en la estepa tiene su propia complejidad y para Malena la experiencia ha sido única. “Trabajar como técnica de campo en un proyecto integral como el de National Geographic y Rewilding Argentina ha sido una gran oportunidad de formación profesional. Me ha permitido capacitarme en la captura y manejo de diferentes especies y aprender a aplicar una variedad de técnicas de campo”. Las condiciones climáticas, como el viento intenso o las temperaturas extremas, hacen al equipo a ajustar las jornadas a los horarios y comportamientos de las aves. “El campo te enseña a resolver problemas en el momento y a mantener la motivación incluso en los días más difíciles”, reflexiona. Esta experiencia también ha sido una oportunidad de aprendizaje y crecimiento profesional. Malena valora el hecho de trabajar “con compañeros tan diversos”, porque “la experiencia ha sido muy valiosa; cada uno aporta perspectivas distintas y maneras de resolver problemas que terminan ampliando mis propias herramientas de trabajo”. En la inmensidad del paisaje patagónico, donde todo podría parecer remoto, el monitoreo de aves no solo aporta datos esenciales para la ciencia, sino que también refuerza el compromiso con la conservación de un territorio tan frágil como valioso.